Las Colonias escolares de Sevilla.
La gran masa obrera de Sevilla, vivía a principios del siglo XX, de un modo precario y deficiente, se comía poco y mal, y se habitaba en antihigiénicas casa de vecinos, donde solía darse a la bebida alcohólicas más de lo menester. Y por eso no era de extrañar que la miseria y el pauperismo social hacían innumerables víctimas, no solo en los mayores, sino entre la prole desgraciada, inocente y sin defensa.
Para remediar tantos males, que poco a poco podían producir la degeneración de la raza, acudieron con sus remedios no solo la autoridad, sino la otra clase sevillana, gozadora de mejores acomodos.
Y uno de los medios que se venían aplicando para procurar el atajo a tan lamentable peligro, era el de las colonias infantiles de mar y montaña.
En la segunda década del pasado siglo, fechas de las imágenes que les ofrezco, salían de Sevilla, para gozar de la salud y de la alegría en la playa y en el campo, seis colonias de escolares: las del Asilo de San Fernando y Hospicio provincial, a Chipiona donde tenían casas propias; las del Príncipe de Asturias, Protectorado de la Infancia y Asilado de Monte Carmelo, de Triana, a Sanlúcar de Barrameda; y la de la Infanta Luisa, al pueblo serrano de Jabugo, tan conocido por sus exquisitos jamones.
A finales del siglo XIX fueron fundadas las del Asilo de Mendicidad y la del Hospicio, y a sus necesidades proveían dichas instituciones benéficas con sus recursos propios.
No sucedía lo mismo con la colonia escolar Príncipe de Asturias, que contaba para su desenvolvimiento con una subvención de veinte mil pesetas del Municipio, tres mil del Estado, y el resto, hasta cincuenta mil, de los productos de una suscripción popular.
De estos ingresos vivía así mismo la otra colonia escolar de la Infanta Luisa.
La del Protectorado de la Infancia era costeada por entero por la casa Fernández Palacios, y por ello el pueblo le profesaba una profunda gratitud.
Y por último, la del Asilado de Monte Carmelo, que vivía de los recursos que se agenciaban entre el pueblo.
Sanlúcar de Barrameda (Cádiz)
Niños y niñas de la colonia escolar. 1908.
Chapotenado, en una tarde de recreo. 1908.
Chapotenado, en una tarde de recreo. 1908.
En el año 1908 los niños de la Colonia escolar sevillana, se alojaron en un hermoso y confortable campamento levantado próximo al histórico castillo del Espíritu Santo, en las playas de Sanlúcar de Barrameda. Tanto niños como sus maestros a su llegada a esta localidad fueron recibidos por el Alcalde y el Arcipreste, quienes le dieron la bienvenida, dándose entusiastas vivas a Sanlúcar y Sevilla.
Aspecto de la escalinata del muelle de San Telmo durante el embarque de los niños de la colonia escolar, en 1910.
Como en años anteriores la expedición organizada por la colonia escolar "Príncipe de Asturias", marcharon desde la Delegación regia de primera enseñanza a la Catedral, precedidos de la banda de música de la Macarena y seguidos por el alcalde.
Las niñas vestían trajes a la marinera y llevaban en el pecho un lazo con los colores nacionales, y los niños llevaban trajes de crudillo y gorras blancas. La comitiva penetro en la Capilla Real donde se hallaba el Arzobispo de la Diócesis y el capellán real Sr. Álvarez Franco que ofició una misa rezada ante el altar de la Virgen de los Reyes, y posteriormente el Arzobispo leyó una comunicación de Roma en que el Papa bendice a los escolares.
Después marcharon éstos al muelle, donde estaba atracado el vapor "Giralda" de las Obras del Puerto, en el que salieron para Sanlúcar.
Niñas de la Colonia escolar en la playa de Sanlúcar. 1910.
Representantes de Sanlúcar, recibiendo a la Colonia escolar de Sevilla en el muelle de Bonanza. La Junta de Obras del Puerto de Sevilla había cedido ese año para transportar a los niños, los vaporcitos "Pastor", "Landero" y "Giralda". 1912.
