Plaza de Toros de la Real Maestranza, de Sevilla.
La Maestranza a finales del siglo XIX.
La Maestranza. Postal 1901-1905.
La Maestranza a finales del siglo XIX.
La Maestranza. Postal 1901-1905.
Bajo la luz cegadora de Abril, el coso ilustre de la Maestranza -símbolo de la gloria torera de Sevilla- resplandece como si fuera de oro. A lo menos, su redondel de amarillo albero, rebrilla cual vieja y dorada onza. Un círculo rojo, recuerdo dramático de la fiesta de sangre, abraza el anillo. Sobre los tendidos escalonados la multitud ávida de espectáculo. En los balcones que se alinean bajo la arcada de Toscana línea, triunfa la gracia de la mantilla o el mantón bordado, galas de la mujer hispalense en las jornadas jubilosas de la Feria. Por encima del tejadillo, el lienzo azul del cielo sin una mácula y recortándose en él, como si tuviera vida y se empinara sobre si misma para contemplar la fiesta y presidirla, la mole de la Catedral y la aguja almohade de la Giralda. No hay plaza en España ni en el mundo que pueda considerarse más hermosa. La superarán otras en suntuosidad, en tamaño, en elegancia arquitectónica, si se quiere, pero allí el sol alumbra de otro modo, la luz de la tarde posee el don único de las irisaciones y de los reflejos y sobre todo alucina el milagro del "aire" al que aludía Pérez Lugín, cuando se mezclan en la retina del espectador el rojo purpúreo de la barrera y el albero áureo que tapiza el redondel. Con razón ha podido decir José María Cossío: "Por su clásica y noble arquitectura, por sus proporciones armoniosas, por su tradición, es sin duda la más bella y sugestiva de las plazas españolas".
Verja de la puerta del Príncipe, de la Plaza de la Maestranza. 1915.
Salida de cuadrilla. Postal de 1901.
Corrida de toros- Suerte de capa. Postal de 1905.
Corrida de toros- Suerte de capa. Postal de 1905.
Guerra esperando al toro. Postal de 1905.
La estampa alegre de la Maestranza, en el mágico instante de cruzar las cuadrillas el ruedo constituye el mejor cartel de la fiesta. Ni la más exaltada fantasía sería capaz de crear un cuadro de tan alucinante y vivo colorido, de tan serena y atildada gracia, de tan equilibrada y admirable sencillez...
La Real Maestranza de Caballería poseyó junto a los muros de la célebre Cárcel del Pópulo un corralón cuadrangular para ejercicios ecuestres, donde empezaron a correrse reses bravas, a principios del siglo XVIII. Por entonces se inició la edificación de la plaza actual, según los planos del arquitecto Vicente San Martín. al principio solo se construyó de material un tercio de la misma. El resto conservó la madera primitiva. En los primeros años del siglo XIX un vendaval -a decir de Velázquez y Sánchez- derribó gran parte del andamiaje y tal accidente obligó a terminar la plaza con materiales más estables. Sin embargo, la restauración, debió ser lenta, ya que en 1846, cuando Alejandro Dumas visita Sevilla, aún se aprecia en la Maestranza el hundimiento descrito. "Lo que más me sorprendió en el circo -escribe el viajero francés- es el buen gusto que tuvo cierto huracán, ignoro en qué época, derribando toda una parte del monumento, que nunca más a vuelto a ser edificada. De este modo, la parte desaparecida ha dejado una brecha, por donde se descubre toda la Catedral, guardada y dominada por su Giralda, como por un gigantesco centinela". De tal modo, también la vio el pintor David Robert, que nos ha transmitido en un primoroso grabado una visión romántica y un tanto convencional del histórico ruedo.
Grabado de David Robert, de la Plaza de la Maestranza con la Catedral de fondo.
El paseo de las cuadrillas en la Plaza de la Maestranza.
