Pabellón Real, en la Exposición Iberoamericana, de 1929.
Postal del Pabellón Real.
Debe su nombre a haber sido proyectado para albergar las Colecciones artística de la Real Casa, que figuraron en la Exposición Iberoamericana. Se terminó en 1916 y su estilo se halla inspirado en el gótico flamígero. Obra, como los demás edificios de la Plaza de América, de Don Aníbal González, está construido sobre gradas de piedra y precedido de un espacioso atrio con asientos, basamentos de farolas y seis pedestales de ladrillo tallados sobre los que van sendas águilas en piedra artificial obra del escultor sevillano José Ordóñez, que sostienen los escudos de otros tantos estados de la Monarquía Española: Señorío de Vizcaya, Reino de España, Ducado de Borgoña y Toscana, Señorío de Molina y Reino de Jerusalén . Los altos zócalos del amplio vestíbulo, con cuadros cerámicos alusivos a la Orden de Montesa, fueron pintados por Gustavo Bacarisa y en los demás salones lo fueron por los más destacados pintores y ceramistas del momento.
Las siguientes fotografías, son de un mes antes de su inauguración, en el año 1916.
Detalle de la cadena que cierra la entrada al vestíbulo.
Interesante puerta del interior del pabellón.
Un detalle del exterior del pabellón.
Detalle de una galería.
Vista lateral del pabellón.
Un detalle exterior.
Otro detalle exterior.
- - * - -
A continuación, dos perspectivas del Pabellón de la Casa Real, una vez concluidas las obras.
Postal de 1927.
Su Majestad el Rey Don Alfonso XIII, como una prueba más de su amor y entusiasmo por Sevilla y la Exposición Iberoamericana, se dignó asociarse a la misma, con tal largueza y magnanimidad, que Sevilla siempre le estará agradecida.
Los ejemplares de más interés que se conservan en las reales Armería y Caballerizas y en la Colección de Tapices de la Corona de España, fueron traídos al Pabellón de la Plaza de América, dando con todo realce y esplendor inusitado a la interesante manifestación que de nuestras antiguas artes e industrias se conmemora en los momentos actuales. Por ello el Pabellón Real merecía un estudio detenido, y ya que esto no es posible, al menos una mención señalada y especialísima, de todos y cada uno de los principales objetos, que con justa oportunidad y colocación perfecta y adecuada, se guardaban en el ámbito de sus salas.
Destinada la primera a la Real Armería, figuraban en ella los arneses ecuestre y de a pie del emperador Carlos V, espadas y rodelas como la del "Plus Ultra", con la apoteosis del César, cuyo pensamiento y dibujo suponen fuera de Julio Romano. Flórez, en su España Sagrada, según nota del Catálogo del Conde de Valencia de Don Juan, asegura que fue hecha por el milanés Luis Marliano. En vitrina central, manoplas góticas, borgoñotas, estribos y pistolas; adargas, entre ellas, las de Felipe II, decorada y hecha de plumas de diversas aves por los indios Amantecas de México y en la que figuran, primorosamente ejecutado los triunfos españoles de las Navas de Tolosa, la entrada de los Reyes Católicos en Granada, la victoria de los Pozos de Túnez y la batalla naval de Lepanto. Obra admirable esta adarga que, según el sentir de los que de ella se han ocupado, se le considera como la pieza más importante de cuantas de esta labor existen en los museos de Europa.
Pero no solo era el arte lo que imperaba en esta Sala; época gloriosa de nuestra historia, evocan el arnés de Mulhberg, y aquellas armas que usara el César Carlos V, cuando bajo su cetro no se ponía el sol, en los dominios españoles.
Carroza de ébano, de mucho mérito artístico, llamada vulgarmente de "Doña Juana la Loca"
Silla de manos que perteneció a Felipe V.
