Crimen del Capitán Sánchez.

EL CRIMEN DEL CAPITÁN SÁNCHEZ.

La víctima don Rodrigo García Jalón, viudo y adinerado, de cincuenta y cuatro años, llevaba una vida de mujeres y juegos, siempre  vestía de forma impecable y frecuentaba mucho el Palacio de juego llamado el "Círculo de Bellas Artes", precisamente en este lugar es donde fue visto por última vez, antes de su repentina desaparición.  Ese día Jalón se presentó vestido con una americana con chaleco y con camisa amarillenta con rayas verdes a cambiar cinco billetes de mil pesetas por una ficha de juego, ficha, que después sirvió para empezar a esclarecer el crimen.

D. Rodrigo García Jalón, víctima del horrendo crimen cometido por el capitán Sánchez.

FIGURAS DEL CRIMEN.

Izquierda.- Último retrato de María Luisa Sánchez.

Centro.- El más reciente retrato del capitán Manuel Sánchez.

Derecha.- Luisa Noguerol, esposa del capitán Manuel Sánchez.

Meses atrás Jalón, se había enamorado perdidamente de una chica coruñesa, de profesión planchadora, llamada, María Luisa Sánchez Noguerol  (hija del capitán Sánchez) a la que ofreció cobijo en su casa y a su cinco hermanos, ya que ella le contó, que era huérfana de madre y su padre les había abandonado.

El juez, Sr. Martinez Enriquez, acompañado de sus auxiliares al salir de tomar declaración al procesado Sánchez en las Prisiones Militares.

El día 24 de Abril el Sr. García Jalón se vio de nuevo con María Luisa, él, se le ofreció como protector, y ella le convenció para ir  a su casa y pedir la conformidad de su padre. Cuando llegaron, la casa estaba vacía, a Jalón lo sentó de espaldas a la puerta, mientras mantuvieron  una conversación que lo distrajo hasta el punto, que no oyó entrar al capitán que en su mano empuñaba un martillo con el que golpeó sin piedad en la cabeza del Sr. Jalón hasta su muerte, y de inmediato lo registraron quitando de sus bolsillos el poco dinero que llevaba y la ficha por valor de cinco mil pesetas.

Así se cometió el más feroz de los crímenes imaginables: este horrendo asesinato del Sr. Jalón , en que el refinamiento de la crueldad y el desenfreno de la barbarie llegan a extremos inconcebibles en la naturaleza humana.

Las herramientas que sirvieron al ex capitán Sánchez, para descuartizar el cadáver del infortunado Sr. Jalón.

El juez suplente señor Ochoa, que ha intervenido en las primeras diligencias.

El capitán Sr. Cillanueva, secretario del Juzgado militar que actúa en la causa.

María Luisa una vez cometido el crimen cometió el error, aún a sabiendas de que las señoras tenía prohibida la entrada en los salones del Círculo, se presentó a cambiar una ficha de juego de cinco mil pesetas, por dinero en efectivo, aunque la dejaron entrar, no consiguió convencer al cajero, solamente cambiaban fichas de ese importe a los socios. Sin embargo como era una mujer de buen ver, consiguió llamar la  atención de los allí presente que la vieron salir, acompañada hasta la puerta por el "botones", y fueron varios los testigo que la vieron reunirse con un hombre con bigote de puntas, sombrero de hongo y ropa bastante usada, y como ambos se marchaban juntos.

El abogado defensor del ex capitán Sánchez, Sr. Serrano Batanero, con los hijos de aquél, en la Plaza de Oriente, esperando la salida de los Reyes para implorar de SS. MM. el indulto del reo.

Los niños Manuel, Luis y Julio, de diez y siete, once y siete años respectivamente, hijos del capitán Sánchez, en el comedor del Asilo de la Paloma, donde fueron llevados por orden superior.

El teniente coronel señor González Bernard, juez instructor.

La familia y amigos empezaron a echar de menos al señor Jalón, y denunciado a la policía, se hicieron las primeras investigaciones, pronto la policía empezó a ver algo extraño en la desaparición, ya que se encontró en su casa la cédula identificación y el kilométrico del ferrocarril, que siempre llevaba con él cuando salía de viaje.

El fiscal, Sr. Cardenal, que ha instruido las primeras diligencias.

Balcón de la casa que ocupaba el capitán Sánchez,  desde donde dos de sus hijos estuvieron contemplando el sitio elegido por su padre para sepultar el cadáver de Jalón. En el círculo Manolita, hija de Sánchez, al salir del juzgado.

María Luisa saliendo de Prisiones Militares, con la cara tapada, después de terminada la vista.

Los alrededores de Prisiones Militares a la salida de María Luisa, para la Cárcel de Mujeres. El coche celular custodiado por la Guardia civil.

Tras las investigaciones la policía consiguió identificar a la señorita, que intentó cambiar la ficha de cinco mil pesetas en el Circulo de Bellas Artes, que era nada más y nada menos, que, María Luisa Sánchez Noguerol, hija del capitán Sánchez, que estaba destinado en la Escuela Superior de Guerra, y que estaba siendo investigado por otras desapariciones,  conocido jugador que estaba sin blanca, además la policía ya tenía conocimiento de que había mantenido con su  primogénita María Luisa una relación incestuosa.

