Parroquia de la Purísima Concepción, de Gerena (Sevilla)

Incendian la Parroquia de la Purísima Concepción, de Gerena (Sevilla).

Hoy, estimados amigos y amigas, les voy a ofrecer información sobre el incendio intencionado que sufrió la Parroquia de la Purísima Concepción, los objetos de culto y la imagen de la Virgen de la Encarnación, Patrona del pueblo de Gerena, el día 21 de Octubre de 1932.
Y esto lo voy a hacer con la documentación de que dispongo, sobre este trágico suceso, y que como leerán a continuación van a ser dos versiones muy distintas:
   La primera parte, corresponde a un artículo que publicó el periódico "El Liberal" el día 22 de Octubre, que lo acompaño con imágenes de otros periódicos de esa época, todos, de mi propiedad. Como leerán en dicho artículo, además de describir el redactor, los daños ocasionados según veía él, facilitaba una información basada en rumores y conjeturas propias de la tensión y desconcierto que se vivía en ese difícil momento, y por las prisas lógicas también, en ser ellos los primeros, en dar la noticia, ya que llegaron a Gerena, cuando aún humeaban las cenizas, y lo poco que se sabía entonces, era, lo que se hablaba en los corrillos y mentideros de esta localidad.

Mi agradecimiento al Padre Angel Luis, por su amabilidad,  y por todas las facilidades que me ha dado para poder llevar a cabo el siguiente reportaje fotográfico.

La armadura de la techumbre fue pasto de las llamas, que solo  dejaron de la iglesia el embovedado del altar mayor, y los muros y columnas.

Copia literal de dicho  artículo, donde se decía lo siguiente:

"La iglesia siniestrada se halla situada en lo más alto del pueblo, y está adscrita al culto de la Purísima Concepción, donde se veneraba  además de la imagen titular, la de la Patrona del pueblo, que es la Virgen de la Encarnación.

Cuando llegamos al pueblo humean todavía los escombros y arden algunas cabezas de vigas. El edificio está en alberca, porque se han hundido las techumbres de la nave central y de las dos laterales que lo integran.

Del altar mayor no queda sino la base, de mampostería y sobre ella, candelabros, lámparas de plata  y otros objetos, calcinados todos.

A la izquierda, el Sagrario, aparece destruido totalmente, y en la parte derecha, revueltos en montón, la cama y gran parte del mobiliario, que es propiedad de una pobre mujer viuda, que, acompañada de una nieta, ocupaba la planta principal como asistenta, pero, tal fue la suerte de ella, que ese mismo día se trasladó a Sevilla, donde va a cobrar una pensión del Estado.

Los demás altares de la parroquia, hasta el número de trece, están asimismo destruidos por el voraz elemento. También lo han sido la pila bautismal, el órgano, el melodiun y algunos cuadros que exornaban las paredes del templo, aunque ninguno tenían gran valor.

Se advierte en este incendio -basta la primera impresión para deducirlo- características análogas al de la iglesia parroquial de Aznalcázar, ocurrido en el  anterior mes de Septiembre.

(Si haces clic sobre las imágenes las puedes ver ampliadas)

Interior de la Parroquia de la Concepción, después del incendio, 1932.

El mismo espacio de la fotografía anterior, totalmente reconstruido.

Parece, que el siniestro tuvo lugar entre las doce y media y la una de la noche.

A estas horas, el mulero Antonio Ortiz, que presta sus servicios en la casa llamada "El Palacio", de la propiedad del marqués de Albaserrada, frontera a la iglesia parroquial, dio aviso al cura regente de la parroquia, don José María Saldaña; al vecino Francisco Vega Jaime y a otros del pueblo, de que salían llamas del templo y una densa columna de humo. Rápidamente el párroco se dirigió por la Sacristía a la escalera del campanario apresuradamente a tocar a rebato.