Está tan unida a la historia de Sevilla la Plaza de la Maestranza, se aprecia tanto su armoniosa proporción, que aun resultando pequeña para la extensa afición de hoy, a nadie se le ocurre ni aumentar con añadidos su capacidad ni construir otra plaza más amplia. Hace casi cien años se intentó arrebatar al ruedo del Baratillo su primacía. En un lugar cercano al barrio torero de San Bernardo se alzó -de hierro y cemento- una nueva plaza: La Monumental. Tras unas pruebas no muy convincentes se inauguró el flamante escenario en 1918. Dos años después cerraba sus puertas para no abrirlas más. Durante mucho tiempo aquel monstruo de cemento armado permaneció en pie. Hasta que un día, ganado el terreno para otras instalaciones, fue destruido. Nadie se conmovió por eso.
Plaza de Toros de Sevilla. Postal de 1905.
La Maestranza se siguió conformando con su capacidad de 12.300 espectadores, pero conservó inmutable su comodidad y belleza estética siempre fragante en las jornadas primaverales.
Corrida de toros-Preparando para matar. Postal de 1901.
Una gran estocada. Postal de 1904.
Fuentes: Archivo particular.
La Plaza de la Real Maestranza, en la actualidad.
(Si haces clic sobre las imágenes, las puedes ver ampliadas)
Magnifica y completa entrada, Enhorabuena Manuel.
ResponderEliminarEs una Plaza de enorme importancia, una de las primeras de nuestro país. Has sabido con las estupendas fotos darnos una evolución-información del paso del tiempo.
Ser Caballero Maestrante está reservado sólo a un muy selecto y escogidísimo colectivo de la alta sociedad, incluso en nuestros días, no parece que eso evolucione con el tiempo...
No soy taurina, pero me interesa todo lo que tenga que ver con la historia y curiosidades de mi país, especialmente con Andalucía. Y tú que eres una enciclopedia bloguera colmas mi ansias de saber. Ya sólo me resta decirte:
¡¡¡GRACIAS!!!
Besos.
Yo tampoco soy taurino, pero lo respeto y hago estas entradas con mucho gusto, porque son parte de nuestra historia.
EliminarGracias por tu interesante aportación.
Un beso, Mari.
Fantástico este trabalha sobre uma praça de toros que é mítica e que eu já tive o prazer de lá estar.
ResponderEliminarUm abraço e continuação de uma boa semana.
Andarilhar
Gracias, Francisco.
EliminarUn abrazo.
Querido Manuel,
ResponderEliminarHas escrito muy vividamente sobre La Maestranza. Tulen entrada me gustó muchísimo. Desgraciadamente he visto La Maestranza solamente de fuera pero aún así fue espectacular. Los colores blanco y amarillo de Sevilla son fascinantes.
Muy amable Riitta, y muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Esta vez y sin que sirva de precedente, no voy a decir nada que no sea...Un abrazo.
ResponderEliminarTe entiendo perfectamente.
EliminarGracias.
Un abrazo.
Solo la he visto por fuera. Qué pena lo de la MOnumental.
ResponderEliminarBesos, Manuel.
Gracias, Celia.
Eliminarbesos.
Muy buena información como siempre. No he estado en la Maestranza en ninguna corrida de toros, pero sí que la he visitado, y la vi bien por dentro.
ResponderEliminarAbrazo Manuel.
Gracias, Rafa.
EliminarUn abrazo.
Nunca he estado en la Maestranza, pero me gustaría visitar el edificio, buena documentación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Mari.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola Manuel, aunque no me gustan los toros, soy respetuosa con lo que les gusta a los demás. Me e leído todo el post y ciertamente es muy interesante y tu trabajo como siempre maravilloso. Un fuerte abrazo mi querido amigo.
ResponderEliminarMuchas gracias Lola, a mi tampoco me gustan.
EliminarUn fuerte abrazo.
