La carabela "Santa María", en la Exposición Iberoamericana, de 1929.
¡TIERRA!
El Almirante enmudece de emoción y, entre sus marineros, desde la "Santa María", mira en la realidad de su sueño la fuente de su locura sublime, vara, mágica que hizo surgir el Nuevo Mundo.
Rodrigo de Triana, fue el primer marinero de Colón que vio América, en 1492.
La "Santa María" de la Exposición.
Cuenta Alvar Núñez Cabeza de Vaca en sus Naufragios, que muchas veces él y sus soldados, metidos en el quebradizo bajel o la vieja galera, se lanzaron a la mar -con algunas libras de bizcochos y de tocino-, expuestos a dar en los escollos y bajíos, o a hundirse en el seno de una ola, "pues ninguno de los que íbamos en el galeón -dice- teníamos noticias del arte de marear".
Reproducción exacta de la carabela "Santa María" para la Exposición-Iberoamericana, de 1929.
Por sugerencia de D. Torcuato Luca de Tena en 1926, al Rey D. Alfonso XIII, para que se construyese una réplica de la carabela "Santa María", con motivos de la Exposición Iberoamericana de 1929, en Sevilla, y como complemento del "Pabellón de la Marina"; el Rey, entusiasmado con la idea, lo puso en conocimiento del ministro de la Marina D. Honorio Cornejo Carvajal, dándole instrucciones para que se llevase a cabo tal proyecto, quien a su vez encargó la dirección del mismo al joven y animoso capitán de corbeta, D. Julio Guillén. Una vez comenzó el proyecto tuvo muchas dificultades antes la falta de datos, de ese tipo de navíos; basándose en manuscritos y tablas de la época, consiguió reproducir lo más fielmente posible a la "Santa María".
Por Decreto Ley del general Primo de Rivera se comienza a construir el proyecto del capitán Guillen, con fecha de 22 de Junio de 1927.
La nave se construyo en los astilleros gaditanos de Echevarrieta, y se botó en Enero de 1929, navegando cuatro meses después, hacia el puerto de Sevilla donde le esperaban SS. MM. los Reyes.
La carabela "Santa María" en la grada de los astilleros Echevarrieta, dispuesta para su lanzamiento.
Bendijo la nave, el capellán don Juan Javaloyes, actuó de madrina la niña, María Felisa Aldecoa Lacumbe, y presidió el acto el capitán del puerto, D. Eduardo Pachín.
Sus características eran: eslora 27,50 metros; manga, 7,78 metros; puntal, 5,08; calado de popa, 2,03; de proa, 2,47; desplaza 226 toneladas; el palo mayor, traído de Holanda, medía 27,60 metros y el velamen total era de 470 metros cuadrados.
La nave "Santa María", en plena mar.
Momento en que el Rey sube al barco.
SS. MM. los Reyes, con las Infantas D.ª Beatriz y D.ª Cristina, conversando con el capitán, D. Julio Guillén.
Siendo Ministro de la Marina el contralmirante D. Mateo García de los Reyes, el 5 de Diciembre de 1929, la "Santa María" se le entrega a la Marina, figurando desde entonces en la Lista de Buques de la Armada.
La "Santa María" en el momento de llegar a Sevilla para el acto inaugural de la Exposición Iberoamericana, escoltada por los destructores españoles "Lazaga" y "Alsedo".
El capitán de corbeta don Julio Guillén, de palabra encendida en la que campea el giro popular, franco y certero, tienía un sueño que desde que el ministro le encargó la reconstrucción de la carabela "Santa María", se le había convertido en pesadilla la idea de una expedición, -una vez clausurada la Exposición Iberoamericana-, y recorrer la ruta de Colón, en la carabela "Santa María", haciendo escala en Santo Domingo, Cuba, La Florida, hasta meterse en Nueva York. Por el canal Erik se internarían en los lagos del Canadá y norte de Norteamérica, llegando al lago Míchigan, en donde está Chicago, que celebraría una exposición en 1933.
El capitán de corbeta Julio Guillén, que tenía previsto mandar a la "Santa María" en viaje hacía América.