Momentos después salía, descalzo, al exterior, en demanda de auxilio. Al propio tiempo, Francisco Vega intentaba penetrar por la misma sacristía en el templo, derribando para conseguirlo la puerta de acceso, con objeto de salvar la imagen de la patrona, que se hallaba expuesta a la devoción de los fieles en lugar muy próximo, pero sus intentos fueron inútiles, pues hubo de retroceder ante el incremento del fuego, que ya se había extendido por todo el interior.

Gerena, desde que el Ayuntamiento suprimió, por razones administrativas, dos plazas de sereno, tiene otro, de carácter particular, al que subvenciona el vecindario. Se llama este sereno, Francisco López Sanabria; y nos ha afirmado que anoche, como de costumbre, empezó su servicio alrededor de las doce, dirigiéndose hacia el alto en que está emplazada la iglesia, donde llegó a las doce y veinte, sin encontrarse por el camino a nadie, ni advertir en las proximidades del templo nada anormal; después regresó de su visita diaria, hacia la plaza del Ayuntamiento -sobre las doce y media-, descansando un rato a la puerta de la casa municipal, y ya cerca de la una oyó las campanadas de rebato que avisaban del incendio.

Aspecto del Sagrario que quedó destruido totalmente.

El Sagrario en la actualidad.

Otra manifestación que hizo el sereno, que ha debido tenerse en cuenta por las autoridades, y de la que seguramente habrá constancia en las actuaciones oficiales, es, de que esa noche vio llegar a la Plaza, un coche con matrícula 8424-SE, y que se detuvo ante el llamado Casino de Benito. Un casino que presiden en armonía política de ultratumba los retratos del jefe del liberalismo sevillano D. Pedro Rodríguez de la Borbolla, y del líder del socialismo español Pablo Iglesias, y por otra parte una alegoría de la República.

Los ocupantes del automóvil se apearon y encargaron al regente del establecimiento que les preparase un asado de lomo.... Entre tanto los recién llegados se ausentaron, dejando allí al chófer, y regresaron a los pocos minutos con varios amigos del pueblo con quienes tomaron unas copas.

A poco tiempo de esto surgió el incendio. El siniestro sin embargo no avivó la curiosidad de los forasteros ni de sus acompañantes que permanecieron alegremente en el casino hasta que el encargado de éste les advirtió que se disponía a cerrar, pues no le parecía prudente mantener en su casino una reunión a la misma hora en que el pueblo se hallaba consternado por la destrucción de la Iglesia.

Los forasteros se dirigieron con el encargado del casino a las inmediaciones de la iglesia. Hemos hablado también con el encargado del casino, quien nos ha dicho que no sospecha de los forasteros, a los que no conoce, pues le basta el concepto en que tiene a los vecinos de Gerena que les acompañaron.

Durante la noche fueron practicadas  las primeras diligencias en averiguación de los hechos  y de sus posibles responsables.

Estas diligencias, según nos afirmaron, se las hicieron al juez municipal, don Antonio Álvarez Vega, y al secretario, don Enrique Corona. Del resultado de ellas nada hemos podido conocer.

Cuando pretendimos entrevistarnos con el juez nos dijeron que este se había marchado a trabajar a la cantera.

Seguramente será formulada a la autoridad correspondiente la propuesta de que cese en su actuación el Juzgado municipal, pues según nos afirmaron, no hace mucho se procedió por orden gubernativa a practicar un registro domiciliario en la casa del juez, persona a quien se estima de filiación avanzada y en consideración asimismo a que el secretario del Juzgado tiene precintado por consecuencia de otro registro, un estante, en el que se hallaron proclamas subversivas.

Puerta de la Purísima o del Perdón, en donde parece comenzó el incendio.

El mismo lugar, en la actualidad.

El fuego se inició por la puerta llamada de la Purísima, que corresponde a la calle Federico García de Leaniz. Esta portada tenía sus hojas enchapadas a media altura, e indudablemente fueron rociadas previamente de gasolina, puesto que los primeros vecinos que acudieron a presenciar el siniestro vieron junto a las citadas puertas varias botellas vacías, con cabida de medio y un litro.