Las familias despidiendo a sus hijos en el muelle de Sevilla, que embarcaron en el vapor Reina Victoria con destino a Sanlúcar, para tomar baños de mar en aquellas playas salutiferas. Este viaje fue el primero que organizó el alcalde de Sevilla y la Delegación regia de primera enseñanza. 1913.
Las niñas de la Colonia escolar sevillana, en el patio de la casa donde veraneaban en Sanlúcar. 1916.
En el edificio de la Colonia sevillana, las religiosas Salesianas leyendo cuentos instructivos a las niñas. 1920.
Las niñas de la Colonia escolar sevillana en la playa con las religiosas salesianas que las tenían a su cuidado. 1920.
Las niñas de la Colonia escolar sevillana en la playa con las religiosas salesianas que las tenían a su cuidado. 1920.
Niñas de la Colonia del Protectorado de la Infancia.
La colonia del Protectorado de la Infancia, veraneaban en Sanlúcar y contaba con un edificio propio, con unas instalaciones admirables, que levanto a sus expensas como ya les he dicho anteriormente la Casa Fernández Palacios, dando un alto ejemplo de generosidad. Se componía esta colonia, de sesenta niños, que durante tres meses se renovaban cada veinte días.
Una fiesta en el edificio de la Colonia Príncipe de Asturias, en Sanlúcar de Barrameda.
Colonos del Príncipe de Asturias, en la playa. 1927.
Desde 1917, esta colonia hacía tres expediciones durante el verano: una de niños, otra de niñas y otra mixta, compuesta de colonos de poca edad. Cada expedición se formaba por doscientas cincuenta criaturas. El trato con que se les distinguía era maternal, y la alimentación, extraordinaria, ya que aparte del desayuno, hacían dos comidas de a tres platos, de huevo, carne, pescado y postre.
El señor Conde de Halcón, alcalde de Sevilla, durante la visita a la colonia escolar de Sevilla "Príncipes de Asturias", en Sanlúcar de Barrameda. 1930.
Las niñas de la Colonia escolar de Sevilla durante la comida, en Sanlúcar de Barrameda.
La Colonia que llegó a alcanzar más renombre entre las gentes, era la del Príncipe de Asturias, que fue fundada a nombre de la Junta local de Primera enseñanza, el año 1907, por aquél benéfico y sencillo caballero sevillano, que se llamó, D. Álvaro Pacheco y Nuñez de Prado. Fueron tantos los desvelos derrochados por el generoso prócer, en favor de la Colonia, que bien pronto llegó ésta a alcanzar los mayores prestigios y a producir los más sanos y óptimos frutos. Los dos primeros años de su organización fue esta Colonia a veranear a Chipiona, acompañada por el marqués y por maestras y maestros de las Escuelas nacionales; más, a partir del tercer año, fue a instalarse en Sanlúcar de Barrameda, primero en barracones levantados en la playa, y luego en un magnífico caserío, que con aquél fin adquirió el Ayuntamiento sevillano.
El espacioso edificio, que posteriormente se denominaba de la Virgen de los Reyes, había sido una importante bodega, y constaba de una casa principal, capilla, inmensos dormitorios, comedor, cocina, dispensario médico, extensos patios y huertas y jardines. Todo en admirables condiciones higiénicas de luz y de ventilación, y resplandeciente de limpieza y alegría. Desde hacía muchos años, a excepción de uno, acompañaban a la Colonia las hermanas de San Vicente de Paúl o Salesianas, y solo tenía el nombre de escolar, por ser los niños que la componían escogidos de entre los concurrentes, a las escuelas públicas.
La Colonia del Monte Carmelo, en Sanlúcar de Barrameda.
Y por último, la del Asilado del Monte Carmelo, que se debía a la iniciativa y constancia de su director, y se formaba con el número de los niños que permitían los recursos.
