El Mercado de la Encarnación, de Sevilla.
Todo se hizo conforme con lo dispuesto por el fundador, siendo la primera abadesa y cofundadora la noble dama nacida en esta ciudad, Doña Beatriz de Vallejo, religiosa que era antes del Convento de Santa María de las Dueñas y parienta muy cercana de D. Francisco Vallejo, caballero que hacia poco tiempo estaba avecindado en esta ciudad y que, por ser íntimo amigo del fundador D. Juan de la Barrera, fue nombrado por éste su único albacea encargado de cumplir sus disposiciones testamentarias.
El convento, si bien no muy espacioso, por impedirlo las casas que lo rodeaban, estaba labrado con mucho gusto arquitectónico y poseía una gran iglesia enriquecida con multitud de labores debidas a los mejores artífices de aquella época.
Con fecha 10 de Junio de 1810, se trasladaron las religiosas al extinguido convento de padres terceros, permaneciendo en él hasta el día 25 de Diciembre de 1819, y en este mismo año se dio principio al derribo de toda aquella manzana de casas, que un año después había de convertirse en la primera plaza de abastos de Sevilla.
Derribada en el año 1819 la manzana de casas que formaba este convento con los edificios adosado a su alrededor, al año siguiente se construyó una plaza de abastos semejante a la que posteriormente se hizo en 1837, con la diferencia de ser de madera, trasladando desde luego a ella todas las especies que se vendían en los mercados parciales diseminados por las cercanías de la Encarnación.
Con este motivo, de la Plaza del Pan desparecieron las panaderías instaladas en dicho sitio; de la Alfafa, las carnicerías y verduras; de la del Salvador las frutas verdes y secas; del Peladero Alto y Bajo, hoy calles Corona y Ensaladeras, las aves, de la Caza y Caza chica, en la hoy Luchana, la venta de la caza menor, y de otros puntos, porción de artículos que pasaron a expenderse en el nuevo mercado.
La plaza primitiva de madera duró hasta el 13 de Mayo de 1833, que se empezó a deshacer, labrando una hermosa y cómoda que existió como tal hasta 1948, terminada la anteriormente mencionada en el año 1837, si bien algunos historiadores aseguran que se concluyó en el de 1833, ateniéndose para corroborar su dicho en una inscripción con letras de bronce que, situada en la puerta central de la fachada de poniente dice: "Plaza de abastos, año 1833". Esta fecha recuerda solo la terminación de la portada que ostentaba dicha inscripción.
El mismo mercado allá por los años veinte.
El mercado de la Encarnación estaba situado casi en el centro geométrico de la ciudad, en medio de la embocadura de varias importantes vías, como son la de Regina, por su parte Norte, las de Compañía y Puente y Pellón, por el Sur; y la de Aranjuez, Imagen y Coliseo, por la fachada de Levante.
Fue construida por los arquitectos D. Melchor Cano y Don Salustiano Ardanaz, siendo Asistente de Sevilla el inolvidable Arjona, a quien tantas reformas y mejoras debe Sevilla; pertenecía una parte al ayuntamiento y otra a varios particulares, entre los que figura en primer término el acaudalado propietario de esta ciudad, Sr. Marañón; y su planta formaba un rectángulo cuyo lado mayor medía 189,35 mts., y el menor 53,50 mts., y en dimensiones arrojaba una superficie de 8551, 92 metros cuadrados.
Otra perspectiva del mercado tomada el mismo día que la fotografía anterior.
Tenía tres puertas de entrada en la fachada de levante, nominadas Ceres, Oriente y Apolo; otras tres en la de poniente, llamadas Neptuno, Poniente y Flora; una que mira al Norte, llamada así, y otra que da vista al Sur, rotulada con este mismo nombre.
Comerciantes del mercado, posando para el fotógrafo.
El interior se encontraba hábilmente distribuido en tres espaciosas travesías rotuladas Norte, Central y Sur, cortadas en el sentido de la longitud del mercado por una amplia calle nominada Central.
El punto medio de esta plaza estaba ocupado por una rotonda que contenía en su centro una gran fuente de mármol, surtida de aguas procedentes del acueducto de Carmona, cuya fuente es la misma que en el año 1720 se construyó y colocó en la plazoleta situada frente a la derruida iglesia del convento de la Encarnación. Esta fuente, en el año 1860, disfrutaba de dos pajas y media de agua.
Fuente central del mercado de la Encarnación en 1920. Situada desde 1948 en los nuevos jardines de la plaza.
La fuente, en la actualidad.
En el año 1948 fue derribada la parte Sur del edificio para hacer la nueva Plaza ajardinada de la Encarnación, según proyecto de Sáez y Ularqui.