Los incendiarios -es de suponer que fueran más de uno- también rociaron la puerta principal del templo, llamada del Perdón, así como la correspondiente a la de Santa María, por la parte posterior de la iglesia. Sin embargo, parece que por esta otra puerta trasera no se prendió fuego, acaso por que los incendiarios temieran ser descubiertos.

Tan pronto se tuvo conocimiento del siniestro, el alcalde dio órdenes para que fuera requerido telefónicamente el servicio de incendios de Sevilla, que acudió con la presteza habitual y con todos los elementos necesarios. Este servicio utilizó su bomba y además un camión tanque de Obras Públicas.

El personal realizó denodados esfuerzos, encaminados primeramente a aislar el incendio; pero ésta coincidió con la destrucción total de la iglesia, que ya llevaba más de hora y media ardiendo cuando nuestros bomberos hicieron acto de presencia en el pueblo.

Durante los trabajos de extinción, se desprendieron de la techumbre varios ladrillos, que alcanzaron al bombero José Fernandez Palma, que resultó con varias heridas de consideración, y que fue curado por el médico titular de Gerena, Don Damián Gómez Delgado, y posteriormente trasladado a Sevilla.

El servicio de bomberos se retiró del pueblo, y regresó a Sevilla a las ocho de la mañana, una vez que ya parecía alejado todo peligro de reproducción del incendio.

La Virgen de la Encarnación, destruida en el incendio.

La nueva imagen de la Virgen de la Encarnación, tallada en 1933.

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En esta segunda parte, les comento que, durante la Segunda República, concretamente en el año 1933, se había redactado la nueva Ley sobre la "Protección del Tesoro Artístico Nacional", que estuvo vigente hasta el comienzo del golpe de estado franquista,  quienes el día 8 de Agosto de 1936,  crearon por  real decreto, la nueva "Juntas de Cultura Histórica y Tesoro Artístico" con el fin de inventariar los daños que causaron los "rojos", en Sevilla y provincia, y que quedaron plasmados en dos libros escritos por José Hernández Díaz y Antonio Sancho Corbacho.

A continuación, les voy a ofrecer copia literal del documento redactado por la denominada "Juntas de Cultura Histórica y Tesoro Artístico", creada por Decreto del General Excmo. Sr. D. Gonzalo Queipo de Llano, como ya he dicho antes, el 8 de Agosto de 1936, y perfeccionadas después por el Caudillo, auxiliado por la Junta Técnica del Estado.

Dicha Junta, visitó el pueblo de Gerena el 13 de Septiembre de 1936.

El Decreto, decía lo siguiente:

"Ejerciendo la acción civilizadora que el glorioso Ejército se ha impuesto para la salvación de España, y con el fin de atender debidamente a la conservación de los edificios religiosos y civiles incendiados y saqueados por las turbas, y al rescate y custodia de los objetos de culto y artísticos de inapreciable valor procedente de los mismos, he venido en decretar lo siguiente:

1º Se constituye una Junta para la conservación del tesoro artístico en el territorio de mi mando, que estará integrada por los señores siguientes: D. Luis Toto Buiza, D. Antonio Muñoz Torrado,, D. Antonio Gómez Millán, D. Nicolás Díaz Molero, D. José Hernández Díaz, D. Antonio Muro Orejón y D. Antonio Sancho Corbacho.

2º Dicha Junta se hará cargo de todos los objetos artístico y de culto religioso que hayan sido rescatados, y de los que en lo sucesivo se recojan, los cuales serán depositados en el lugar o lugares que se designen, para su custodia, catalogación y determinación de su procedencia, con el objeto de devolverlos en su momento a quien corresponda.

3º  Por la indicada Junta se procederá así mismo a la dirección del desescombro de los aludidos edificios y hacerse cargo de los objetos o materiales de valor artístico que en ellos se encuentran para su conservación en la forma que en el número anterior se ordena.

