El Albaicín granadino.
Todavía historiadores y eruditos discuten si el alegre barrio del Albaicín, se llamó en sus tiempos de esplendor Rabadh-al-bayyazín (arrabal de los Halconeros) o Albayyasiín (arrabal de los de Baeza). Según Ibn Aljathib, y como él, opinan casi todos, Rabad-al bayyazín le llamaban, lo cual significa "barrio en pendiente o cuesta".
Pero este detalle, cebo de bibliófilos, no debe inquietar al forastero. Aventúrese, sin cicerone, por el moruno laberinto de callejuelas, y aunque el sol y el polvo le abrumen, demande a su memoria la saludable colaboración e imponga a sus nervios la provechosa calma.
¿Como no saborear la exquisitez de perderse por un arrabal desconocido, donde la sorpresa está destilando sus más sabrosas mieles? ¿Quién, ya que en la urbe moderna impone su vasallaje, se negó a abdicar en la vieja?. La ciudad de hoy, moralmente, traza de cárcel tiene, pero conserva su jardín, que es la ciudad de ayer. En la ciudad de hogaño, espaciosa, recta, hecha para entenderse, negociamos; en la ciudad de antaño, laberíntica, hermética, conservada para soñar, olvidamos que el tiempo, según gentes prácticas, es metal, aunque no acuñado todavía...
Y como nuestra vida sigue, afortunadamente, atenta no solo a las hinchazones necesarias del bolsillo, sino también a los latidos líricos del corazón, he aquí que explorar un barrio árabe, sin sucursal de ningún Banco, nos brinde deleites a cuyo imperio no es posible substraerse.
La Alhambra es el motivo capital de las perspectivas granadinas. Aquí la vemos dominando la masa oscura de sus jardines, y sobre las casas chatas del Albaicín. 1925.
Una vista del Albaicín de Granada, en 1915.
En su interesante Guía práctica y artística de Granada, el señor Seco de Lucena, hablando de este barrio reproduce el siguiente párrafo de la Historia eclesiástica, de dicha capital andaluza, escrita por Bermudez de Pedraza:
"El Albaicín fue población de los moros de Baeza, que desterrados della, se ampararon desta ciudad cuando el Rey don Fernando el tercero les ganó la suya, el año 1227 de Cristo; llegaron a Granada y pidieron al rey les hiciese merced de sitio para poblar, y el rey se la hizo de aquella parte que, por ser población suya, llamaron Albaicín; el cual está en lo más alto de la ciudad, puesto al N., detrás de la antigua torre de Hesu-Román donde hicieron tan grande población como muestran sus ruinas; fue, en efecto como para aposentar una ciudad".
"Los moriscos antiguos afirman, que tenía en su tiempo diez mil vecinos. Las casas era de grande recreación, labradas de varias labores damasquinas, con patios y huertos hermoseados de estanques y pilones de agua corriente.
Tenían la mezquita mayor tan suntuosa, como hoy se ve en la iglesia parroquial del Salvador, y la gente del Albaicín eran tan principal que, dicen los naturales, competían con la ciudad, y tan belicosos y corsarios que siempre salían a correr la tierra y robar lo que hallaban".
Rasgos inconfundibles de color y de tipismo, guardan todavía estas cuestas y callejas, del Albaicín granadino.
Cruz de la Randa, en una encrucijada en el Albaicín, en 1917.
Y el señor Seco de Lucena, añade en otra parte de su Guía:
"Fue aquel barrio en tiempo de los árabes, el núcleo más rico y laborioso de la ciudad, iniciándose su decadencia con la Reconquista, en cuya ocasión los vecinos más opulentos se trasladaron al África, donde aún conservan sus descendientes, como sagrada reliquia del hogar, las llaves de las casas que aquellos vivieron".
"Al posesionarse de Granada los conquistadores, sombría nube de tristeza se extendió por el alegre y popular barrio; extinguiéndose los dulces murmurios de sus leilas y festines; se apagó el ruido de los telares y el rumor de las bélicas reuniones; los palacios abandonados se hundieron lentamente, desapareciendo entre sus ruinas las doradas techumbres y los pórticos esbeltos, y en los escombros brotó la yedra y florecieron los tristes y amargos jaramagos....".
Hermosa fotografía de la Alhambra y el Albaicín, tomada desde el Generalife.
Vista de la Alhambra y de la ciudad, desde el barrio gitano.
Blanco, alegre, embalsamado por sus cármenes, el Albaicín, actualmente es un arrabal donde vive gente trabajadoras y humildes. Se lucha, pero solo por la conquista -cotidiana y sin estridencia- del pan...