La empresa sería puramente civil. Claro es que la repercusión sentimental y patriótica de este viaje, sus deseos y afanes, no estaban empañados por ningún bajo interés, el aire romántico de esta tarea le daba un aspecto nacional. Este viaje -decía el Sr Guillén- estaba relacionado con el espíritu deportivo de nuestro tiempo, con esta furia de records... sin embargo nuestro gesto romántico es un brindis a América. Llevaremos en nuestra Santa María una piedra de la Rábida.
La nave no llevará aparato ni máquina moderna, eso sería mistificar el viaje. Lo haremos como lo hicieron nuestros antepasados; con los mismos artilugios y utensilios de tosca traza que ellos emplearon, y la única cama que hay, no pienso usarla.
-Somos unos treinta hombres, todos voluntarios y tres o cuatro oficiales.
-Invertiremos dos meses en llegar a América, pero el viaje total durará dos años. Llevamos víveres para cuatro meses, y agua para seis. Los víveres serán distribuidos de manera racional, ya que van en cajas numeradas para su distribución. Gastado el contenido de una caja, la leña nos sirve para el fuego. El régimen a bordo será democrático, todos comeremos los mismos ranchos y pasaremos los mismos apuros.
La "Santa María", en las tranquilas aguas del Guadalquivir.
La cámara de Colón a bordo de la "Santa María". Despejada de todo lo superfluo, así que el barco se haga a la mar, esta cámara será utilizada, por el capitán Guillén y los oficiales que habían de acompañarle.
Querían estos españoles repetir la gloriosa hazaña de sus antepasados, afrontando los azares del riego en la gloriosa ruta; revivir la vieja estampa, desteñida y rota, de la nave que fue un día cobijo de gente brava y aventurera, cofre donde la raza guardaba su coraje y sus esperanzas, falansterio abigarrado de soldados impetuosos y fanfarrones con alma de aventurero y de santo... Pero tanto trabajo e ilusiones, se truncaron y pasaron al triste limbo del olvido, coincidiendo con la entrada de la República, que impidió se llevara a cabo la expedición.
Cubierta principal de popa, que servirá de austero dormitorio a la dotación, en la carabela.
El ministro de la Marina, señor Casares Quiroga, que dio toda clase de facilidades, para que el viaje de la Santa María se llevara a efecto, aún cuando este viaje, de carácter puramente deportivo, no tuvo intervención oficial de la Marina.
En 1942 la "Santa María" fue remolcada desde el río Odiel hasta Valencia, donde estuvo atracada hasta 1945, año en que se remolcó hasta Cartagena para su desguace, y al llegar a la altura de Villajollosa, naufragó.
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INFORMACIÓN ADICIONAL SOBRE LAS BANDERAS DE LAS CARABELAS DE COLÓN, EN SU PRIMER VIAJE AL NUEVO MUNDO.
Bandera de la Cruz verde, con las iniciales coronadas del Rey Fernando y la Reina Isabel.
Escribió Cristóbal Colón en su Diario que "el Almirante (Colón) saltó a tierra (para tomar posesión de la Isla de Guanahaní) en la barca armada, y Martín Alonso Pinzón y Vicente Anes (Yañez), su hermano, que era capitán de la Niña.
Sacó al Almirante la bandera Real, y los capitanes con dos banderas de la Cruz verde, que llevaba el Almirante en todos los navíos por seña, con una F y una I /Fernando e Isabel/, y encima de cada letra su corona, una de un cabo de la + y otra de otro... y dijo que... tomaba, como tomó, posesión de dicha isla por el Rey e por la Reina, sus señores..."
Detalle interior del castillo de popa, de la nao "Santa María"
Estandarte de Castilla o bandera Real.
El estandarte de Castilla o bandera Real que desplegó Colón en aquel solemne acto, era de cuatro cuarteles rojos y blancos, con escudos y leones, según la carta de marear que pintó para los Reyes Católicos, en el año 1500, el maestre Juan de la Cosa.
Detalle de la popa, con el estandarte de Castilla o bandera Real.
Fuentes: Bibliografía y archivo particular.
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no sabía que habían hecho replica de ese barco. gracias por compartir.
ResponderEliminarabrazos
De nada, amigo.
EliminarUn abrazo.
Oh que triste destino el de esta réplica, ¡lástima de su naufragio!
ResponderEliminarNo tenía ni idea de esto tan interesante que nos cuentas. Ha sido muy ameno y entretenido leer tu entrada Manuel, me ha encantado, y las fotografías geniales.
Un abrazo.