En los años de escasez que se vivieron al terminar la guerra civil, hizo furor la venta de carne fresca de ballena, en la imagen vemos colas de mujeres en los puestos del mercado de la Encarnación, en el mes de Febrero de 1951, para adquirir dicha carne.
Letrero donde se anunciaba el producto en las estanterias de los puestos y el precio del kilo.
En Junio de 1950 ya se habían suprimido las cartilla de racionamiento, y dos años más tarde, en 1952, se decretó la libertad de precio y comercio de productos alimenticios.
Esta imagen fechada a 2 de Febrero de 1954, día de la última nevada que cayó sobre nuestra ciudad; y en la parte izquierda de la misma vemos la gran fachada y puerta que miraba al Este, del desaparecido Mercado de la Encarnación.
Tal como lo hemos visto, este mercado por su amplitud fue lugar de encuentro de muchos sevillanos, y estuvo activo hasta 1973 que dio comienzo la demolición del mismo, pasando sus industriales a unas instalaciones provisionales donde se les prometió que en un plazo inferior a cinco años tendrían un nuevo mercado.
Esa promesa de un nuevo mercado, se tardó en cumplir 37 años, convirtiéndose dicho solar situado en la zona urbana más emblemática del centro de la ciudad, en un aparcamiento provisional impresentable, símbolo del fracaso urbano de todos los ayuntamientos de esa época y una vergüenza para la ciudad.
Y no fue hasta el año 2004 cuando se convocó un concurso internacional de ideas, que lo ganó el arquitecto alemán Jürgen Mayer con el proyecto Metropol Parasol, también conocido como "Las Setas". Y por fin, en la planta baja del mismo, casi cuarenta años después, se construyó el moderno y actual Mercado de la Encarnación, del cual, a continuación les pongo algunas imágenes actuales.
Fuentes: Parte del texto tomado del libro "Curiosidades Sevillanas" de Alfonso Álvarez-Benavides, edición y prólogo de Alberto Ribelot. El resto, incluido fotografías, todo de mi archivo particular.
El Mercado de la Encarnación, en tiempos del coronavirus.
El Mercado de la Encarnación, en tiempos del coronavirus.
Si haces clic sobre las imágenes, las puedes ver ampliadas.
Wow. What a fascinating post about an incredible place.
ResponderEliminarMany thanks.
Muchas gracias, amiga.
EliminarUn abrazo.
Acabo de abrir el ordenador y me he encontrado con tu entrada. A través de las fotografías, se ve bien la evolución que ha experimentado a lo largo del tiempo. Las setas se ven muy vistosas. Hace ya un gran tiempo, que no voy por sevilla y lo malo es que tardaré hacerlo. Mientras esto no tenga una solución, no es muy aconsejable viajar.
ResponderEliminarCuídate.
Besos
Muchas gracias, Antonia.
EliminarUn beso, amiga.
Simplemente genial, Manuel.
ResponderEliminarLa entrada, con los sobresalientes documentos gráficos, es una perfecta lección de la evolución de los tiempos. Muy llamativo lo de la carne de ballena en aquellos tiempos de escasez. La transformación hacia el mercado actual viene marcada por esa extraña forma geométrica del exterior que guste más o menos lo que consigue es llamar la atención y a buen seguro ser un punto de encuentro para los sevillanos.
Un abrazo y gracias por tan hermoso trabajo.
Las gracias siempre a ti, amigo Miguel.
EliminarUn abrazo.
Impresionante el mercado actual, espero que este dure muchos años más de lo que duraron los otros.Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, Charo.
EliminarUn saludo.
ESTABA CERCA DE LA CASA DE MIS ABUELOS PATERNOS , MANUEL .
ResponderEliminarOTRO ABRAZO FUERTE .
GUILLERMO
Muchas gracias, Guillermo.
EliminarUn fuerte abrazo.
Nunca es tarde si la dicha es buena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Alfred.
EliminarUn abrazo.
Es uno de los mercados más bonitos y mejor abastecidos de Sevilla. Siempre ha sido para mí un lugar entrañable y querido.
ResponderEliminarLa entrada es espectacular, Manuel, super bien documentada.
Besos
Gracias, Isabel.
EliminarUn beso.
Bellissimo post e foto!Buona serata...
ResponderEliminarGracias, Olga.
EliminarUn saludo.
Gosh! It is an incredible transformation!
ResponderEliminarWhen I read and looked couples photos in the beginning, I did not expect the old market totally has been changed into different architecture as in the couples of last photos :)
Wonderful!!
Big hugs
Muchas gracias, amiga Evi.
EliminarUn abrazo.
Lo recordaba vagamente pues ya hace casi 30 años que estuve por última vez en Sevilla, pero gracias a tu magnífico reportaje, he vuelto a revivirlo.