Manuel Polo, albañil de la Escuela Superior de Guerra.

Pablo Andrés, albañil de la Escuela Superior de Guerra.

La policía desorientada por la falta de indicios claros, temerosos de sembrar en la conciencia pública impresiones falsas, sobre cogidos por la responsabilidad enorme de su misión, y hasta un poco amedrentados por ese hostil acecho con que suele esperar estas ocasiones los eternos difamadores de la Prensa, no tenían más aliento que el sentimiento de la misión social que les está encomendada, ni más guía que el estímulo profesional.

Un curioso retrato de María Luisa Sánchez.

La Policía por su parte ni siquiera pudo contar esa vez con el celo de la Justicia. Dos veces puso a los criminales en manos del juez, y dos veces vio que el juez desconceptuaba su peripecia devolviendo la libertad a los criminales.

Luis Puch, padrino de María Luisa.

Manolita  hija del capitán.

El Director General de Seguridad Sr. Méndez Alanís, no podía resignarse a que el suceso quedase velado por el misterio. Presintió desde el primer momento, con certero instinto policíaco, la culpabilidad del capitán Sánchez López, y no renunció ni por un instante a encontrar pruebas que la demostrasen de un modo categórico.

Interesante fotografía de María Luisa Sánchez a la que acompaña el ayudante de la cárcel de mujeres, D. Ramón Maldonado.

Otra interesante fotografía obtenida de María Luisa Sánchez, en la sala de costura de la cárcel de mujeres.

Estas no podían ser otras que el hallazgo de los restos del desaparecido, y llano es que si el Sr. García Jalón había sido muerto por el capitán, en el domicilio de este, habían de buscarse los rastros del delito.

Por eso, aunque en el mismo se habían hecho varios reconocimientos, el director general no renunció a practicar uno nuevo tan minucioso como fuese preciso, y para ellos dio anteanoche las órdenes oportunas a los inspectores Sres. Maqueda y Escudero.

El Juzgado Militar, conversando con los periodistas informadores.

En las primeras horas de la noche del jueves daba el Sr. Méndez Alanís las últimas órdenes: Que todo, absolutamente todo, esté dispuesto a las once de la noche. Y que no falten obreros y herramientas, porque estoy dispuesto a levantar el suelo y derribar los tabiques y paredes precisas hasta dar con los restos que buscamos. Yo mismo dirigiré el servicio.

Manolita Sánchez y el viejo Luis Puch, al salir de la cárcel de mujeres, después de visitar a María Luisa.

La emoción de todos subió de punto cuando se abrió un boquete y apareció, como a cuarta y media de la pared derribada, un nuevo muro. Del misterioso escondrijo salió un fuerte hedor a cadáver corrompido. Ya era Indudable que la tensa labor de la Policía había dado con el resultado apetecido.

El Sr. Méndez Alanís apartó a los obreros, se asomó en el hueco siniestro y exclamó: ¡hemos dado con la tumba de Jalón!.

Aquel enorme hueco era la tumba del Sr. García Jalón, mejor dicho, de su esqueleto solamente, ya que el feroz criminal autor de este delito mondó uno por uno los huesos de su víctima para hacer desaparecer la carne hecha chicotas por el retrete de su vivienda.

El abogado defensor de María Luisa Sánchez, D. Miguel Cabrera (x) saliendo de conferenciar con la procesada.

He aquí la lista completa de cuanto se halló en el escondrijo: Ropas: Un chaleco, una americana, una camisa amarillenta con rayas verdes, una camiseta, unos calzoncillos, un pañuelo de señora, un puño y un impermeable.Todo ensangrentado y hecho jirones.

Restos humanos: la columna vertebral partida en pedazos y con las costillas aserradas, huesos largos de brazos y piernas, trozos de cuero cabelludo, los pies cortados por los tobillos, sin los dedos; los omóplatos y otros huesos.

Los restos de Rodrigo Carcía Jalón, en el patio del picadero de la Escuela Superior de Guerra, después de ser extraídos del tabique donde estaban emparedados, en la imagen captada el 21 de Mayo, el juez Sr. Maqueda señalando los restos, y varios albañiles continuando con la excavación del tabique.

El ex capitán Sánchez en su prisión, días antes de ser ejecutada la sentencia del Consejo de Guerra que lo condenó a muerte, y en cumplimiento de la cual, fue fusilado en el Campamento de Carabanchel.

El ex capitán Sánchez al salir de la capilla para ser conducido al lugar de la ejecución.

Conducción de Sánchez al campamento de Carabanchel. Detrás del furgón el piquete que lo fusiló.

Soldados transportando el cadáver de Sánchez al furgón para conducirlo al cementerio de Carabanchel.

EL CAPITÁN MANUEL SÁNCHEZ FUE FUSILADO  AL AMANECER DEL DÍA 3 DE NOVIEMBRE DE 1913, AL SER DECLARADO CULPABLE DE MATAR Y DESCUARTIZAR A SU VÍCTIMA EN LA ESCUELA DE GUERRA.

MARÍA LUISA SÁNCHEZ FUE CONDENADA A VEINTE AÑOS, PERDIÓ LA CORDURA EN LA CÁRCEL Y FALLECIÓ EN 1925.

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