domingo, 31 de agosto de 2025

Venta Real de Antequera, en Sevilla.

 
La primitiva Venta Real de Antequera, en Sevilla.
D. Carlos Antequera a las puertas de su típica Venta. Imagen en exclusiva de 1917.
Anuncio de 1917, donde se dice que S. M. el Rey D. Alfonso XIII, ya visitaba esta pintoresca Venta.
    La popularidad y el general renombre alcanzado en muy pocos años por esta original y famosa venta sevillana fundada por D. Carlos Antequera a finales de 1915, debido a sus vinos exquisitos y a su cocina original, digna de los más refinados gastrónomos y deleite de la aristocracia sevillana de la época, además de refugio de los turistas que visitaban nuestra ciudad, amantes de las costumbres y usos de esta tierra de María Santísima, y que encontraron allí diversión y esparcimiento junto a los parroquianos sevillanos que nunca faltaban por igual regocijo, por la tranquilidad y disfrute del sol y de los placeres que no pudo gustar Heliogábalo, y por la jarana y la alegría de los bailes, el vino y las coplas.
Fotografía en exclusiva de 1917, de la primitiva "venta"donde ya se puede leer sobre el pequeño tejado de la portada: "Venta Real".
    S. M. el Rey D. Alfonso XIII, visitó por primera vez la Venta de D. Carlos Antequera en Marzo de 1917, y le gustó tanto el ambiente que se respiraba en este sitio encantador, que en sus frecuentes viajes a Sevilla donde disfrutaba de largas temporadas en sus aposentos de los Reales Alcázares, de nuestra ciudad, que cada vez que venía honraba con su augusta presencia la Venta de Antequera, como también lo hacía tan alta merced, S. M. la Reina Doña Victoria, y como consecuencia de tan señalado favor que la presencia de estas personas reales significaba y por la propia convicción al mismo tiempo, la empezaron a distinguir con su asistencia los más elevados personajes paladines.
Venta de Antequera. Postal de 1918.
Uno de los pintorescos rincones, es esta típica Venta.
Un momento de la fiesta organizada en 1922, por el Comité de la futura Exposición Iberoamericana, en la Venta de Antequera, en honor de los profesores de español de las Universidades norteamericanas, que visitaron la capital andaluza.
    El gran Antequera se cuidaba mucho de no tolerar entre su público, personas perjudiciales y molestas que apelativamente el designaba con el nombre de "Paquiros"; y ya, en 1918 disfrutaba del legítimo orgullo de haber variado el título de su venta, que en principio se llamaba de "Tabladilla", y que por especial concesión del Rey, así lo decía un artístico cuadro de azulejos en el que debajo del retrato del Monarca, se leía: "Con permiso especial de S. M. el Rey D. Alfonso XIII: "Venta Real de Antequera, Sevilla".
De esta primitiva "Venta", que estuvo situada muy próxima al estadio del Real Betis, no les puedo ofrecer imágenes actuales ya que se derribó en 1924, fecha en que D. Carlos Antequera adquirió en propiedad unos terrenos en Bellavista, donde construyó una nueva Venta, y que es, la que veremos a continuación

La  nueva Venta de Antequera.
Esta nueva Venta que se fundó en 1926, en contra de lo que se cree, ya gozaba del título de "Real", de la primitiva fundada en 1915. Pero, no fue hasta la segunda mitad de los años veinte, cuando la Feria de Sevilla se cargaba de expectación, como siempre, con sus corridas de toros, cuando se empezaron a  exhibir los encierros en esta nueva Venta de Antequera,  lo que le incorporó un aliciente más. Lo atestiguas este plano de uno de sus corrales (a la izquierda) y de los hermosos pabellones de ese recinto (a la derecha), llenos de público. Entre ellos el de la firma González Byass, hoy de La Ina, obra de Antonio Gómez Millán y José Antonio de Agreda, de 1928. Todos  estos pabellones se crearon con motivo de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, de 1929.
Los corrales de la Real Venta de Antequera, a principios de los años cuarenta.
Una imagen más, de los toros de lidia expuestos al público en la Real Venta de Antequera, unos días antes de la Feria de Abril. Como vemos en la imagen allí los aficionados, distribuidos en graciosos merenderos y azoteas, tenían ocasión, entre doradas cañas de manzanilla y discusiones a granel, de admirar la presencia y casta de las reses que habían de pasar por el ruedo ilustre de la Maestranza. Eran muchos los que bajaban hasta el borde de las empalizadas para ver de cerca los toros y adivinar sus virtudes y defectos. Esta estampa, de singular colorido, constituía el obligado prólogo de la Feria Abrileña.