La sala segunda era la de Reales Caballerizas; tan interesante en su género como la primera; la presidía, por decirlo así, la magnífica carroza negra, tallada, que vulgarmente se llama de "Doña Juana la Loca", soberbio ejemplar del siglo XVII; la Silla de manos, rococó, con lindas pinturas, que perteneció al Rey Don Felipe V, y bellísimas piezas bordadas en reposteros, dalmáticas, penachos y pistoleras de distintas épocas y estilos, que se guardaban en vitrinas.
Arnés "de faja espesa", de Carlos V.
En la tercera Sala, ocupaban lugar preferente las tapicerías; en el frente de ella, el dosel incomparable, de Carlos V, y luego de su hijo don Felipe. Se asegura, con ciertos visos de verosimilitud que, bajo aquél, y en día memorable, abdicó el primero, los extensos dominios de la Corona de España en su hijo primogénito, para concluir sus días, en el santo retiro de Yuste. Forman el dosel tres paños o tapices, en los que no se sabe que admirar más, si las manos del gran artista que dibujara los cartones o las que tejieron con sedas, plata, oro y lana, piezas tan incomparables y perfectas que, más que tapices, parecen riquísimas pinturas flamencas. Completan el adorno del salón los tapices llamados de la "Fundación de Roma", de gran interés y que en nada desmerecen del dosel anteriormente indicado.
Dosel del emperador Carlos V. (Siglo XVI).
Celada morrión representando. al parecer, la cabeza del emperador Carlos V.
(Forma juego con la rodela, que veremos a continuación)
Rodela para combatir a pie.
El resto del Pabellón Real lo componen tres pequeñas salas de la época de Carlos IV, ideadas con gran acierto y adornadas con exquisito primor y carácter de época. Muebles de gran riqueza, relojes y candelabros de bronce cincelado, finas arañas de cristal tallado, tapices de cartones de Goya, y otros de estilo Luis XV, y cuatro más bordados a mano con seda que semejan perfectas pinturas, completándose el conjunto de extraordinaria distinción, con lindas alfombra de nudo en los suelos, y otras de seda, con las que se formaron los techos o cielo-raso de las estancias. Procedía todo o la mayor parte, de los Reales Sitios d Aranjuez y el Escorial.
Rodela para combatir a pie. (Siglo XVI)
(Representa la apoteosis del emperador Carlos V).
A grandes rasgos, esta es una ligera descripción del acerbo magnífico con que la Casa Real aumentó el interés del Certamen Iberoamericano, pero no he de concluir sin hacer constar, nuevamente, con el mayor y más profundo respeto, el agradecimiento que tuvo Sevilla entera y especialmente de la Dirección y Comité de la Exposición, a Su Majestad, que con tal magnificencia honró una vez más, a su ciudad querida.
Fuentes: Biliografía y archivo particular.
El Pabellón Real en la actualidad:
Si hace clic sobre las imágenes, las puede ver ampliadas.
SI DESEAS VER OTROS TEMAS RELACIONADOS CON LA EXPOSICIÓN IBEROAMERICANA, POR FAVOR, HAZ CLIC: "AQUÍ"
Edificio impresionante por fuera así como impresionante era el contenido que albergaba. Gracias por acercarnos una vez más un pedacito de nuestra historia más reciente.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias, Isabel.
EliminarUn beso.
Interesante, como siempre, tu aportación para darnos a conocer, cosas súper interesante de tu ciudad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Alfred.
EliminarUn abrazo.
De nuevo nos dejas un excelente reportaje, pero no se el destino que tuvo este edificio como muchos de exposiciones de este tipo que desaparecen con ellas.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, Tomás, en esta exposición, el noventa por ciento de las construcciones fueron permanentes, así que esta también se conserva.
EliminarGracias, y un fuerte abrazo.
Mi muy querido amigo :
ResponderEliminarSevilla honra a su Majestad al igual que Su alteza honra a esa preciosa ciudad.
Que excelente descripción regiamente adornada con magníficos textos y fotografías.
Un fuerte abrazo, pleno de aprecio.
Gracias, Ricardo.