ResponderEliminarGracias, un saludo desde Barcelona
Muchas gracias, Julia.
EliminarUn saludo.
Siempre he preferido las "plasas" para los productos frescos. El de la Encarnación, calle Feria y Triana eran los frecuentados por mi familia. De chica, los travías daban un estupendo servicio y eran baratos, después los bús, pero el macareno, estaba en la misma calle donde vivíamos...
ResponderEliminar¡Qué de recuerdos ta entrañables!
Las Setas es un mirador que lo veo demasiado "comprimido" en una zona munumental, no estoy en absoluto en contra del progreso o innovador, pero lo vería mejor en otra zona mucho más amplia... ¡Y lo que costó!
Gracias por traernos rinconcitos de historia de nuestra querida Sevilla. La fuente es una joya, también la veo "comprimida" y luce menos de lo que se merece.
Haces una labor impagable, miarma.
Besos.
Gracias, Mari Carmen.
EliminarBesos.
Que grandes y bellos relatos aportas amigo Manuel, documentos muy importantes y valiosos del transcurso histórico de una ciudad. Andalucía, debe de estar orgullosa con tus publicaciones que son de muy agradecer querido amigo.
ResponderEliminarRecibe un fuerte abrazo y te deseo un buen fin de semana.
Muy amable, amigo, Juan.
EliminarGracias, y otro abrazo para ti.
Creo que debieran haber respetado el edificio antiguo aunque modernizando los puestos para las medidas higiénicas actuales.
ResponderEliminarTu reportaje como de costumbre muy bien documentado.
Saludos.
Muchas gracias, amigo Tomás.
EliminarUn abrazo.
Buenas buenas Manuel.
ResponderEliminarAdoro los mercados...pero los de antes...los "antiguos" ...Una pena que lo hayan derribado.
¿No hubiera sido mejor agiornarlo, o hasta achicarlo de haber sido necesario?
Pero no...
En fin. No digo que esté mal el nuevo...pero a mi me da mas "shopping" que mercado.
¡Mercados eran los de antes!
Gracias, Lu.
EliminarUn fuerte abrazo.
Ese mercado es una preciosisdad. no se puede tener más arte y creatividad. Saludos, manuel.
ResponderEliminarGracias, Ana María.
EliminarUn abrazo.
Muy lindas fotos del recuerdo y tus letras que me acercan a ese hermoso lugar que a la distancia disfruto. Saludos amigo Manuel. Cuídate.
ResponderEliminarMuchas gracias, Sandra.
EliminarUn abrazo.
Que bonito edificio han llegado a conseguir, me gusta mucho su estilo y tan creativo y moderno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Mari.
EliminarUn abrazo.
Aunque hace muchos años de esto, yo si recuerdo haber comido la carne de ballena. Lo que ocurría, era que a mi madre le daba asco y casi siempre nos alimentaba de legumbres y verduras. Según los médicos, mi madre dentro de su ignorancia, nos alimentó bien.
ResponderEliminarYn abrazo querido amigo.
Muchas gracias, María.
EliminarUn abrazo.
Buen trabajo como siempre muy interesante y ameno 👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼un saludo Manuel 😃
ResponderEliminarEstimado amigo@, muchas gracias por su amable comentario.
EliminarSaludos.
Un magnífico post cono siempre, maravilloso conocer los rincones de nuestra sevilla de antaño. Saludos desde Turquía
ResponderEliminarMuchas gracias, hijo; y a seguir disfrutando de esas merecidas vacaciones.
EliminarUn fuerte abrazo.
Já tive o prazer de visitar este belo mercado.
ResponderEliminarUm abraço e boa semana.
Andarilhar
Dedais de Francisco e Idalisa
O prazer dos livros
Gracias, Francisco.
EliminarUn abrazo.
Un gran reportaje. Me ha sorprendido mucho lo de la carne de ballena.
ResponderEliminarEl mercado actual me parece fantástico.
Te mando un abrazo fuerte.
Muchas gracias, Amalia.
EliminarUn fuerte abrazo.
Al entrar a tu blog,la cultura aumenta en el mio.
ResponderEliminarGracias, Juan.
EliminarUn abrazo.
Los lugares históricos nos dan sorpresas, como este mercado de La Encarnación, que bien has recogido su tránsito histórico en la crónica, y esa fotos que deben hacer parte del resguardo de tus archivos. Quién iba pensar como en la canción, que hoy, ese Mercado de la Encarnación sevillano, fuera a ser de esta estructura colmenar, posmoderna. UN abrazo, y mi aprecio. Carlos
ResponderEliminarGracias, Carlos.
EliminarUn fuerte abrazo.
Una verdadera ventana al pasado.
ResponderEliminarMuchas gracias, Alexander.
EliminarUn saludo.
