Las naranjas sevillanas.
Bajo el cielo andaluz. LA MEDIA NARANJA. Pintado por Angel D. Huertas, 1910.
Ha sonado la hora en las huertas y en los otros predios, convertidos en naranjales, de la recolección del precioso fruto, redondo como pequeño mundo y del color de las llamas.
Florecieron los naranjos en la primavera, vistiendo sus ramas de hojas relucientes y de un grato aroma y frescor, con unas florecillas de una blancura de cera o de hostia y botón de oro pálido, con un perfume penetrante que embriaga.
De todas las márgenes del Guadalquivir, desde la morisca Córdoba por una parte, y desde la marisma de la otra, así como del lado de Alcalá de Guadaira y de Mairena, llegaron a Sevilla, perfumándola como con gigantescos pebeteros, los deleitables olores, haciendo de la gentil ciudad todo un tesoro de aromas y de esencias más ricas que las del Oriente.
Y en los jardines, sobre todo en los de los Reales Alcázares, y en los patios y en los paseos y en las plazas y calles de la ciudad de Sevilla, de los naranjos que los visten y adornan, se confundieron con el ambiente los perfumes de los azahares, como un aliento glorioso y confortador.
Luego en el verano, las florecillas, que aparecieron durante la primavera, lluvia de estrellas sobre el verdor de los naranjos, se convirtieron en redondos frutos, también verdes, y en el otoño se vistieron del color del fuego, de un encendido Pentecostés. Y así han llegado al frío invierno, en su madurez saludable y lozana.
Recogida de la naranja. Postal de 1910.
Ningún árbol tan llamativo como este árbol de redonda y pomposa copa, cuyas hojas relucen al sol como si tuvieren pulimento, y cuyos frutos vibran como llamas vivas. El, con la graciosa palmera y con el fino y agudo ciprés, constituye el mejor y bello ornato de los jardines de Granada, de Córdoba y de Sevilla, y son, el más rico arbolado de las tierras de Levante y de Andalucía.
La recolección de las naranjas constituye en todas partes, pero muy especialmente en Sevilla y sus campos, un espectáculo típico y pintoresco. Los hombres, como racimos de frutos humanos, cercan las copas del naranjo, en alto sobre escaleras van desgajando las naranjas de sus pedúnculos y encerrándolas en la bolsa que forma la bombacha de la amplia blusa que visten. Cuando aquellas están rebosantes, bajan a los pies de los naranjos, donde los esperan, para recibir la carga, ligeros jumentos con angarillas
La cogida de naranjas.
Acarreo de las naranjas.
Y así son conducidos los frutos hasta el caserío o a la estación de ferrocarril más próxima.
En el patio del caserío se colocan las naranjas en un gran montón. Unas mujeres, cuyas mejillas y cuyos ojos están encendidos con los reflejos del hermoso fruto, desposeen las naranjas de las hojas que hubieran podido llevar adheridas al minúsculo cabo, y luego envuelven aquellas en papel blanco y fino, con tan diestras manos, que es una maravilla.
Empapelando las naranjas en el caserío.
Encajonando las naranjas en el caserío.
Los hombre forman las cajas de maderas, encintándolas con flejes de corteza de mimbre, y en ellas encierra las naranjas, ya dispuestas para la exportación.
Esta se realiza, generalmente, por la vía fluvial, y entonces se transportan las cajas en carros al muelle de Sevilla. Cuando las naranjas no se encajonaron en la finca donde se hizo la recolección, se las trae sueltas en vagones de ferrocarril hasta el muelle, y es aquí donde se las encajonan.
Carros con naranjas preparadas ya para el embarque, bajan la rampa del puerto de Sevilla.
Embalando Naranjas, en el muelle de Sevilla. Postal de 1906.
Las que se exportaban seguían, especialmente el camino de Inglaterra y Estados Unidos de América, y eran en su mayor parte, agrias, y se utilizaban para mermeladas, y su corteza se preparaba también para la composición de la pólvora.
Las dulces se exportaban también, siendo el postre predilecto, este fruto preciado, de tan bello aspecto por fuera y de tan frescas y agradables entrañas, en muchos países extranjeros.
El acarreo en burros, en el muelle de Sevilla.
A la banda del barco, listas para la exportación.
Hoy en día la naranja sevillana representa el 38% de la producción andaluza; y en cuanto a la exportación, Andalucía, según datos oficiales, está en segundo lugar, detrás de Valencia; dato, para algunos responsables de cítrico, dudoso. ya que Andalucía exporta bastante más, pero lo que ocurre es que hay empresas valencianas con fincas aquí, y se llevan estas naranjas fuera, y no rezan como exportación andaluza, sino como exportación de naranjas valencianas.
Fuentes: Archivo particular.
Si deseas ver otras industrias y comercios de Sevilla, por favor, haz clic: AQUÍ.
Las naranjas y el azahar....todo un símbolo de nuestros campos.
ResponderEliminarPrecioso reportaje, Manuel.
Besos
Muchas gracias, Isabel.
EliminarBesos.
Pues me has hecho vivir la recolecta de las naranjas, estoy acostumbrada a ver la vendimia en mi tierra pero no he visto nunca lo que describes, tampoco sabía que había tanta exportación y que Valencia tuviera allí fincas con denominación valenciana.Muy intersante tu entrada. Recuerdo que cuando estuve en Sevilla, hace años, me sorprendió mucho ver tanto naranjo por las calles.Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, Charo.
EliminarUn abrazo.
Entrar en tu blog es entrar en las historias de mi pueblos
ResponderEliminarGracias, Juan.
EliminarUn abrazo.
