La Marina Castellana en la Conquista de Sevilla

La Marina Castellana. 

(Segunda parte)

Como ya les dije en la primera parte, la Conquista de Sevilla por el Rey San Fernando, fue un hecho trascendental de nuestra baja Edad Media, ya que representó el más decisivo avance de aquella época en pro de la Reconquista cristiana hasta el punto que dejó presentir la unidad española, sin duda lograda entonces, si posteriores circunstancias históricas no hubiesen torcido el curso feliz de los acontecimientos. Este ilustre suceso coincidió con otro de no menor relieve y significación en la historia de nuestra Patria, que tuvo también por escenario la incomparable Híspalis, siempre vencedora de cuantas civilizaciones, romanas, visigóticas, árabe, se aposentaron en su seno. El año de mil doscientos cuarenta y ocho es así mismo el año de la fundación de la Gloriosa Marina Castellana, encarnada en la preclara figura de su primer Almirante Ramón de Bonifaz, eficaz partícipe con los ejércitos del Santo Monarca en la Conquista de la inmortal Ciudad del Guadalquivir.

Escudo de Sevilla y de la Marina Castellana.

REINANDO EL ÍNCLITO REY DON FERNANDO,

EL SANTO QUE LLAMARON, DE CASTILLA,

PASÓ EL DE AVILÉS CON SU NAVE, SERRANDO

LA FUERTE Y GRAN CADENA DE SEVILLA.

Conquistada Córdoba, el rey Fernando III quiso avanzar sobre Sevilla, pero comprendiendo que precisaba de una flota para enseñorearse de la boca del Guadalquivir, como más tarde del Estrecho, llamó a Bonifaz para organizarla.

El cerco de la ciudad no pudo ser completo, pues por el puente de barcas que unía con Triana se recibían todo género de auxilios; entonces Bonifaz, el 3 de Mayo de 1248, fiesta del Triunfo de la Santa Cruz, a fuerza de velas embistió con dos naves el puente de barcas, que estaban unidas con gruesas cadenas, desbaratándolo y haciendo posible la conquista 

A continuación seis dibujos de las panzudas naves del Cantábrico que intervinieron en aquella feliz jornada; son éstas sacadas del Libro del Lapidario de Alfonso el Sabio.

Conquistada la ciudad del Betis, y posesionado de ella el rey Fernando, el 23 de Noviembre de 1248, uno de sus primeros acuerdos fue el de recompensar a la marina que tan decisivamente influyó en el cerco, Bonifaz y otros capitanes tuvieron parte en el repartimiento y desde entonces los cómitres y marineros gozaron de especiales privilegios y exenciones.

Fernando III, además, creó  la Institución del Almirantazgo- con jurisdicción propia y privativa para entender de todos los asuntos de la mar- que radicó en su propio Alcázar.

Puso por cabeza de él a D. Ramón Bonifaz, con título de Almirante, voz tomada del árabe y que se introdujo más tarde en todos los idiomas cultos del mundo.

Aunque son numerosas las poblaciones del País Vasco, Asturias y Galicia que quieren compartir la gloria de su intervención en la conquista de Sevilla, debieron tener especial protagonismo gentes de Cantabria; especialmente de las villas de Santander y Laredo, como atestiguan escudos y documentos. Quizás la representación más antigua del escudo de Santander con este tema se halla en el Memorial de algunas antigüedades de la villa de Santander y de los seis linajes della, manuscrito realizado por Juan de Castañeda en 1592, que se halla en Santillana del Mar, en el Archivo de la Casa de Tagle y ha sido publicado por José Luis Casado. En el emblema aparece una embarcación rompiendo la cadena atada a una torre de plata cilíndrica. En el escudo de la villa figuraba desde el siglo XIII solamente una nao, al menos hasta 1577, en que aparece fechada con este motivo una lauda sepulcral de Francisco de la Puebla y su mujer, existente en la iglesia de Santiago, en Brujas. Un escudo similar figura en el Real Privilegio de concesión del título de la ciudad dado por Fernando VI en 1755, que se halla en el Ayuntamiento de Santander. La torre es cilíndrica, con capitel cónico, ante la cual pasa una embarcación a vela desplegada rompiendo una cadena amarrada a este baluarte.