Enclavado en las últimas vertientes del Cerro de San Miguel, su situación topográfica no puede ofrecer perspectivas más pintorescas.
De su pasado esplendoroso conserva aún templos mudéjares con torres esbeltas; patios que abren sus arcos elegantísimos, bajo el verde palio de la parra; brocales de pozo que la fantasía oriental labró como encajes; ajimeces y artesonados, puertas y murallas almenadas; tinajas (pozos de agua corriente) y algibes lleno de la linfa fresquísima que desde Sierra Nevada, liberal y cantarina, baja a raudales.
Nada hay triste bajo este cielo granadino, privilegiadamente azul. Todo es amor a la vida, fuerza, brío y hermosura.
Otra pintoresca calle del Albaicín, en 1914.
Carmen de San Cayetano, en el Albaicín.
Carmen de las Maravillas, en el Albaicín.
Los cármenes que a cada paso encuentra el viajero, son rincones amenísimos, donde morir de pena constituiría un punible atentado a la Naturaleza. El color y el aroma de las flores alcanzan un intensidad que solo en Oriente puede comprenderse. En las macetas y tiestos, alineados sobre arriates, los claveles, los geranios, las gayombas, los alelíes, las azucenas, tienen tonos de combustión; y desde la terraza del elevado jardín, el panorama es único. A un lado, los cerros cubiertos de nopales y piteras; enfrente sobre las cimas de los cipreses, álamos y olmos, las rojas torres de la Alhambra, al pie de la cual el Darro sigue cantando con aquella voz melodiosa que embelesara a Yusuf, a Mohamed, a Muley Hacen, a Boabdil, a Zoraida, a Kamar y a Aixa; al fondo, la feracísima vega, sabiamente irrigada antaño por los árabes, con sus alamedas, sus alquerías albas, sus pinceladas violetas gris, azul y ocre, envuelta toda ella en los mágicos tules de la distancia.
La cabrera del Albaicin.
Pintado por Tomás Muñoz Lucena, en 1909.
Una cabrera del Albaicín, en 1926.
Una fiesta en el carmen de San Luis, propiedad del concejal del ayuntamiento de Granada, D. Jacinto Moreno, en 1911.
La Plaza de San Nicolás.
La Plaza de San Nicolas es la más importante del Albaicín, por su situación ante la iglesia de máxima devoción, lugar de descanso, de romería y de turismo.
Situada también en el punto más alto de la colina, frente a frente de la Alhambra.
Es la única plaza abierta del Albaicín, y lo está solamente por un lado, y aún relativamente, pues la Alhambra y la Sierra Nevada son un escenario que, aunque un poco lejos, limitan la parte abierta.
Cruz de la Plaza de San Nicolás.
Otra perspectiva de la Cruz.
Algibe en la Plaza de San Nicolas.
Otra perspectiva del algibe.
Iglesia de San Nicolás.
Esta Iglesia fue incendiada en los sucesos del 10 de Agosto de 1932. Era una iglesia de traza gótica, de una nave, levantada en el año 1525 por Rodrigo Hernandez sobre las ruinas de una antigua mezquita. Esta mezquita parece ser, que alzaba su frente meridional sobre el muro de contención, que actualmente sostiene la plaza. En 1543 se construyó la torre, y muy posteriormente, en la época barroca, se adosaron la entrada actual y algunas dependencias.
Una de las calles más típica del Albaicín, desde la que se ve, a lo lejos, la Catedral. 1914.
Hermosísimo patio del Albaicín, ungido de penumbras por el toldo calado de una parra, y animado por la cadenciosa música de una cristalina fuente.
Patio de la casa de las Pizas.
¡El agua, el árbol! ambos fueron los amados de aquellos hombres agricultores que, antes de que finalizase el reinado de los Nazaritas, dieron a Granada, con los industriosos genoveses, judíos y castellanos, días de prosperidad maravillosa.
Varios preceptos del Corán, explican el origen de los actuales cármenes, que con tanto amor y gusto cuidan las gentiles granadinas.
Dice el código religioso de los musulmanes:
"Todo el que plante o siembre alguna cosa y con el fruto de su simiente proporcione sustento al hombre, al ave o a la fiera, realizará una acción tan recomendable como la limosna"
"Todo el que construya edificios o plante árboles sin oprimir a nadie ni faltar a la justicia, recibirá crecida recompensa del Criador Misericordioso"
"Cuida con atención y esmero tu pequeña posesión, para que se haga grande, y no la tengas ociosa cuando grande, para que no haga pequeña"
¿Como no explicarse ahora la hermosura de estas huertas, donde el agua que circula en las albercas y salta en los surtidores, bajo el cielo azul, halla en la adelfa humilde o en la majestuosa magnolia una colaboración que es paz en el espíritu y armonía en la tarde?