Muchas gracias, querida amiga.
EliminarUn abrazo.
Es impresionante como se podían atrever a embarcarse en estos cascarones para regalarnos el descubrimiento de un nuevo mundo. Las condiciones de navegación en ellos tenían que ser angustiosas.
ResponderEliminarBesos
Gracias, Isabel.
EliminarBesos.
Realmente interesante...
ResponderEliminarGracias
Gracias, Mark.
EliminarUn abrazo.
Además de las entradas tan preciosas que nos regalas, contigo se aprende mucho de historia; gracias.
ResponderEliminarAbrazo Manuel.
Muchas gracias, Rafa.
EliminarUn abrazo.
En Barcelona, hubo durante muchos años una réplica, anclada en el puerto, hasta que se pudrió.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Alfred.
EliminarUn abrazo.
Hola, la carabela que estuvo anclada muchos años en Barcelona fue la segunda reconstitución que hizo Julio Guillén Tato en 1950; copia, que no replica, de la primera de 1929. Esa Segunda la hizo para el rodaje de la película "Alba de America" y se utilizó en varios rodajes más como "Simbad el marino".
EliminarLos ataques terroristas a la misma por parte de independentistas y la proximidad de las olimpiadas de Barcelona, además del deterioro de los años, hicieron que consideraran oportuno hundirla en 1992. Intereses, abandono... en fin, una barbaridad pero así fue.
Gracias, Marita, por tu interesante aporte.
EliminarSaludos.
Me habría encantado navegar en ese barco. En Alicante tienen una réplica del Santísima Trinidad, lo que pasa es que uno puede entrar pero no va a navegar. Pagaría por navegar en él, desde luego.
ResponderEliminarGracias, amigo.
EliminarUn abrazo.
Una vez más, Manuel, me he impregnado de una gran y documentada historia, muy aleccionadora...y en breve.
ResponderEliminarAbrazo austral.
Gracias, amigo Esteban.
EliminarUn abrazo.
Cuanto trabajarían para construir una reproducción de la carabela y que hazaña querían llevar a cabo, que pena no lo lograsen por causas ajenas a ellos y lo peor de todo es que al final naufragara.
ResponderEliminarManuel,es una verdadera maravilla lo bien que te has documentado para ofrecernos esta parte de la historia, tan interesante,te felicito.
Un saludo
Muchas gracias, Rosa.
EliminarUn abrazo.
La historia es una ciencia que no debemos olvidar
ResponderEliminarGracias, amigo.
EliminarUn abrazo.
Hola Manuel.
ResponderEliminarMe ha resultado amena e interesante la lectura de este "descubrimiento"
Desconocía que se hubiera hecho una réplica tan perfecta.
Las fotos de tu archivo, como siempre, me encantan.
Un abrazo.
Muchas gracias, Ángela.
EliminarUn fuerte abrazo.
Que bonita!!! parece mentira que pudieran surcar los mares de aquella manera.. Que mundo tan apasionante.. Un saludito Manuel..
ResponderEliminarGracias, amiga.
EliminarUn beso.
Enhorabuena Manuel.
ResponderEliminarMe encanta todo lo que sea promocionar nuestra historia, y más si es sobre la Exposición Iberoamericana.
Un abrazo.
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Muy interesantes todos los datos que nos ofreces Manuel. Desde la construcción de la réplica, pasando por los avatares políticos del proyecto, hasta el frustrado viaje hacía las Américas que hubiera dado para cientos de historias. Una entrada que es un tesoro para el legado de tu blog . Gracias por el trabajo, un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, amigo.
EliminarUn fuerte abrazo.
Cuánto se aprende aquí, así da gusto, no tantas tontunas como pongo yo.
ResponderEliminarUn abrazo.
De tontunas nada, a mi me atrae mucho la sencillez de las personas, y tu lo eres.
EliminarGracias, y un beso.
He seguido atentamente todo lo que nos cuentas sobre la construcción de la Santa María y toda la documentación que se ha tenido que revisar para que la réplica fuera lo más parecida a la original.
ResponderEliminarCierto es que lo han logrado y a mí me ha parecido preciosa.
Seguí leyendo atenta pensando en lo que ocurriría con ese recorrido que pensaban hacer imitando el mismo viaje a las Américas y... ¡vaya desilusión que me he llevado!