Genial! Reportaje de hermosas imágenes.
ResponderEliminarManuel, aquí es donde edito
https://rodaryvolar-carmen.blogspot.com
Ahí, cuando puedas veras mi último poema.
Gracias por tu huella, me has regalado una gran alegría.
Un abrazo amigo🤗😘💙
Muchas gracias, amiga.
EliminarUn fuerte abrazo.
Como siempre un precioso reportaje que me encanta. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarGracias, Teresa.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola Manuel!!. Un gusto volver después de este tiempo vacacional a leer y pasear por los lugares de tus reportajes, en este caso la evolución que ha tenido este mercado. Muy bonito parece como está ahora, pero con estas transformaciones se llevan la esencia y ese sabor al pasado que tanto gusta.
ResponderEliminarLas fotografías muy bonitas, y muy curioso el letrero de la carne de ballena que para esos tiempos me parece que el precio era elevado, ¿no?.
Una abrazo Manuel.
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo, amiga Elda.
Amigo, como siempre encantada de volver a leerte, ver tu buen trabajo, y este magnifico reportaje fotográfico en esté estupendo post. Un gran abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Enca.
EliminarUn fuerte abrazo.
Nossa que transformação;
ResponderEliminarGostei de conhecer.
Então... a intenção sempre foi de carregar o jardim e se esconder entre a
vegetação; como o terreno é pequeno tudo foi muito bem calculado para
chegar nesse resultado, alguns espaços abertos, níveis e nichos mas com certeza
tem bastante plantas kkkk; muito boa a sua obervação;
Obrigada por apreciar meu pequeno espaço.
Boa continuação de semana.
Abraços
janicce.
Muchas gracias, Janicce.
EliminarUn abrazo.
El convento estaba entonces, en su origen, a las afueras de Sevilla, si no he entendido mal. Y, claor, con la desamortización esos terrenos, ya dentro de la ciudad, se convirtieron en muy jugosos para especular o para convertirlos en edificios de otros usos, como el que nos ocupa. Larga historia tienen las setas entonces.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias, Carmen. El convento estaba en esta plaza, justamente en una esquina de la misma, en pleno centro de Sevilla. Ya lo verás más claro en una próxima entrada que estoy preparando sobre la misma.
EliminarUn abrazo.
Un reportaje, por lo que he observado, magnífico en imágenes. La explicación extraordinaria, ya que yo veo a través de tus palabras.
ResponderEliminarGracias, Manuel por tus comentarios en mi blog.
Un abrazo y mi gratitud.
Muchas gracias, Piedad.
EliminarUn abrazo.
Toda una joya documental, Manuel y encima con fotografías. Me ha llamado también la atención la foto anunciando la carne de Ballena. En San Sebastián, en el monte Ulía han un promontorio que se utilizaba para otear las ballenas y avisar para ir en su captura. Actualmente sigue casi intacto.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias, Gumer.
EliminarUn fuerte abrazo.
Interesante historia, me ha encantado conocerla, asi como poder contemplar tu reportaje fotográfico.
ResponderEliminarBonito el nuevo Mercado, nuevos tiempos, siempre le faltará la solera y entrañables vivencias que seguro se vivieron en el antiguo.
Un fuerte abrazo Manuel y cuídate.
Muchas gracias, Ángela.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola amigo, quante cose interessanti ci fai vedere su Siviglia, una città che ti dà veramente occasione di descriverla nel passato e nel presente. Que tengas un buen domingo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Elio.
EliminarQue tengas un buen domingo
Mi muy estimado Manuel.
ResponderEliminarQue excelente tu referencia acerca del mercado de la Encarnación.
Me encantan los mercados.
Te dejo mi abrazo pleno de aprecio y amistad.
Gracias, amigo Ricardo.
EliminarUn fuerte abrazo.
Muchas gracias, Giannis.
ResponderEliminarUn abrazo.
A mí me encantan los mercados, Manuel, y claro prefiero los antiguos, aunque al final éste de las "setas" ha quedado muy rumboso y mucho mejor que la primera ignominia de convertirlo en un aparcamiento.
ResponderEliminarAh, si hiciérmos listas negras de los muchos desaciertos salvajes de nuestras autoridades seriámos los campeones de Europa.
Que preciosidad las fotos antiguas de este post, Manuel, incluyendo ese letrero anunciando carne de Ballena.
Un abrazo,
Muchas gracias, Tesa.
EliminarUn fuerte abrazo.
Por aquí también hemos pasado hoy, de turismo en la ciudad.
ResponderEliminarManuel aún me choca ver las setas pero ya era hora que esa obra se terminara, una vergüenza, tantos años sin tomar una decisión.
Muy interesante los datos y reseñas.
BESOS
Gracias, María José.
EliminarUn beso.