Leyenda de la Cabeza del Rey Don Pedro, y de la vieja del candilejo.
La calle Candilejo que veremos en la siguiente fotografía, de 1902, conservaba casi incólume su típica desigualdad, pues apenas se habían renovados dos de los edificios, que la formaban; era una página muda, pero muy elocuente, de la historia de Sevilla durante el reinado de Don Pedro I de Castilla; aquél que para algunos historiadores fue justo, y para otros, cruel, pero que en ella se encuentra vivo aún, el testimonio de una de las tremendas justicias de aquel rey, dándose un mentís a los que le inculparon, sin más razón para ello, que el odio que contra él alimentaron.
El hecho, como lo cuenta la fantasía popular, fue que en una de esas salidas que de su alcázar hacía el rey, de noche y solo, tropezara, en mala hora para su adversario, a un caballero que cerrándole el paso, arremetió contra él, espada en mano dispuesto a rematarle, pero Don Pedro, que era hombre bravo y decidido, defendiéndose con denuedo, tendiendo a sus pies, sin vida, al que trató de arrebatarle la suya, huyendo seguidamente de aquel lugar furtivamente, temeroso de que acudiera gente que pudiera descubrirle, y saberse que el rey andaba en aventuras por la noche, arriesgando su existencia, en tanto que le creían durmiendo en su palacio.
Pero una vieja que escuchó el zis zas de los aceros, y el ¡Ay! doloroso que lanzó el moribundo al caer, se asomó curiosa a la ventana de su vivienda, provista de un candilejo, alimentado con aceite de oliva, tratando de alumbrar con él, la sangrienta escena.
No pudo satisfacer la vieja sus deseos, más que a medias, pues cuando asomaba el candil por fuera de la reja, el matador huía precipitadamente de espaldas a la casa, y únicamente pudo dar razón, cuando la tomaron noticias, de que al asesino le crujían escandalosamente las canillas.
Cuando haciendo indagaciones, pudo la justicia tener en conocimiento de que al autor de aquél crimen había sido el rey, este, siempre severo, resolvió el conflicto en que aquella se veía, mandándose ahorcar su efigie, poniéndose sobre el muro del edificio, al pie del que tuvo lugar el sangriento suceso, una cabeza que representara la suya, tallada en piedra y con un dogal al cuello, perpetuando así la memoria de la sentencia que contra si mismo dictara.
Vista del nicho donde está colocado el busto del Rey Don Pedro. 1902.
Al hacerse unas obras en la casa referida, despareció de ella la cabeza del rey Don Pedro, colocándose en su lugar el busto que hoy existe, y debajo una inscripción, que fue borrada en el año 1630, y en la que se decía que, "amenazando ruina la pared donde estaba puesta esta cabeza, y siendo necesario el reedificarla, D. Juan de Pereda, como jurado de esta ciudad, dio cuenta de la obra que se había de hacer en el Cabildo, y éste acordó que se hiciese una efigie de piedra, que representase la persona del rey Don Pedro en traje e insignias reales, y que se pusiesen las armas de Castilla y León en un escudo, y a costa de la ciudad, y se colocase en un nicho, en el mismo sitio donde la cabeza estaba, porque esta memoria no se perdiera, y se puso en exención lo que la ciudad mandó, colocando en un nicho el busto del rey de medio cuerpo, como hoy se ve".
Casa denominada del Candilejo. 1902.
En la casa en que vivió la vieja del candilejo, y que forma esquina a la calle de dicho nombre, y a la antigua calle del Justiciero, hoy, Cabeza del rey D. Pedro, existía a principios del siglo XX, un establecimiento de bebidas, que se llamaba "Taberna del Candilejo", donde seguro, que acudía más de un turista inglés, con objeto de beberse varias copas de manzanilla, sentado junto a la misma ventana, por donde se asomó la vieja de la historia.
Fuentes: Bibliografía y archivo particular.
La calle Cabeza del Rey don Pedro, en tiempos del coronavirus.
Si hace clic sobre las imágenes, las puede ver ampliadas.
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Curiosa historia y desconcertante justicia la suya, pues acepta el mal hacer pero no su penitencia.
ResponderEliminarDícese que Alfonso XIII, también era de correrías nocturnas, pero sin percances de estecalibre.
Un abrazo.
Muchas gracias, Alfred.
EliminarUn abrazo.
¡Me ha encantado leer la leyenda de Don Pedro! Y si paso por Sevilla, cuando no haga tanto calor, visitaré sin duda la Taberna del Candilejo. Me gusta conocer etas historias y visitar los lugares.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Rita.
EliminarUn abrazo.
La del Rey Don Pedro, estimado Manuel, es una leyenda que supera en atracción cualquier texto histórico. Gracias por exponerla.
ResponderEliminarSaludos desde la intensa niebla en Santiago de Chile.
Gracias, Esteban.
EliminarUn abrazo, amigo.
¡Me encanta esta leyenda!
ResponderEliminarGracias por compartir, Manuel.
Besitos
Muchas gracias, Isabel.
EliminarUn beso.
Leyenda o historia me ha gustado mucho y me ha sorprendido gratamanente el cambio que ha dado la calle.Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, Charo.
EliminarSaludos.
Es una interesante leyenda que se ha ido transmitiendo a través de los siglos...cuanto hay de verdad en ella...eso es dificíl de saber.
ResponderEliminarBesos
Gracias, Antonia.
EliminarBesos.
Manuel me gusta mucho esta leyenda. Que tengas un buen comienzo del mes de julio.
ResponderEliminarMuchas gracias, Trini.
EliminarAbrazos.