Boa tarde, fantastica fotorreportagem com belas e antigas fotos da praça de touros.
ResponderEliminarResto de boa semana,
AG
Gracias, amigo.
EliminarUn abrazo.
Simplemente magistral...
ResponderEliminarGracias
Gracias, amigo Mark
EliminarUn abrazo.
La verdad que es preciosa con esos colores.. Lo que habrán vivido sus legendarios muros.. Buen fin de semana
ResponderEliminarGracias, Ana.
EliminarAbrazos.
Yo vivo al lado de lo que fue la Monumental y hoy sólo la recuerda una pequeña plaquita y un pequeño arco de una puerta que da acceso a un aparcamiento. (Bueno y un bar de tapas que lleva su nombre);))
ResponderEliminarUn post como siempre maravilloso querido Manuel.
Besitos
Muchas gracias, Isabel.
EliminarBesos.
La he visto por fuera y, aunque no me gustan los toros, tu reportaje me parece muy bueno.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias, Amalia.
EliminarUn beso.
Aunque he vivido toda mi vida en Sevilla, tan solo la he visto por fuera. Nunca llegue a entrar a ver su museo o el albero del redondel, por supuesto nunca acudí a una corrida.
ResponderEliminarEs magnífica. La última vez que estuve cerca, fue hace un par de años. Hice muchas fotos a orillas del Guadalquivir y todo ese entorno maravilloso de la capital hispalense.
Como siempre, querido, Manuel, agradecerte tus estupendos reportajes.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Maripaz.
EliminarUn fuerte abrazo.
Y cómo vas hilvanando arte, información, y sentir.
ResponderEliminarMagnífica plaza, con solera y prestigio. Mudo testigo de la historia donde,"el sol alumbra de otro modo".
Te felicito Manuel por este fantástico reportaje.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Ángeles.
EliminarAbrazos.
No soy amante de los toros, estoy de acuerdo con el comentario de Lola, hay que respetar a los demás. Pero como siempre, has hecho un reportaje magnifico.
ResponderEliminarManuel, buen fin de semana! Un grande abrazo.
Yo tampoco, Cristina, pero igual que tu lo respeto.
EliminarUn fuerte abrazo.
Siempre me ha llamado la atención su circunferencia imperfecta que en realidad la hace perfecta y admirable. Desconocía lo de la Monumental.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias amigo, y ya te avisaré, porque estoy preparando un reportaje sobre la Monumental.
EliminarUn abrazo.
No soy muy taurino pues tan solo entre en una plaza a ver los recortes o un espectáculo ecuestre.
ResponderEliminarPero decir que nos has dejado una interesante historia de esta plaza que como bien dices no es la mas grande pero si una de las mas importantes en ese mundillo taurino.
Saludos.
Muchas gracias, Tomás.
EliminarUn abrazo.
Sólo he estado en esa plaza una vez, la única vez que he asistido a un festejo taurino. No soy antitaurina tampoco.Son hermosas esas postales antiguas y hay mucha poesía en la narración que las acompaña. Te deseo un feliz fin de semana. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, María José.
EliminarUn abrazo.
No soy muy taurino pero ello no impide que pueda apreciar tu buen hacer. Un abrazo, amigo.
ResponderEliminarGracias, David.
EliminarUn abrazo.
Has puesto a nuestro alcance una buenísima información Manuel. Nunca he ido a una corrida de toros, pero si que he visto la Maestranza por dentro. Las fotos son magnificas y el gravado de David Robert me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Conchi.
EliminarUn beso.
Chile no tiene corridas, pero es fácil impregnarse de sus bondades y de sus miserias en selecciones como las que presentas, Manuel.
ResponderEliminarMuchas gracias, Esteban.
EliminarUn fuerte abrazo.
A mi padre le hubieran encantado estas imágenes taurinas, a mi me gustan mucho es algo que heredamos y que es difícil no sentir una alegría cuando llega la feria aquí....besos Manuel :*
ResponderEliminarMuchas gracias, Patty.