El primer año llegaron a la aventura, como con el ánimo de conquistar una playa o perecer. Vivieron de la limosna y al día, más la fortuna les ayudó, y los aventureros regresaron a Triana más llenos de salud y dispuestos a retornar en los años sucesivos a la playa conquistada. Así lo hicieron, ante la admiración de la gente, que no acertaba a comprender, como pudo hacerse el milagro.
La Colonia de Monte Carmelo, haciendo ejercicios gimnásticos en la playa de Sanlúcar.
Reparto de premios y dignidades, a los niños del asilado "Monte Carmelo"
Jabugo (Huelva)
Las Infantas de Borbón y Orleans, visitando la Colonia Infanta Luisa, en Jabugo. 1927.
La colonia de la Infanta Luisa, fue fundada por el prestigioso catedrático de la Universidad sevillana y ex concejal D. Ignacio Casso, haciéndose también la constitución a nombre del Ayuntamiento. Data de 1924, y estaba constituida por setenta y cinco niños, que se instalaban en un edificio que adquirió el Ayuntamiento, en un solar en plena sierra y en los aledaños de Jabugo.
La colonia escolar sevillana "Infanta Luisa" que veraneaba en la sierra, a su llegada a Jabugo, acompañadas del Delegado regio de primera enseñanza, Sr. Gutierrez de Rueda. 1930.
En el año 1931, el Ayuntamiento de Sevilla adquirió en propiedad este edificio, en la sierra de Jabugo, para alojamiento de Colonias Escolares.
Las niñas de las Colonias Escolares, con las autoridades sevillanas que fueron a Jabugo, para inaugurar el edificio adquirido en la sierra, en 1931.
El alcalde de Sevilla y autoridades en la visita hecha a las niñas de la Colonia escolar sevillana que veraneaban en la sierra de Jabugo. 1931.
Chipiona (Cádiz)
Una excursión en barco. 1927.
Niñas y niños del Hospicio provincial, en la playa de Chipiona.
El diputado sevillano, visitador del Hospicio, Sr. Piñar y Pickman, repartiendo dulces a las niñas del tercer grupo de la Colonia que veranearon en Chipiona, en 1930.
Fuentes: Biliografía y archivo particular.
What a good idea - changing so many lives for the better.
ResponderEliminarMuchas gracias, amiga Sue.
EliminarAbrazos.
Le colonie scolastiche... Mamma mia che tempi
ResponderEliminarGracias, Estefanía.
EliminarSaludos.
Un buen reportaje sobre estas colonias veraniegas que con ese nombre o de campamentos creo que llegaron a los años 70 del pasado siglo por todo el país.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias, Tomás.
EliminarUn saludo.
Me ha sorprendido gratamente lo bien que estaban estas colonias para niños. En la década de los 80 y 90 del siglo XX era voluntaria en los campamentos para niños, adolescentes y jóvenes que organizaba la parroquia de mi pueblo y de verdad que no tiene nada que ver, dormíamos en pequeñas tiendas de campaña sin colchones, en el suelo con tan sólo el saco de dormir , la cocina era una caseta de madera de lo más rústica y elemental, el comedor también muy rústico de lona , para asearse , fregar y lavar la ropa el río de montaña con el agua helada y los servicios un agujero en el suelo rodeado de una lona que no tapaba mucho, en fin todo "tercermundista" pero eso no nos importaba porque lo pasábamos fenomenal , añoro mucho esos años sobre todo esas marchas nocturnas por el monte donde se dormía al aire libre bajo las estrellas, protegidos con los sacos de dormir y animados por la alegría y las risas nocturnas de todos . Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, amiga Charo.
EliminarUn saludo.
¡Qué buenas iniciativas para los niños de la época! Como los campamentos de ahora, pero me imagino que todo era gratuito para los más desfavorecidos. La casa (un palacio) que se adquirió en Jabugo es impresionante. Gracias como siempre por traer la historia de Sevilla con un excelente reportaje fotográfico.
ResponderEliminarAbrazos!
Muchas gracias,.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo.