En este momento los acontecimientos políticos echaron por tierra las ilusiones de esos 30 hombres que se habían prestado voluntarios para repetir la misma hazaña de sus antepasados.
En cuanto al codillo de mi receta, te diré que la carne no es tan gelatinosa como la de las manitas, (a mí también me encantan) pero algo de gelatina si que tiene, prueba de ello es que deshuesado y metido en un molde rectangular y estrecho, con un peso encima, se convierte todo en un bloque que luego se puede trocear y comer frío o templado si lo pasamos un poco por la sartén, es decir, que algo gelatinoso es. Espero que mi explicación te haya servido.
Cariños.
kasioles
Muchas gracias por todo, hoy mismo lo he probado y estaba exquisito.
EliminarUn beso.
Mi querido amigo que gran trabajo haces, mira que nos enseñas cosas, muchas gracias. Un fuerte abrazo. Buen día Manuel.
ResponderEliminarMuchas gracias, querida amiga.
EliminarUn fuerte abrazo.
Mil gracias Manuel por compartir tus post que son siempre muy interesantes, me doy mi tiempo para leerte a la hora de mi almuerzo, me gusta mucho tus imágenes recopiladas en el tiempo....besos :*
ResponderEliminarMuchas gracias, amiga Patty.
EliminarUn beso.
Qué historia, Manuel, y qué pena que no se pudiera llevar a cabo el sueño del capitán Guillén.
ResponderEliminarHe disfrutado un poco más que siempre, ya que tengo una aventura dentro que se emociona con estas historias de Galeones, viajes allende los mares, lenguaje marino o marinero...
Y me chifló la manera en que nos cuenta Cabeza de Vaca eso de..."ninguno de nosotros teníamos noticias del arte de marear".
Manuel, gracias mil por estos momentos que con tanto arte y dedicación nos regalas, y encima aprendo. No se puede pedir más.
Muchos besos,
Muchas gracias, Tesa.
EliminarBesos.
Cómo me gustan estas historias de la mar, lastima que aventuras tanto tiempo planificadas se fueran al traste. Hoy estaríamos, estarías hablando de otras hazañas tal vez inverosímiles.
ResponderEliminarGracias Manuel.
Salu2.
Gracias, Alfredo.
EliminarAbrazos.
Pues como siempre pasa somos a veces, unos, tan dados a glorificar nuestras epopeyas, como otros a desprestigiarlas.
ResponderEliminarIgual ocurre con el cuidado de las cosas, y prueba de ello es el fin de ese antiguo buque-replica.
Sin embargo otra nueva replica debe haber, pues precisamente en el puerto de Valencia, hace pocos años, con motivo de la Copa América, hubo una reproducción, no recuerdo de cuál de las tres, atracada varias semanas, que en algún otro puerto debe estar.
Un fenomenal artículo Manuel.
Lo mismo fue una de las que se hicieron con motivo de la Expo-92, ya que exceptuando una, que quedó aquí en Sevilla, otra, en Palos de la Frontera, y tres en el Museo de Ciencia e Historia, de Texas, y como se hicieron 2 replicas de las tres carabelas, y una de la nao Victoria (en total 7), hay dos que no se donde están.
EliminarGracias, amigo.
Un abrazo.
Triste final el de la " Santa María" y una pena que no se llevara a cabo el viaje propuesto por el capitán Guillén.
ResponderEliminarHe disfrutado mucho con tu entrada.
Un abrazo
Gracias, amiga.
EliminarUn beso.
Bonjour cher ami,
ResponderEliminarUne publication remplie d'intérêt... J'apprends à chaque fois beaucoup grâce à vos recherches accompagnées de photos... Merci pour le partage.
Gros bisous 🌸
Muchas gracias, amiga Martine.
EliminarUn beso.
De nuevo un reportaje como todos los tuyos excelente y una pena no se conserve esa replica, en cuanto al viaje hubiera sido todo una aventura si lo hubiesen realizado.
ResponderEliminarLa bandera que se ve en la popa de la que nos dices era la nacional de la época no es otra que el Pendón cuartelado del viejo reino de Castilla la cual es usada actualmente por la comunidad autónoma de Castilla y León. Al morir Isabel I "la católica" quedo como reina de Castilla su hija Juana I "la loca" y su marido Felipe I "el hermoso", no su esposo Fernando "el católico" el cual solo fue regente desde la muerte del yerno y por la enfermedad de su hija.