Sobre este rey como compruebo hay mas de una leyenda por la que mas que cruel fue justiciero, en la localidad de Astudillo una con un escribano de protagonista lo atestigua. No digo mas por que no la tengo muy clara.
ResponderEliminarHa me olvidaba decir que aun queda otra sobre el convento abulense.
Saludos.
Muchas gracias, amigo.
EliminarSaludos.
Me ha encantado la leyenda. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Teresa.
EliminarUn abrazo.
Ya sabes cuanto me apasionan las curiosidades histórics, las leyendas y todo lo destacable que tiene nuestra querida Sevilla. Conocía el argumento , pero lo has expuesto con encanto impactante, es una gozada pasear la mirada por tus didácticas páginas. La Docenciaa es un grado, querido Manuel. Felicidades.
ResponderEliminarUn besote.
Muchas gracias, Mari.
EliminarUn beso.
Tu blog sigue en la linea de repartir mas cultura
ResponderEliminarGracias, Juan.
EliminarUn abrazo.
Una estupenda y curiosa leyenda.
ResponderEliminarNo la conocía y me encanta la hayas compartido.
Un fuerte abrazo.
Gracias, Amalia.
EliminarUn fuerte abrazo.
Eran los reyes de otro tiempo amigos de salir de noche, a escondidas, y meterse en pendencias a la luz de las candilejas. Don Pedro I no lo fue menos y casi resulta muerto. El busto que luce hoy día en la fachada es testigo de aquella pendencia (aunque se sustituyera).
ResponderEliminarUn saludo
Gracias, Carmen.
EliminarUn abrazo.
Estimado Manuel por fin hoy puedo dedicar un rato a tus fabulosos trabajos, es maravilloso leerte. Muchas gracias. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Lola.
EliminarUn fuerte abrazo.
Muy interesante la leyenda. Me voy sabiendo algo nuevo para mi.
ResponderEliminarSaludos 🌞
Muchas gracias, amiga.
EliminarUn abrazo.
Ola,Manuel. Interessante questa leggenda che raggiunge la storia della tua città. Sono riuscito a comprenderla malgrado la non troppa conoscenza dello spagnolo che in ogni caso non si allontana molto dall'italiano. Buon proseguimento di settimana.
ResponderEliminarMuchas gracias, estimado amigo.
EliminarUn abrazo.
Instructivo conocer la vida de los reyes de España. Me ha encantado leer esta entrada. Gracias por el aporte a la historia de tu país, Manuel.
ResponderEliminarAbrazo y feliz luna de julio.
Muchas gracias, Ceciely.
EliminarUn abrazo.
Me ha complacido la quimera. Saludos
ResponderEliminarGracias, José Ramón.
EliminarSaludos.
AHORA , MANUEL , MÁS GRACIAS POR AQUÍ Y OTRO ABRAZO FUERTE . MUCHAS VECES ANDUVE , A LA VUELTA DEL COLEGIO , POR DEBAJO DE LA HORNACINA EN LA QUE ESTÁ LA CABEZA DEL REY DON PEDRO. MUY INTERESANTE ENTRADA , COMO TODAS , LA QUE RECOGES .
ResponderEliminarGUILLERMO
Muchas gracias, Guillermo.
EliminarUn abrazo.
¡Hola Manuel!
ResponderEliminarNos dejas una super interesante leyenda sobre el pendenciero Don Pedro. Sevilla tiene mucha historia que contar, bueno, también otras regiones de España, tiene tristes y alegres leyendas, solo hay que escarbar...
Me ha gustado mucho este texto, gracias.
Un abrazo y mi gran estima, se muy, muy feliz.
Gracias, Marina.
EliminarUn abrazo.
Interesante las dos. Yo no conocía estas leyendas, un gusto leerlas. Saludos a la distancia Manuel.
ResponderEliminarMuchas gracias, Sandra.
EliminarSaludos.
Gostei deste artigo e de conhecer esta bela lenda, aproveito para desejar uma boa semana.
ResponderEliminarAndarilhar
Dedais de Francisco e Idalisa
O prazer dos livros
Gracias, Francisco.
EliminarUn abrazo.
Buena entrada,muy completa!
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarSaludos.
Tu recopilación me ha tenido atenta mientras iba leyendo y enterándome de episodios de la vida de D. Pedro completamente desconocidos para mí.
ResponderEliminarMil gracias por todo lo que aportas.
Cariños.
kasioles
Gracias, amiga.
EliminarUn abrazo.
Excelentes imagenes y postales como siempre acompañados con acertadisimos y practicos textos,saludos.
ResponderEliminarGracias, Jesús.
EliminarSaludos.
Justicia sobre sí mismo del estilo de la leída sobre un rey podía practicarla.
ResponderEliminarMe ha encantado conocer esta leyenda.
Saludos.
Gracias, amigo.
EliminarSaludos.
Me ha gustado la leyenda y su particular manera de "aceptar", muy de Reyes estas correrías nocturnas.
ResponderEliminarSiempre es un placer descubrir estos trocitos de historias y leyendas.
Besos
Gracias, Conxita.
EliminarBesos.
Curiosa e interesante leyenda.
ResponderEliminarDejando las andanzas del rey a esas horas de la noche, con oscuridad y alevosía, vete tú a saber que andaría buscando... 😂😂 me fijo sobre todo en "la vieja del candilejo".
En todos y cada pueblo hay una vieja que todo lo ve, con o sin candilejo,🤣
Manuel me ha alegrado tu visita y tu amable comentario.
Un abrazo bien fuerte y a ver el cafetito para cuando...
Gracias, Yannis.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Ángela, y a ver si un día nos ponemos de acuerdo, para ese cafetito.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.