Una gran labor, para favorecer la salud, de esos niños necesitados.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Antonia.
EliminarUn abrazo.
Manuel, my friend, a very interesting and passionate post and richly documented photos. I read your text with great interest. One of my dreams is to visit Spain someday.
ResponderEliminarManuel, I salute you and I wish you a good Sunday!
Gracias, Anna.
EliminarSaludos.
The efforts to improve the living conditions of the working class in early 20th century Seville through children’s colonies in the sea and mountains are truly commendable. These initiatives provided much-needed relief and joy to many children. 🌊🏞️ Read my new blog post on www.melodyjacob.com.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarUn saludo.
It's a known fact that if the authorities wish to better the life of its citizens, it has to start with the children - providing them with proper schools, camps, colonies.
ResponderEliminarInteresting variety of accompanying pictures, Manuel!
Gracias, amiga Duta.
EliminarUn abrazo.
Geniales fotos. Te mando un beso
ResponderEliminarGracias, Judit.
EliminarBesos.
Un buen reportaje Manuel. Aun sigue habiendo pero ahora ya no son lo mismo. Un fuerte abrazo y feliz tarde de domingo
ResponderEliminarGracias, amiga Vicensi.
EliminarUn fuerte abrazo.
Querido amigo, preciosas fotos y muy completa reseña. Me encanto!!!
ResponderEliminarAbrazos y besos, que tengas un bello dia
Muchas gracias, Liz.
EliminarBesitos.
Como queda aquí constancia se ve que benefactores que se han preocupado por los menos afortunados en otros tiempos ha habido desde hace mucho tiempo... vamos que no hemos inventado nada aunque lo parezca viendo el número de asociaciones benéficas y ONG que han proliferado en la actualidad.
ResponderEliminarMe llama la atención la puesta en escena de esos acontecimientos y que por suerte ha quedado constancia para conocer de tu mano Manuel.
Gracias por el reportaje!!
BESOS
Muchas gracias, María José.
EliminarBesos.
Amigo Manuel, un fantástico reportaje, espero que todo esto de los campamentos o colonias, fuera de verdad para favorecer a los niños necesitado y los más desfavorecidos. En las fotografías se ve lo que han cambiado las cosas, si siguen existiendo estás colonias, que siempre sea para proteger a los niños, y mejorar su condición de vida. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, amiga Cristina.
EliminarUn fuerte abrazo.
Admirable labor para con estos niños. Muy buenas y descriptivas fotos.
ResponderEliminarUn abrazos y feliz septiembre.
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo, Conchi.
Pormenorizado informe, Manuel. Cuánta pasión le pones... Contigo el tiempo no se esconde. Necesitaríamos en mi país blogs cono el tuyo. Nos valoraríamos más...
ResponderEliminarMuy amable amigo Carlos.
EliminarMuchas gracias, y un fuerte abrazo.
Magnífico reportaje!!.
ResponderEliminarYa de regreso, vengo a dejarte un abrazo fuerte y desearte un mes de Septiembre excelente.
Un placer visitarte, Manuel.
Muchas gracias, Amalia, e igualmente te deseo.
EliminarUn abrazo.
Gracias querido Manuel por tu visita.
ResponderEliminarUna maravillosa labor para ayudar a esos niños, las fotografías hermosas
Una entrada espectacular.
Cariños y te dejo un beso Manuel, te deseo de todo corazón un hermoso y feliz día
Muchas gracias, Noemí.
EliminarBesos.
São sempre preciosos estes tesouros da memória...
ResponderEliminarSenti a sua falta na comemoração do Dia do Bog...
Um abraço
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Gracias, amiga.
EliminarUn abrazo.