EliminarOtro fuerte abrazo para ti, amigo.
Ya veo de donde viene todos nuestros paseos, los de Agua, Los Descalzos etc etc, excelente post como siempre mi querido Manuel, mil gracias por compartir.
ResponderEliminarGracias, Patty.
EliminarUn beso.
Buenas muestras de esta exposición fueron esos pabellones y ese hecho importante que quedó en los anales de la historia de la ciudad.
ResponderEliminarMuy buena documentación.
Besos
Muchas gracias, Antonia.
EliminarBesos.
Muy interesante ...
ResponderEliminarSaludos
Mark de Zabaleta
Gracias, Mark.
EliminarUn abrazo.
Bueno como siempre compañero, ya no sabe uno ni lo que decirte, porque tus entradas y textos son magistrales. Excelente repaso de esta Exposición, y las fotos una maravilla y de gran calidad.
ResponderEliminarAbrazo Manuel.
Gracias, Rafa.
EliminarUn abrazo.
¡Qué bonita Manuel la postal que abre la publicación!
ResponderEliminarEl Pabellón Real es una de las construcciones más interesantes de la que he visitado en este espacio y no es fácil, pues has traído ejemplos preciosos hasta ahora y además con tu trabajo, estoy seguro que lo seguirás haciendo.
Muy interesante la información gráfica y textual de la rodela y de la celada. Agradecido quedo de este enorme aprendizaje que nos ofreces. Un abrazo Manuel.
Gracias, Miguel.
EliminarUn abrazo.
GUAU como me gusta tu blog son preciosas y un bello viaje en el tiempo.
ResponderEliminarcomo dice Rafa una bella Exposición
un abrazo amigo
Muchas gracias, Lola.
EliminarUn abrazo.
Impresionante. Me dejas pasmadita...
ResponderEliminarEnorabuena, Manuel.
Un besote.
Gracias, Mari.
EliminarUN beso.
Remontar un pasado del que se hubiese tenido que continuar con esta bonita exposición.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, mari.
EliminarUn abrazo.
Que bonito. Os apaixonados
ResponderEliminarsempre deixam um legado que nos surpreende.
Ainda bem que há várias formas de amor no mundo k.
Boa continuação de semana.
PAZ E BEM.
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Una fantástica e interesante información.
ResponderEliminarEstupendas fotos.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, amiga.
EliminarUn fuerte abrazo.
Siempre me dejan impresionada tus entradas. Es un enorme trabajo el que desarrollas para escribirlas, están tan documentadas que se aprende muchísimo.
ResponderEliminarPor cierto, el cartel de la exposición es de Francisco Hohenleiter de Castro, ¿ no?
Un beso
Creo que si, que es de este pintor gaditano, aunque no lo he podido comprobar.
EliminarGracias, amiga, y un beso.
Precioso todo Manuel. Besos.
ResponderEliminarGracias, teresa.
EliminarUn beso.
Es preciosa la edificación del Pabellón Real, me encanta la parte de arriba (que no se como se llama), parece una puntilla de encaje alrededor, y muy curiosa me ha resultado la celada morrión con esa elaboración fantástica de rizos y barba.
ResponderEliminarUn documento precioso el que nos dejas. No recuerdo apenas las maravillas que hay en el Parque de María Luisa.
Un abrazo.
Muchas gracias, Elda.
EliminarUn abrazo.
Hola Manuel. Como siempre espectacular trabajo. Muchas gracias. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Lola.
EliminarAbrazos.
Uma Exposição que foi uma referência internacional e ainda hoje podemos ver em Sevilha muitas e belas edificações daquela altura.
ResponderEliminarUm bom fim-de-semana.
Andarilhar
Dedais de Francisco e Idalisa
Livros-Autografados
Gracias, Francisco.
EliminarUn abrazo.
Que gozada, Manuel, imitando a su majestad Don Alfonso XIII me uno con "largueza y magnanimidad", a tu bien contado e ilustrado reportaje.