Saludos.
Muchísimas gracias Tomas, por tu siempre interesante aportación, de inmediato hago la rectificación oportuna.
EliminarUn fuerte abrazo.
Muy interesante este reportaje.
ResponderEliminarYa lo creo que se aprende mucho leyéndote.
Muchas gracias.
Un fuerte abrazo.
Gracias, Amalia.
EliminarAbrazos.
Manuel, qué buena es la labor que haces de documentación de las entradas que escribes. Me impresiona el conocimiento y las fotos que utilizas y qué triste el final de la Santa María.
ResponderEliminarFeliz semana
Muchas gracias, Conxita.
EliminarUn abrazo.
Que buenisimo son todos los temas que nos enseñas y las fotos entrañables.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias, Inma.
EliminarBesos.
"La nave no llevará aparato ni máquina moderna, eso sería mistificar el viaje. Lo haremos como lo hicieron nuestros antepasados".
ResponderEliminarQue bueno es para la historia valorar hechos como estos y que lamentable es el naufragio.
Un abrazo.
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Hola Manue! Me apasionan aquellos navíos, hasta el punto que hice una maqueta con todos los detalles del San Juan Nepomuceno de casi un metro de eslora.
ResponderEliminarMe ha encantado tu articulo. Aquellos marineros eran de otra pasta. Auténticos héroes.
Un fuerte abrazo y feliz semana :)
Debe de ser impresionante esa nave, a mi me dio en una época por los aviones, y al final terminé regalándolos todos.
EliminarGracias y un abrazo.
Feliz semana. Muchas gracias.
ResponderEliminarGracias, amiga.
EliminarUn beso.
Hola Manuel! Un reportaje muy interesante, con una información muy buena, felicitaciones!! La verdad es que me llaman muchísimo la atención los antiguos barcos, que pena que naufragase. Me parecen preciosas las fotos. Saludos!
ResponderEliminarGracias, Verónica.
EliminarSaludos.
Boa tarde, é uma caravela impressionante pela beleza, foi certamente uma boa exposição.
ResponderEliminarAG
Gracias, amigo.
EliminarUn abrazo.
¡Que lástima que con la llegada de la República suspendieran el viaje y muy triste el final que tuvo!. Yo había visitado la réplica que había en Barcelona. Muy interesante tu entrada, como no podía ser menos viniendo de ti Manuel.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Conchi.
EliminarUn abrazo.
Hola Manuel. Me encantó este post. Curiosas imágenes llenas de historia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Josefa.
EliminarBesos.
Muy interesante esta entrada aunque me ha dado pena el naufragio en Villajollosa.Saludos y gracias por tu comentario en mi blog
ResponderEliminarMuchas gracias, amiga.
EliminarUn abrazo.
Por desgracia, no pudo ser conservada. Ahora podemos ver una réplica de las tres en el Muelle de las Caravelas, en el Puerto de Palos. El año pasado hice un recorrido por ahí.
ResponderEliminarBesos
Gracias, amiga.
EliminarUn beso.
Hermosa réplica que no tuvo la oportunidad de lanzarse a mil aventuras y triste su naufragio. Un abrazo, Manuel. P.D.
ResponderEliminarEn mi blog puedes saber de mi próximo y cercano recital en la FLS.
Gracias, amiga.
EliminarUn fuerte abrazo.
Si el desguace es malo, el naufragio es peor. He estado en Palos pero desconocía que se pretendiera repetir la Conquista del Paraíso. Me quedo con que en el barco todos coman lo mismo, compartan alegrías y penas y las decisiones sean democráticas.
ResponderEliminarTe felicito y te envío un abrazo
Gracias, Loli.
EliminarUn fuerte abrazo.
Una historia muy interesante y tambien triste por el fracaso y naufragio.
ResponderEliminarMuchas gracias, amiga Riita.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy buenas
ResponderEliminarSoy Miguel Guillén de Diario de Cádiz y estoy preparando una información sobre este tema. me gustaría saber cual es su fuente bibliográfica. Un saludo y gracias mi correo es mguillen@diariodecadiz.com
Perdona Miguel, porque no había visto este comentario tuyo. No se si va a ser tarde, pero de inmediato me pongo en contacto contigo.
ResponderEliminarUn saludo.