Excelente información de este cítrico andaluz, cuando casi todos lo conocemos solo como un producto valenciano o de levante y es en su gran mayoría también producto originario de Andalucía.
ResponderEliminarYa lo dijo Machado en su poema a un naranjo y a un limonero, cuando observó con pena al arbolillo plantado en una maceta, y él que lo sentía, sabía de lo que hablaba.
Siempre admirado y aprendiendo por tus aportes en esa amada tierra.
Abrazos Manuel
Gracias, Juan Antonio.
EliminarUn abrazo.
Aunque nunca he visto una recogida de naranjas así como otros frutos tan solo ver este escrito me he hundido en él.
ResponderEliminarLa naranjas es un fruto de alegría por su belleza y por sus buenas vitaminas.
Un abrazo.
Muchas gracias, Mari.
EliminarUn abrazo.
Mira tú, que siempre había pensado en Valencia al hablar de naranjas, gracias por informarme.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Alfred.
EliminarUn abrazo.
São muito famosas as laranjas de Sevilha, uma bela reportagem meu amigo.
ResponderEliminarUm abraço e bom fim-de-semana.
Andarilhar
Dedais de Francisco e Idalisa
Livros-Autografados
Gracias, Francisco.
EliminarUn abrazo.
Que interesante Manuel. Abrazos.
ResponderEliminarGracias, teresa.
EliminarUn abrazo.
Me ha encantado este reportaje .
ResponderEliminarUna información muy interesante.
Te deseo un feliz Septiembre.
Un fuerte abrazo.
Gracias, Amalia.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola Manuel, un precioso y poético texto que sabe a verdadera mermelada de naranja. He tenido la suerte de recorrer esos campos de naranjos en la zona del valle del Guadalquivir y es un tesoro tanto para la vista, como por los empleos que sigue generando esta fruta desde su plantación, cuidados y posterior recolección y venta.
ResponderEliminarUn gran saludo hasta Sevilla y buen mes de septiembre.
Muchas gracias, Miguel.
EliminarUn abrazo.
Bonito e interesante reportaje, Manuel. Me han encantado las postales, sobre todos las de la recogida :)
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y que tengas una excelente semana :)
Gracias, Gumer.
EliminarUn fuerte abrazo.
Tus comentarios y fotos nos llevan a otros tiempos menos mecanizados.
ResponderEliminarEl aroma del azahar es maravilloso.
Saludos.
Gracias, Tomás.
EliminarUn saludo.
Y lo bien que huele en primavera a azahar toda la ciudad, sobre todo si uno se acerca al Parque de María Luisa. ¿Sabes que tengo una tía que vive allí que se llama exactamente así? Y no es sevillana, sino bejarana. Casualidades de la vida.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias, Carmen.
EliminarUn saludo.
Deliciosa y bella fruta, de la cual tengo un árbol en mi casa de verano. Gracias por tu historia y lindas fotos
ResponderEliminarPaz
Isaac
Muchas gracias, Isaac.
EliminarUn abrazo.
Después de una larga ausencia, de nuevo por aquí Feliz Semana
ResponderEliminarBienvenido y muchas gracias, José Ramón.
EliminarUn abrazo.
Muchas, gracias, por sus palabras, realmente hemos tenido algunos días de calor muy fuerte, pero como todo pasa lo importante de vivir el momento presente con profundidad aunque apriete un poco el calor, yo espero que usted también haya vivido unos días de verano en paz y disfrutando como gracia de Dios estos días de regalo y descansos rodeado de las persona que ama, gracias por su delicadeza yo siempre que entro en este lugar sagrado, descubro y aprendo algo siempre nuevo, gracias, por compartir, su grande riqueza de saber y conocer que nos trasmite, que Dios le bendiga siempre, y le conceda todo aquello que pide su corazón, gracias, por enseñarme, gracias, por su sencillez, un fuerte y grande abrazo.
ResponderEliminarDe nada Flor, y las gracias siempre a ti.
EliminarUn fuerte abrazo.
Es una fruta de mi especial predilección. Desde pequeña me he acostumbrado a tomarlas y recién cogidas del árbol, me gusta en su tiempo, que es cuando está más jugosa.
ResponderEliminarBesos
Gracias, Antonia.
EliminarUn beso.
¡Nadie sabe para quién trabaja, dice el refrán, amigo Manuel. Lo pienso a propósito de que las exportaciones de naranjas de Valencia, serían asturianas.
ResponderEliminarAbrazo austral.
Gracias, Esteban.
EliminarUn abrazo.
Encuentro maravillosos los naranjos, además el fruto es muy saludable y delicioso.
ResponderEliminarAl ver las fotos parece ser que además su producción era el motor de Sevilla.
Abrazos.
Muchas gracias, Rayen.
EliminarUn abrazo.
Que descripción más clara acerca de la presencia de la naranja en Sevilla.
ResponderEliminarAquí en Florida, adonde vivo, la naranja es un sector muy importante de producción.
Abrazo grande, mi querido amigo.
Muchas gracias, Ricardo.
EliminarUn abrazo, amigo.
Ay Manuel tu siempre premiandonos con tus bellos post y tu gran conocimiento, una belleza, muchas gracias :* besosssss
ResponderEliminarMuchas gracias, Patty.
EliminarUn beso.
Que guapo Manuel, me encanta esta entrada, que bonito ver tanta gente trabajando en armonía. Muchas gracias. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Lola.
EliminarUn fuerte abrazo.
Me ha encantado la publicación, tanto como las naranjas. :)
ResponderEliminarMuchas gracias, María.
EliminarUn abrazo.