ResponderEliminarLástima la foto de la ardaga tejida por los indios, me hubiera encantado conocerla.
Hay elementos arquitectónicos muy interesantes en el reciento además de lo expuesto.
Creo que ya no le damos tanta importancia a la belleza y al trabajo artesanal y artístico, y es una lástima. Y mad se hace para que perdure en el tiempo.
Hasta para la guerra se utilizaba el Arte, sólo hay que ver la celada, la borgoñeta, y esas pequeñas rodelas con las que se protegían el pecho de las espadas. Una maravilla, Manuel.
Para mí siempre es un placer visitarte y seguir aprendiendo tanto.
Un abrazo,
Muchas gracias, querida amiga.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola trovador de la villa, cuánto tiempo sin aparecer por aquí, después de mis tres operaciones de rodilla, todo me venía de una estenosis raquidea en la L3, L4, y L5 con dos hernías discales y me han tenido que operar de nuevo, lo he pasado mal y con mucho miedo, aún no he comenzado la rehabilitación, pero ya me muevo y camino muy bien. Este ha sido el motivo de mi ausencia.
ResponderEliminarMe continúas maravillando con todo lo que relatas, es conocer como eran las cosas en un tiempo pasado y siempre te he dicho que deberían nombrarte cronista de la villa.
Abrazos de luz y deseos de felicidad.
Ángeles
Muchas gracias, Ángeles.
EliminarUn fuerte abrazo, y ánimo.
Manuel te contesto a tu comentario
ResponderEliminarSoy uruguaya y vivo en mi pais
Pero en Argentina en estos momentos se sufre por 44 submarinistas que hace 10 dias estan desaparecidos y fuerzas navales de todo el mundo han venido a ayudar
Cariños y buena semana
Gracias, Abu, por tu rápida respuesta. Sabía lo del submarino de Argentina, como también sabía de que tu eres uruguaya, por eso mismo, no lo he relacionado.
EliminarMe uno a tu dolor, es una trágica pérdida, y además dicen los informativos de por aquí, que no se han hecho bien las cosas, por lo que los familiares de las víctimas han debido sufrir mucho.
Un fuerte abrazo.
Vaya con la carroza de doña Juana la loca, una auténtica preciosidad. Qué pena que ahora ya no se hagan estos trabajos de artesanía tan fantásticos.
ResponderEliminarGracias por compartirlos Manuel, como siempre muy bueno tu trabajo para documentar las entradas.
Un abrazo
Entrar en tu blog,es entrar en nuestras historias.
ResponderEliminarMuchas gracias, amigo Juan.
EliminarUn abrazo.
Bellos elementos muy bien ilustrados por ti
ResponderEliminarLuz&Vida
Isaac
Muchas gracias, Isaac.
Eliminarun abrazo.
Me ha encantado, Manuel, conocer la historia de este pabellón; y como me ha picado la curiosidad sobre su estado actual, he buscado, y veo con alivio que al menos sigue en pie como oficina municipal.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias, amigo. Prácticamente la totalidad de los pabellones de esta exposición, aún se conservan.
EliminarUn abrazo.
Más que un pabellón parece un palacete primorosamente trabajado. En cuanto a los elementos que albergaba, supongo que volverían a sus lugares de origen.
ResponderEliminarUn placer pasar por aquí una vez más.
Salu2.
Así fue, Alfredo. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
La segunda foto que has puesto es la que más me gusta.
ResponderEliminarUn abrazooo.
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Magnífica tu aportación como siempre, Manuel. Conozco el monumento tan solo desde fuera, pero ahora gracias a ti, he ampliado conocimientos.
ResponderEliminarViví largos años en la Avenida la Palmera, donde hay varios pabellones de la exposición que siempre me gustó contemplar.
Muchas gracias por tu cariñosa visita a mi blog.
Abrazos
Las gracias siempre a ti, amiga.
EliminarUn fuerte abrazo.