EliminarBesos.
Amigo Manuel, me ha encantado tu prosa poética con la que describes la Plaza de Toros de la Maestranza así como actuaciones valientes y artística que allí se celebran.
ResponderEliminarUn abrazo tocayo.
Goriot
Muchas gracias Manuel.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola Manuela,
ResponderEliminarSiempre es un placer leer su blog. Tantas fotos bellas y su manera de describir todo es unica. Siempre aprendo mucho de un sitio que todavia no he ido.
Abrazos
Hola, Norma, me ha dado mucha alegría verte de nuevo por aquí.
EliminarMuchas gracias.
Un fuerte abrazo.
Sevilla.... qué preciosidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias.
EliminarOtro abrazo para ti.
Es muy bella la plaza y todo su entorno. Me encantan las fotos y sobre todo el grabado, es una preciosidad.
ResponderEliminarAbrazos, Clara
Gracias, amiga Clara.
EliminarAbrazos.
Amigo coleccionista,el viejo fotógrafo,te agradedece el buen comcepto que tiene de sus fantasias
ResponderEliminarDe nada, viejo fotógrafo.
EliminarUn abrazo.
Que buena información Manuel, escrita con belleza y pasión. No la conozco por dentro, pero he pasado más de una vez por delante y me ha parecido una preciosidad como es toda Sevilla, con esa luz especial que embellece todo.
ResponderEliminarLas fotografías son preciosas.
Un abrazo.
Muchas gracias, Elda.
EliminarUn fuerte abrazo.
Bonito paseo por el pasado, Manuel. Gracias!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo :)
Muchas gracias, amigo.
EliminarUn fuerte abrazo.
La Maestranza es una joya y las postales preciosas. Un placer leer tus entradas.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias, Ambar.
EliminarUn beso.
Un abrazo Manuel y feliz semana.
ResponderEliminarGracias, Ángela.
EliminarUn beso.
ResponderEliminarNo tengo el honor de conocer tal maravilla, pero tal y como la describes ha de ser preciosa, sobre todo en una tarde repleta y con un buen cartel.
Un saludo
Gracias, amiga.
EliminarUn abrazo.
Se nota que lo vives, tu descripción es perfecta y engancha, por algo se conoce a la plaza como LA CATEDRAL DEL TOREO.
ResponderEliminarEs una de las plazas más antiguas de España y tiene que ser impresionante asistir a una corrida en plena FERIA DE ABRIL.
¡Preciosas postales compartes hoy con todos nosotros!
Cariños y buena semana.
kasioles
Gracias, amiga.
EliminarUn abrazo.
Documental excelente como siempre, Manuel. Aunque no soy aficionada a los toros, eso no resta, para satisfacer mi interés por por el tema.
ResponderEliminarUn abrazo y linda semana para ti
Fina
Muchas gracias, Fina.
EliminarUn fuerte abrazo.
Es una de las plazas más respetada por todos los troreros. Triunfar en la Maestranza es el mejor honor que puede tener un torero, su antigüedad y su gran prestigio hace que sea un referente dentro de la historia del toreo.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias, amiga.
EliminarBesos.
No me gusta que maltraten a los animales, así que no me gustan los toros, aunque reconozco que no puedo ser indiferente a la parte teatral de la puesta en escena, que me atre sin duda, los trajes, los ritos, las coreografias de caballos y toreros, ese redondel que en la Maestranza parace competir con el sol, luminoso como en ninguna otra plaza de España.
ResponderEliminarMe quedo con eso y con las descripciones maravillosas que nos traes de este bello reciento, aunque yo lo dedicaría a exibiciones de caballos, teatro y danza.
Un beso,
Hola Tesa, a mi tampoco me gustan, pero lo respeto, y también me gusta mucho la puesta en escena, como a ti.
ResponderEliminarUn beso.