Manuel, que gran reportaje, me maravilla (como siempre) toda la información que nos da y sobre todas las imágenes antiguas que siempre aporta, como en éste post. Amigo mis felicitaciones y ya sabes lo que siempre te digo, tienes que hacer un libro con toda la información que posees! Un gran abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, amiga Enca.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola Manuel! Cuánto aprendemos contigo de un pasado no muy lejano.. Aunque pensamos muchas veces que todo está fatal ahora si echamos la vista atrás y vemos estas cosas pues mal que bien en algo hemos mejorado... Menos mal que siempre han habido personas que han hecho una gran labor para situaciones de este tipo... Que tengas un buen día...
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarUn abrazo, Ana.
Me ha gustado mucho este reportaje y las fotografías preciosas. Gracias y besos.
ResponderEliminarGracias, Teresa.
EliminarBesitos.
Detallado informe sobre esas colonias para niños y niñas. Me sorprende lo bien que funcionaban.
ResponderEliminar¡Me encantan las fotos con que acompañas!
Genial como siempre amigo Manuel
Va mi abrazo
Gracias, Lucía.
EliminarUn abrazo.
Hola Manuel. Me ha encantado tu reportaje, ya que esas fotografías son tesoros que cuentan la historia de un tiempo que ya nadie recuerda, pero existió. Yo no conocía tan al detalle estas colonias, siendo niña y adolescente también las había, aunque nunca participé en ellas y me hubiera gustado hacerlo. Muy interesante todo lo que cuentas.
ResponderEliminarUn beso.
Muchas gracias, Lola.
EliminarUn beso.
Hola, de nuevo gracias por toda la información, las fotos son un tesoro. Besos
ResponderEliminarMuchas gracias, Inma.
EliminarBesos.
Querido Manuel:
ResponderEliminarTus excelsas publicaciones dan luz a tu magnifico blog.
Abrazos con sumo aprecio.
Gracias, amigo Ricardo.
EliminarUn fuerte abrazo.
Que buena crónica, apreciado Manuel, donde desvelas el papel no sólo pedagógico y formativo , relevante para mejorar las condiciones socio-economicas de las comunidades con extremadas carencias y necesidades. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarMuchas gracias, Carlos.
EliminarUn abrazo.
Yo cría que solo había habido colonias en mis tiempos, pero parece ser que ya en tiempo ha los había.
ResponderEliminarYo tambien fuí con monjas. Ya tenía yo 15 años, pero visité Comillas, Santander, El Espinar y mochos sitios mas. Fuí ha Cobadonga y a Cangas de Onís. Lo pase muy bien y estuve llendo hasta que me casé.
El reportaje de hoy me ha gustadpo mucho y me ha hecho recordar.
Un abrazo amigo Manuel.
Muchas gracias, amiga.
EliminarUn fuerte abrazo.
¡Tanta historia!
ResponderEliminarSaludos amigo
Gracias, Eugenia.
EliminarUn saludo.
Cuánto me ha gustado leer la historia de este reportaje, porque estas colonias son precursoras de los posteriores campamentos que hoy se siguen realizando.
ResponderEliminarHe ido de campamento con alumnas/os y es un gran disfrute la comunicación que se da con ellos y el contacto con la naturaleza.
En otro orden de cosas, yo sí que te pido disculpas a ti, porque lo mío no ha sido encontrarme mal, sino más bien dedicarle todo tiempo a mi nieto, para que no se me pase ni un segundo😊😂
Me alegra que ya estés mejor y espero y deseo que te recuperes del todo.
Manuel un abrazo muy fuerte.
Gracias, amiga Ángela, y a disfrutar de ese guapísimo nieto que tienes.
EliminarUn fuerte abrazo.
Una hermosa obra que habla muy bien de la humanidad de cómo se ha dado cuenta que hay otros que sufren y que se puede hacer mucho por ellos, de esos seguro se levantaron grandes personas para el futuro.
ResponderEliminarUna abnegada labor que se sigue realizando supongo.
Que estés bien.
Un abrazo
Muchas gracias, amiga Meulen, y tal como lo he contado ya desapareció, hoy existen los campamentos y las ONG, que por desgracia no llegan a tantos necesitados que aún quedan no solo aquí, si no por todo el mundo.
EliminarUn fuerte abrazo.