Blasón en el que figura la Torre del Oro, en un privilegio de Fernando VI (1755).

El moderno escudo de la ciudad tiene en la leyenda los siguientes tratamientos: "Muy Noble y Siempre Leal", por la participación de las naves santanderinas en la conquista de Sevilla y por la reafirmación de la lealtad de esta villa a la corona de Castilla cuando se luchó contra el marqués de Santillana, que quería incorporarla a su señorío. "Decidida" le fue conferida en 1833 por Isabel II, por la victoria de los santanderinos en la Acción de Vargas. "Siempre Benéfica" le fue concedida en 1899 por las atenciones que tuvo esta población con los repatriados de Cuba. Finalmente el de "Excelentísima" es común a las poblaciones de cierta entidad.

Al margen de la tradición y de la heráldica hay algunos documentos que respaldan el protagonismo de esta ciudad en la conquista. En un privilegio concedido por Alfonso X a Santander, fechado el 8 de Enero de 1255, se expresa "por mucho servicio que ficieron al rey don Fernando mio padre e a mi, e mayormiente en la presión de Sevilla". Según el memorial de Castañeda, la nao que rompió el puente se llamaba Carcena, por haberse construido con maderas del monte del mismo nombre, que se halla a cuatro leguas de la villa de los cerros de Castañeda (al sur de la bahía). Otro dato que garantiza la presencia de Santander en la conquista de Sevilla es una pila que se conserva en la catedral de aquella ciudad, producto sin duda del botín de guerra. Es de traza rectangular, con inscripción árabe en caracteres cúficos. 

Escudo en cerámica del Ayuntamiento de Laredo, tomado de un privilegio de Felipe II en el que aparece la Torre del Oro rodeada por tres naves. La torre se halla sobre un islote rocoso y se representa en perfil exagonal.  El privilegio se conserva en el Archivo Histórico Provincial.

Marinos de Laredo tuvieron también una participación activa en esta campaña, según atestigua un privilegio dado por Alfonso X en 3 de Febrero de 1255, redactado en términos similares al de Santander. Posteriormente Doña Berenguela concedió otro privilegio para que en el blasón de esta villa figurase asimismo un navío a vela tendida rompiendo el puente de barcas. 

Escudo en cerámica del Ayuntamiento de Laredo, en vigor desde 1969.

La iconografía de la cadena atada a la torre procede fundamentalmente del analista Ortiz de Zúñiga. Sin embargo se sabe por la Crónica General de España que la conquista de Sevilla se llevó a cabo en 1248, gracias a las operaciones militares tanto por tierra como por mar, con la ayuda de escuadra castellana dirigida por el almirante Bonifaz, quien solo contaba con trece embarcaciones. A la altura de las defensas de Sevilla, frente a Triana, se hostigó duramente a la armada: "...y auía a muy grant peligro de algarradas et de engtennos que por todo logar dese arraual tenían posadas los moros, que no quedauan de les tirara muy grant priesa quanto podían; et de la Torre del Oro eso mismo, con trabuquetes que y tenían, que los quexauan además, et con ballestas de torno, et de otras muchas maneras, de que estauan bien bastecidos, et con fondas et con dardos enpennolados, et con quantas cosas les cocombater podían...". Obsérvese que en esta crónica, ni en otras, se habla de ninguna cadena atada a la Torre del Oro.

En cuanto al puente de barcas, sabemos por los cronistas árabes Ibn Sahib al-Sala y por Ibn Abi Zar, que mandó construirlo Abu Yacub Yusuf en el año 567 de la Hégira (del 4 de Septiembre de 1171 a 22 de Agosto de 1172). La rotura del puente por una galera en el asedio de Sevilla está minuciosamente descrita en la Crónica General: "La nave primero llegó, que yua de parte del Arenal, non pudo quebrantar la puente por o acertó, pero que la asedó ya cuanto; mas la otra en que Remont Bonifaz yua, desque llegó, fue a dar de fruente un tal golpe que se passó clara de la otra parte". Con la rotura del puente, se cortó el abastecimiento a la ciudad, lo que aceleró la rendición. Teodoro Falcón Márquez.

Fuentes: Bibliografía y archivo particular.

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