El Frontón Betis, en Sevilla.

El Frontón Betis, en Sevilla. 

Pista y gradas del Frontón Betis.

Gracias a la iniciativa y altruismo de los señores D. José López Baz, D. Prudencio Díaz Agero y D. Pedro Nau, contó Sevilla con un magnífico frontón que, si por su capacidad y belleza, así como por su magnífica construcción, pudo figurar entre los primeros, fue, sin duda, el más profusa y potentemente iluminado del mundo.

Se construyó en el moderno barrio del Porvenir, en terrenos del Patronato Obrero, que desde 1918 eran propiedad del Real Betis Balompié, de ahí el nombre de este recinto, situado muy cerca del emplazamiento de la Exposición Iberoamericana, habiendo sido su autor el reputado arquitecto D. José Miguel Cuadras Acedo. Su tribuna tenía una capacidad para 2.500 espectadores, que ordinariamente se llenaba completamente, además, durante los partidos se llegaban a cruzar importantes apuestas.

Este frontón que se inauguró el 24 de Noviembre de 1929, cuya recaudación fue a beneficio de la Asociación de la Prensa Sevillana, tuvo un coste de un millón de pesetas; y a la Empresa que había recabado y obtenido del Ayuntamiento la concesión de la explotación de este negocio, se le cedió, por veinticinco años, en atención a la grandiosidad e importancia del edificio construido.

Fachada del edificio, próximo a su inauguración.

El ingreso medio en taquilla, venía a ser de unas tres mil pesetas diarias, los partidos se jugaban tarde y noche, y cada día se iban notando que la afición a este deporte se extendía en la capital andaluza.

Los pelotaris que casi en su totalidad, todos eran vascos, hasta el punto, que según la frase que rezaba en aquellas provincias "cada día nacían cien pelotaris", siendo Marquina, en la provincia de Álava, la población que daba mayor número de ellos. Este deporte se había extendido por todo el mundo, y en esa época había ya frontones en todas las capitales de América Central y del Sur, en muchas de los Estados Unidos, en Shanghái, en Alejandría y en casi toda Italia.

Hacía falta levantar este frontón en Sevilla; la importancia de la capital lo reclamaba, y a esa empresa se lanzaron, teniendo además en proyecto, inaugurar en breve tiempo un restaurante vasco, contiguo a este edificio.

Se tenían contratado a 46 pelotaris, que jugaban en días alternos, y el sueldo de cada uno, no era nunca inferior a 500 pesetas -un sueldo respetable, para la época-, y añadiendo a este capítulo de los pelotaris, los no menos importantes de jornales, de entretenimiento de todo el pabellón, contribución, sanitario, luz, etc. etc., y hasta el coste de esa diminuta pelota que era impulsada por la cesta del jugador, tenía un precio sorprendente, ya que eran de caucho y cuero, y costaban entonces en España, a cuarenta pesetas cada una, cuando en el extranjero se vendía a diez dólares la unidad. Todo ello nos da una clara idea, de que los ingresos diarios por  asistencia de público, y por las apuestas, tenían que ser fabulosos.

Sevilla siempre supo responder, al esfuerzo que se había realizado, en levantar este magnífico frontón, llamado Betis, al que le ocurrió como a casi todos los locales de espectáculos y deportes de la época, que fue también un poco gran salón de actos, espectáculos y mítines, sobre todo durante la Segunda República y la Guerra civil, como veremos a continuación. Y con el comienzo de ésta última, en Julio de 1936, los pelotaris vascos fueron regresando a su tierra, y el frontón, como tal, poco a poco, fue cayendo en desgracia.

Aspecto que ofrecía el frontón Betis, durante la conferencia política dada por Niceto Alcalá Zamora. El orador (x) pronunciando su discurso.

Fotografía histórica del elocuente orador, Niceto Alcalá Zamora, con la Junta directiva del Casino Republicano, después de acabar la conferencia en el frontón Betis.

Mitín de José Antonio Primo de Rivera.

Fuentes: archivo particular.