Algibe de Trillo, en el Albaicín, 1915.
La pintoresca calle de Zafra, en el Albaicín. 1915.
Se va haciendo la noche, y la penumbra naciente empieza a envolver el barrio donde resplandecen los bermejos torreones de la Alhambra; de plata son las cimas de Sierra Nevada; el aire perfumado, arranca a los árboles rumores dulcísimos. Alguien canta una copla, o por las empinadas callejuelas, triscan con regocijo de campanillas los rebaños de cabras, en tanto las torres de las casas del Albaicín se tiñen de rosa: con inmovilidad señoril se recorta la punta del ciprés; copas frágiles, llenas de música de ruiseñores, parecen los pinos. Y el viajero, desde la eminencia donde se halla, mira embelesado el paisaje.
Se llama a Granada "la ciudad de los crepúsculos", y así es, porque en contados rincones se asociaron con tanta fortuna a la Naturaleza y al hombre. El sol de la tarde como el de la mañana, la hacen única e inolvidable.
Antes que recordar las estrofas de su poeta Zorrilla, se comprende el llanto de su rey Boabdil, que la leyenda le atribuye, suspirar recordando el bien perdido, no fue nunca blandura femenil, la lágrima ardiente, gruesa, silenciosa, es, también, virilidad.
Casa morisca de la Cuesta de la Victoria. 1914.
Palacio de Alxa, madre de Boabdil. 1914.
Fuentes: Bibliografía y archivo particular.
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Un lugar de visita obligada cuando vamos a Granada donde pasear es toda una experiencia.;)
ResponderEliminarMe ha encantado verlo en otra época de nuestra historia, tan pintoresco y tan genuino.
Besitos.
Gracias, Isabel.
EliminarUn beso.
Precioso, me encanta leerte y ver las fotos es espectacular, muchas gracias Manuel, un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Lola.
EliminarUn abrazo.
Una entrada preciosa Manuel que sabe a poesía escrita e imágenes inigualables.
ResponderEliminarMe gusta mucho cuando narras así: "la ciudad de hogaño, espaciosa, recta, hecha para entenderse, negociamos; en la ciudad de antaño, laberíntica, hermética, conservada para soñar, olvidamos que el tiempo, según gentes prácticas, es metal, aunque no acuñado todavía...
Y como nuestra vida sigue, afortunadamente, atenta no solo a las hinchazones necesarias del bolsillo, sino también a los latidos líricos del corazón, he aquí que explorar un barrio árabe, sin sucursal de ningún Banco, nos brinde deleites a cuyo imperio no es posible substraerse".
Lo dicho, un gusto pasar por tu espacio. Un gran abrazo.
Muchas gracias, Miguel.
EliminarUn fuerte abrazo.
Madre mía que bonito lo has contado. Es un lujo poder leerte, querido amigo.
ResponderEliminarHe recorrido de tu mano una vez más ese lugar mágico donde uno se queda extasiado.
Muchas gracias por tan valiosa aportación.
Abrazos.
Muchas gracias, Maripaz.
EliminarUn abrazo.
Me ha gustado conocer la historia de ese barrio, de mucho embrujo. Granada es una ciudad mágica que no me cansaría de visitar.
ResponderEliminarBesos
Gracias, Antonia.
EliminarBesos.
Una entrada preciosa Manuel. He estado dos veces y me pareció un lugar precioso, y también me quedé embelesada deleitándome en las vistas tan maravillosas.
ResponderEliminarLa primera vez estuve alojada en una de las cuevas del Sacromonte, y disfruté también su peculiaridad.
Las fotografías preciosas, y muy poética me ha parecido la narración.
Un abrazo.
Un abrazo.
Muchas gracias, Elda.
EliminarUn fuerte abrazo.
Viajamos por la historia y por los pueblos, interesante conocer esa gran ciudad de tú mano Manuel.
ResponderEliminarFELIS FIN DE SEMANA .......BESOS
Muchas gracias, amiga.
EliminarBesos.
Excelente trabajo
ResponderEliminarGracias
Muchas gracias, amigo.
EliminarSaludos.