4º Las autoridades locales, militares y civiles, ofrecerán los medios de todas clases y la facilidades, necesarias para que la Junta que se nombra pueda desempeñar eficazmente su cometido.

5º Para la devolución de los expresados objetos procedentes del saqueo se darán las oportunas órdenes, con apercibimiento de las sanciones en que incurran los infractores.

Sevilla 8 de Agosto de 1936.

El General Jefe de la 2ª División Gonzálo Queipo de Llano. (Rubricado).

Púlpito y camerino de la Virgen de la Encarnación, Patrona de Gerena, después del incendio, que solo dejó en pie los muros.

El mismo sitio, actualmente en restauración, y sin el antiguo púlpito. 

Y a continuación, un resumen del informe e inventario, que hizo esta Junta, en su visita al pueblo de Gerena,  donde se dice lo siguiente:

"Un momento ciertamente curioso en la historia de este edificio lo representa el concierto notarial otorgado el 17 de Agosto de 1556, por el que Alonso González, albañil, quedaba obligado a labrar el crecimiento de la iglesia de Gerena. Con dicho testimonio cabría relacionar el último tramo de naves del templo. La mayor luz de sus arcadas, disintiendo de la uniformidad del resto, y el estudio de aparejos, que revela distinta mano de obra, autorizan a pensarlo así; aún cuando el constructor respetara la forma fundamental de los elementos. El final de dichas obras podremos fijarlo documentalmente por el testimonio que fecha la portada principal de la iglesia, en el muro de los pies. La inscripción dice así: Esta obra se acabó siendo cura e mayordomo de esta santa iglesia / el muy reverendo señór bachiller Manuel Nuñez en 5 días de Mayo de 1569 años. Dicha portada, construida en ladrillo, es una notable supervivencia de las formas mudejáricas en momento tan avanzado del siglo XVI.

Lápida conmemorativa de la reconstrucción de la iglesia.

Las turbas mercenarias del marxismo incendiario el templo el 21 de Octubre de 1932, perdiendo totalmente sus cubiertas y las obras de arte que serán mencionadas particularmente. La piedad de los fieles arbitró los medios para reconstruirla, siendo dirigidas las obras por el arquitecto sevillano D. Aurelio Gómez Millán".

Fotografía actual, tomada desde el mismo ángulo que la siguiente imagen.

Interior de la parroquia, tras el incendio de 1932.

Al fijarme en los detalles de esta fotografía, me surgieron algunas dudas sobre unos elementos de hierro que se aprecian en la misma, y que al no verlos en el templo hoy en día, pensé, que se podían haber reutilizados en otra parroquia,  o quizás, lo mismo podían habitar en el triste limbo de olvido de cualquier viejo almacén -craso error el mio, como leerán más adelante-. Uno de esos elementos, eran los dos púlpitos de hierro fundido, carentes de mérito artístico alguno, como hemos podido ver en una fotografía anterior; y la otra duda es, esa especie de barandilla que se ve en la parte izquierda de la imagen, entre columnas.... ¿que sentido tenía, ahí?.

Bueno, pues se me ocurrió, que a quien mejor preguntar que al querido y respetado Hermano, D. José Salguero, párroco emérito, que durante 50 años estuvo a cargo de esta iglesia parroquial, quien amablemente me dijo sobre este tema: que a finales de los años sesenta, los púlpitos se desmontaron pero, que siguen ahí, en la iglesia, transformados en nuevos ornamentos religiosos que decoran el interior del templo, y que habitualmente se utilizan en la liturgia; y  que otras partes de los mismos se utilizaron en la vieja torre. Con esto quiero decirles, que las columnas de los púlpitos que soportaban las tribunas, una de ellas es, el pie que sujeta el atril, donde hoy reposa el Misal; y la otra, es el pié del símbolo de Cristo o Cirio Pascual; y por último, me contó también el Hermano José, que parte de las barandas de la escalerilla y tribunas, se convirtieron en las balconadas que lucen desde entonces, en la torre de la Iglesia. En cuanto al resto,  se lo contaré en otra ocasión, porque no me quiero extender mucho,  ya que de por sí esta entrada es bastante larga, y porque no me quiero desviar del tema que hoy nos ocupa .
Mi agradecimiento a D. José Salguero, por este interesante aporte.