La Real Venta de Antequera, en la actualidad. 
(Con mi agradecimiento a su actual propietario por las facilidades que me ha dado, para poder llevar a cabo este reportaje) 
Por disponer, este bello y acogedor recinto, como verán a continuación de amplios salones, hermosos jardines, corrales y plaza de toros, esta antigua Venta solamente se utiliza en la actualidad para todo tipos de eventos, como bodas, congresos, espectáculos de caballos, flamenco, etc.
(Si haces clic sobre las imágenes, las puedes ver ampliadas)
Los corrales.
Detalles de algunos de los pabellones, de los vinos de Jerez.
Pabellón de las bodegas de Agustín Blazquez.
Pabellón de las bodegas de Pedro Domecq.
Pabellón de las bodegas de González Byass.
Pabellón de las bodegas de Hijo de José Delgado y Zuleta.
Pabellón de las bodegas de José de Soto.
Pabellón de las bodegas R. Cruz Conde.
Los jardines.


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"Ventas" de Sevilla y su entorno.

 
"Ventas" de Sevilla y su entorno.
En los finales del siglo XIX y las dos primeras décadas del XX, se fueron creando diversas ventas por las cercanías de la ciudad; y aunque a la mayoría de ellas, fundamentalmente, acudían una clientela dominguera y matinal y, con frecuencia, de carácter familiar, también existían otras con un matiz más propia de adultos de la nocturnidad.
En esta entrada  he  agrupando las ya publicadas, e iré también añadiendo las que están por venir, y que espero que sean todas de su agrado.

(Solamente tienes que hacer clic, sobre la imagen de la "Venta" que desees ver)



Muchas gracias por su visita.

miércoles, 20 de agosto de 2025

Convento de Santa Eulalia, de Marchena (Sevilla).

 
Convento de Santa Eulalia, de Marchena (Sevilla).
Como a una legua distante de la villa de Marchena, en lugar solitario se fundó este convento dedicado a la gloriosa virgen y mártir Santa Eulalia de Mérida, por haber en aquél sitio una ermita dedicada a la Santa.
Se fundó a expensas de D. Pedro Ponce de León, Conde de Arcos, el año de 1420. El destino de esta fundación fue, para que mediante lo acomodado de la situación, se entregasen los religiosos a las dulzuras de la Contemplación.
La vivienda era acomodada, la iglesia devota, la librería de las más selectas de la provincia y la huerta muy espaciosa. Ha sido por lo común casa de Noviciado para la Santa Recolección de esta provincia, y en algún tiempo ha tenido cursos de Filosofía. El buen olor de santidad de esta comunidad atraía a muchos eclesiásticos seculares para hacer en este convento sus ejercicios espirituales.
Entre otros muchos que han florecido en virtud en esta santa casa, son insignes: El P. Fray Juan de Santa Marina, Vicario de este convento por Bula del Sr. Gregorio IV. El P. Fray Juan de San Torcuato, primer fundador y habitador de este convento. El P. Fray Juan de Tavira, portugués, cuya humildad, abstinencia y oración fue tanta que apenas hay voces para explicarlas; fueron sus raptos continuos y dejó fama de santidad. El P. Fray Pedro de Ronda muy semejante al antecedente en virtudes.
El P. Fray Pedro de Torres cuya integridad de vida, da testimonio el milagro que sucedió en su muerte para impedir de la piedad indiscreta, los niños, jóvenes y ancianos empezaron por divina inspiración a clamar por las calles: murió el Santo Fray Pedro, el amigo de Dios, El P. Torres está difunto. Se conmovíó todo el pueblo a sus exequias deseando alcanzar alguna reliquia de varón tan admirable.
El P. Fray Antonio de Herrera de cuya virtud se hace honorífica mención en el capítulo segundo de las obras de la Venerable Madre de la Antigua.
El Venerable P. Fray Francisco de Angulo, cuya patria se ignora, tomó el hábito en el convento de Ntra. Sra. de la Bella, antes de la división de la provincia. Leyó artes y Teología en los conventos de Osuna y Córdoba, siendo en uno y otro dechado de perfección. A los treinta y tres años lo hicieron Guardián de San Lorenzo de Montilla, empleo que con el mayor celo y religiosidad, experimentándose en el tiempo de su gobierno los efectos de la divina providencia en el mayor desamparo y a sus despegos de las delicias del mundo, no admitiendo los regalos que le franqueaba la piedad de los bienhechores. En la división de la Provincia se quedó en la de Granada, de la que fue definidor, pero por especial providencia de Dios se vino a convalecer a nuestro convento de Santa Eulalia, en que le cogió la muerte, en el año 1591. Este convento ya no existe.
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Siento decirles, que no he podido fotografiar los restos arqueológicos de este convento, por el mal estado del terreno donde están situados, debido a las últimas lluvias de Abril; así, que a continuación les pongo unas poquitas imágenes que tomé ese mismo día, de la ciudad de Marchena, y que espero sean de su agrado.

Fuentes: Bibliografía y archivo particular. Protegido por derechos de autor.

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