Hola Manuel, como siempre nos dejas un excelente trabajos y las fotografías antiguas son espectaculares. Es una pasada ver de tu mano como pasa el tiempo, por esos lugares tan llenos de magia.
ResponderEliminarUn calido abrazo.
Muchas gracias, Cristina.
EliminarAbrazos.
Me encantan esas postales antiguas. Gracias y besos.
ResponderEliminarGracias, Teresa.
EliminarUn beso.
Hace muchos años que pasee por el Albaicin pero creo que lo he conocido de verdad después de leer tu entrada.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias, Ambar.
EliminarUn beso.
Fantástica la labor de investigación y documentación que haces Manuel.
ResponderEliminarBesos
Gracias, Conxita.
EliminarBesos.
Si desde el mirador de San Nicolás la vista de la Alhambra al atardecer es una de las más hermosas que con los ojos se puede ver, la del Albaicín desde el mirador de la reina de la Alhambra no es menos preciosa. Una y otra vista invitan al descubrir el panorama desde su opuesto. Luego en el antiguo barrio están las callejuelas, los cármenes...
ResponderEliminarUn saludo, amigo Manuel.
Muchas gracias.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo.
Hola Manuel.
ResponderEliminarQue bello monumento la majestuosa Alhambra!...
Y qué recorrido tan detallado por el barrio del Albaicín.
He disfrutado mucho a Granada en varias ocasiones pero hoy de tu mano ha sido un placer.
Me han encantado las imágenes, pero hoy especialmente me ha encantado la lectura.
A ver para cuando un cafetito😊
Un abrazo Manuel y feliz semana.
Gracias, Ángela, y para cuando quieras ese cafetito.
EliminarUn fuerte abrazo.
Granada, al igual que Sevilla, tienen un encanto especial, sus calles y sus gentes tan abiertas y hospitalarias, hacen que la estancia en esas tierras sea inolvidable.
ResponderEliminarHoy me has traído maravillosos recuerdos de Granada y el Albaicín, años atrás lo he visitado con mi madre y marido y seguro que, de volver hoy, la añoranza me impediría apreciar todo el encanto que aún guardo en la memoria.
Como verás, sometida a vacaciones forzosas, y muy largas, por culpa del ordenador que no funcionaba, ya vuelve a estar en activo y yo vengo a tu espacio para agradecerte las letras que me has dejado en mi última publicación, seguiremos en contacto.
Cariños.
kasioles
Gracias amiga y seguiremos en contacto.
EliminarUn beso.
Curioso origen el del Albaicín, llamado así por sus fundadores procedentes de Baeza, pueblo también bello donde los haya, por cierto. Recuerdo la plaza de San Nicolás y sobre todo las callejuelas estrechas, limitadas por los muros encalados de las casas cerradas al exterior y sin apenas ventanas. Uno de los lugares más bonitos de Granada.
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias, Carmen.
EliminarUn abrazo.
A mí Granada me encanta, He estado varias veces y siempre me quedan deseos de volver.
ResponderEliminarTengo grandes recuerdos. Preciosa ciudad.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Amalia.
EliminarUn fuerte abrazo.
Mi paso durante la mili en esa ciudad fue pequeño bien hubiera querido ver mejor lo poco vi me agrado.
ResponderEliminarEste barrio creo se ve desde donde estuvo el hospital militar en el parque del Príncipe, al menos si se veía la alhambra.
Saludos.
Gracias, Tomás.
EliminarUn saludo.
Manuel, tienes alma de poeta. Mucho quieres a tu tierra.
ResponderEliminarSalu2.
Gracias, Alfredo.
EliminarSaludos.
Una entrada bien documentada y amena, bien sazonada con esas fotos de principios del siglo pasado. Hermoso viaje por la historia. Un abrazo, Manuel.
ResponderEliminarGracias, amiga.
EliminarUn abrazo.
Siempre que vengo a visitarte Manuel me tomo mi tiempo
ResponderEliminarPorque transitar tus lineas es historia pura y me embeleza
dice..
son rincones amenísimos, donde morir de pena constituiría un punible atentado a la Naturaleza. El color y el aroma de las flores alcanzan un intensidad que solo en Oriente puede comprenderse. En las macetas y tiestos, alineados sobre arriates, los claveles, los geranios, las gayombas, los alelíes, las azucenas, tienen tonos de combustión; y desde la terraza del elevado jardín, el panorama es único.
Y recuerdo los comentarios de mi madre que si visito esos lugares y sus ojos regresaron a estas tierras colmados de bellezas vista por tu hermosa tierra
LLegue a ti mi cariño
Muchas gracias, Abu.