Detalle, de la mencionada barandilla, de la que más adelante os contaré algo.

Interior de la parroquia, después de la restauración, a finales de 1936.

Retablo mayor.

El retablo mayor que para esta iglesia concertaron y ejecutaron  los maestros Diego López Bueno y Francisco de Ocampo, era pequeño de proporciones y estilo neoclásico. Estaba presidido por la imagen de la Inmaculada, moderna talla en pasta. Se veneraba también en el retablo las esculturas de San José y San Francisco, y en la parte superior un Padre Eterno.

Nave del Evangelio.

Ocupaba la capilla de cabecera, que era la Sacramental, un retablo construido según el gusto estético de las postrimerías del siglo XVII, donde se veneraba la imagen de vestir de Nuestra Señora del Rosario.

A continuación seguía un retablo de estilo neoclásico, dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, y otro de gusto romántico, donde se veneraba a Nuestra Señora del Carmen.

Seguidamente se hallaba otro retablo del siglo XVIII, donde recibía culto en sencilla imagen de vestir, la figura de Santa Ana.

En una hornacina se hallaba la escultura de Jesús orando el el Huerto, y al final de la nave, en la capilla bautismal -desaparecida como tal capilla por haberse quitado la reja que la delimitaba- había un retablo moderno con una devota escultura del Niño Jesús, que pudiese haber sido la que el escultor Pedro de la Cueva concertó en 1608 para San Francisco, de esta villa.

Y citar en esta nave un hermoso lienzo con la pintura de las Ánimas del Purgatorio. Del Sagrario que Gaspar del Águila concertó para esta iglesia en 1593.

Nave de la Epístola.

En la capilla cabecera recibía culto la imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, en figura de vestir.

Seguidamente se hallaba en un tabernáculo de estilo neoclásico, la imagen de la Patrona, Nuestra Señora de la Encarnación. A continuación un retablo del siglo XVIII, donde recibía culto una imagen del Patriarca San José, de la misma época.

De moderno retablo se hallaba una imagen de vestir de Santa Lucía, y por último otro retablo moderno con aplicaciones rocalla, donde se exhibían las imágenes de San Francisco, Santo Domingo y San Antonio.

Y citar, por último, el gran cuadro situado sobre el arco toral, perdido también en el incendio.

Se salvó del saqueo y destrucción, una interesante pintura en tabla representando La Quinta Angustia de María perteneciente al primer tercio del siglo XVI. (fue restaurada por D. Manuel Lucena, restaurador de S. M. Isabel II y de la Catedral de Sevilla).

Afortunadamente también se salvaron del incendio, los ornamentos, objetos de orfebrería y el archivo.

Entre los primeros merece destacarse un interesante terno de terciopelo rojo bordado en oro, perteneciente a la segunda mitad del siglo XVI; una casulla y pluvial de damasco verde con aplicaciones de brocatel toledano, del mismo siglo; y dos ternos de raso blanco, bordados en sedas, del siglo XVIII.

Entre los vasos sagrados merece destacarse un cáliz de plata, dorada repujada y cincelada, de fines de décima-octava centuria".

A continuación una pequeña muestra gráfica de esta parroquia, ya que una vez que se terminen las restauraciones que se están llevando a cabo, les ofreceré una nueva entrada, dedicada exclusivamente a esta iglesia.

Gracias por su visita, y si deseas leer el Consejo de Guerra Sumarísimo de Urgencia, contra un vecino de Gerena, por el incendio de esta parroquia, por favor, haz clic: AQUÍ.

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