EliminarUn fuerte abrazo.
Que encanto tienen esas antiguas postales !
ResponderEliminarMuchísimas gracias.
EliminarUn abrazo.
Tus postales de Granada,son muy buenas,en ellas podemos ver la evolución que ha sufrido que ha sufrido esa ciudad
ResponderEliminarGracias, Juan.
EliminarUn abrazo.
Hola Manuel , que bonita es está entrada , bueno lo son todas pero está la he disfrutado mucho por que me recuerdan esos patios andaluces tan bonitos y coloridos con sus flores y los maceteros repletos de claveles .
ResponderEliminarEn fin que me gustan mucho tus excursiones por lo bien que lo explicas , como guía turistico serias perfecto .
Te deseo una feliz noche , besos de flor .
Muy amable, Flor, y muchas gracias.
EliminarBesos.
¿1915? ¿1925? A mi avanzada edad, pienso no obstante, estimado Manuel, que para entonces ni siquiera yo había nacido.También digo que COMO SIEMPRE, tus entradas son notables...y sublimes.
ResponderEliminarMuy amable, amigo. muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Gracias Manuel.
ResponderEliminarPor toda esta bella información, las fotos de tiempo pasado y llenas de recuerdos y por hacer que añore volver a visitar Granada, bien que me gustaría hacerlo.
Un abrazo.
Ambar
Gracias, Ambar.
EliminarUn abrazo.
Excelente reportaje Manuel, estuve hace unos años y me pareció una maravilla. Un fuerte abrazo y buen fin de semana.
ResponderEliminarGracias, pepe.
EliminarUn fuerte abrazo.
Qué bueno, Manuel, me han encantado las fotos, todas, y el reportaje, que leo con deleite y mucha curiosidad.
ResponderEliminarNo estaría mal que la religión católica tuviera tan hermosos preceptos en cuanto a los árboles y semillas...y generara esos "cármenes" tan bellos por doquier.
Me entraron muchas ganas de volver a Granada de nuevo al leerte, Manuel. Y visitar con más calma este lugar tan especial, ahora que sé mucho más sobre su origen e historia.
Oh, cómo disfruto también con el lenguaje, me enamora.
Un abrazo,
Muy amable, querida amiga.
EliminarMuchas gracias.
Besos.
Hola Manuel, de tu mano he paseado por el Albaicín y ha sido una delicia, por cierto, en la foto de el (Algibe de Trillo) en un balcón hay unos cortinajes que quedan preciosos. Nos tres una información tan completa que, parece que esté ahí viviendola en su tiempo real. Gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Conchi.
EliminarUn abrazo.
Que lindo lugar, la verdad que es precioso antes y ahora, por que las fotos del recuerdo me han encantado. Mil besicos
ResponderEliminarGracias, María.
EliminarUn beso.
Granada, uno de los lugares más bellos que conozco...
ResponderEliminarPaz&Hermandad
Isaac
Muchas gracias, amigo.
EliminarUn abrazo.
Ay, Manuel, no imaginas los recuerdos que me han llegado, después de leerte.
ResponderEliminarEstuve en Granada y claro que visité la Alhambra, mi lugar preferido. Conocí su historia, me transporté a esos tiempos cuando los árabes y sus dinastías (Yussufi, Nazaritas, Mohamed...) tenían poder sobre tierras tan hermosas y cantarinas, como bien lo narras. Alabo tu generosidad e inspiración que nos ha dejado tu narrativa poética. Tienes fuerza para transmitir con romanticismo y convicción. La Alhambra, una de las 7 maravillas proclamadas en el siglo pasado que revive una historia de magia y poesía.
Mil gracias amigo por este maravilloso viaje al pasado.
Besos.
Muchas gracias, amiga.
EliminarBesos.
Brillante funciona.
ResponderEliminarGracias por su visita siempre.
Te deseo lo mejor.
Saludo y abrazo.
Desde Japón, ruma ❃
Hola, ruma. Perdimos el contacto hace ya más de dos años, por eso mismo me ha dado mucha alegría verte de nuevo por aquí, e imagino que habrás retomado de nuevo tu blog.
EliminarEsta tarde con más tiempo, te haré una visita.
un abrazo.
Me ha gustado conocer todos estos detalles sobre un lugar que siempre me ha parecido fascinante en todos sus matices.
ResponderEliminarQué ganas de volver!
Besos.
Muchísimas gracias, amiga.
EliminarUn beso.