La primera gran restauración global de las magníficas vidrieras que decoran los muros de la Catedral de Sevilla, ofreciendo a las miradas absortas los más brillantes espectáculo de color, se llevó a cabo en el año 1929.
La iniciativa de dicha restauración, que había de celebrarse con toda clase de garantías en sitios apropiados de la misma catedral, se debió al ilustre arquitecto sevillano, con destino en el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, y conservador de aquél monumento, Sr. Luque, habiéndose constituido una junta de personalidades peritas en cuestiones de arte, que presidía el Cabildo catedralicio, el arzobispo Sr. Mandaun, y aprobado un proyecto y estudio por la Real Academia de Bellas Artes.
Y con motivo a la restauración que nos referimos, hemos creído oportuno recoger algunos interesantes datos sobre las vidrieras de la Catedral.
Todas las que existen en la espléndida basílica sevillana suman un número de setenta y cuatro, conservando la brillantez de sus colores y la delicadeza de sus dibujos, a pesar del mucho tiempo que ha pasado desde su colocación.
El primer escritor que se encargó de describirlas y ensalzarlas fue Ceán Bermúdez, prestigiosos erudito, y las primeras de las que se tienen noticias fueron instaladas a fines del siglo XV.
Son las más interesantes la que existe sobre la capilla de Santiago, con la historia de la Conversión de San Pablo, y la de la capilla denominada la de Las Doncellas, que representa a la Virgen cobijando bajo su manto a unas jóvenes.
"El primero que empezó a pintarlas fue Micer Cristóbal Alemán, en el año 1504, -dice Ceán-. Pero en el auto capitular del lunes 5 de Enero de 1478 -objeta Gestoso-, se lee que: "en dicho día mandaron los capitulares dar a maestre Henrrique Vedriego 14.000 mrs. de los que ha de dar el Señor Adelantado".
"El lunes 16 de Marzo de dho año cometieron al Arcediano de Xeres e a Luis Sánchez, que entiendan con maestre Henrrique el que faze la vidriera, así sobre lo que tiene fecho conmo lo que está por facer".
"En este mismo día -apunta el propio Gestoso-, se trató de las redes de hierro para las dicha vidrieras, y es muy posible, termina, que aquél Maestre Enrique sea el mismo que hizo vidrieras para la catedral de Toledo".
Por su parte, el Sr. Rico Sinobas, en su interesante libro Del vidrio y sus artífices en España, dice que el Maestre Enrique procedía de Alemania, y era vecino de Toledo, donde residía por los años de 1480.
El 16 de Octubre de 1504, cuando ya estaban las obras de la Catedral para tocar a su término, el Cabildo encomendó a los Canónigos Diego de Santillán, Pior de Magacela y Fernando Ramos "Que platiquen con vn maestro que está aquí de hazer vidrieras, e asienten con él, de las vidrieras que son menester".
El referido maestro era Micer Cristóbal Alemán; y luego, en 1510, encontramos en los libros del Cabildo el nombre de Juan Jaqués, que procedía de Portugal, siguiéndole, por la misma época Juan Viban y Bernardino de Gelandia.
En 1525, se hacen encargos de vidrieras al célebre artífice Arnao de Flandes y a otro maestro, también flamenco, Carlos Brujes.
Y más tarde, en 1560, a Vicente Menardo, de la misma nacionalidad que aquellos, y a Juan de Pesquera, que fue quien comenzó a restaurar, las que ya lo necesitaban.
Por último, siguen a aquellos artífices Mateo Martinez en 1587, y Claudio de León, y Juan Antonio Jao en 1611, éste último era vecino de Sevilla.
Se asegura, que de algunas de las primitivas no quedan rastro alguno, pues desaparecieron a causa de las voladuras de los molinos de pólvora, de Triana, ocurridas la primera, el 18 de Mayo de 1613 en el molino que había en el puesto de camaroneros, frontero a la Torre del Oro, y la otra, el 14 de Noviembre del mismo año, en el nuevo molino que sustituyó al anterior; la explosión de este último, fue de menor intensidad que la de mayo.
Luego, las inclemencias del tiempo fueron deteriorando a casi todas las demás, encontrándose en 1929, muchas de ellas en el estado más lamentable, tanto por aquella circunstancia, como por las restauraciones que las hicieron manos imperitas y de inteligencias poco escrupulosas.
Unas fueron arregladas, con trozos que cayeron de otras, de manera tan torpe, que había una figura con tres pies, y una Virgen con barbas.
Había llegado el momento de remediar tales daños, y quienes para ello contribuyeron con sus iniciativas y estudios, bien que merecieron la gratitud, no solo de Sevilla, sino de España entera.
Y con motivo a la restauración que nos referimos, hemos creído oportuno recoger algunos interesantes datos sobre las vidrieras de la Catedral.
Todas las que existen en la espléndida basílica sevillana suman un número de setenta y cuatro, conservando la brillantez de sus colores y la delicadeza de sus dibujos, a pesar del mucho tiempo que ha pasado desde su colocación.
El primer escritor que se encargó de describirlas y ensalzarlas fue Ceán Bermúdez, prestigiosos erudito, y las primeras de las que se tienen noticias fueron instaladas a fines del siglo XV.
Son las más interesantes la que existe sobre la capilla de Santiago, con la historia de la Conversión de San Pablo, y la de la capilla denominada la de Las Doncellas, que representa a la Virgen cobijando bajo su manto a unas jóvenes.
"El primero que empezó a pintarlas fue Micer Cristóbal Alemán, en el año 1504, -dice Ceán-. Pero en el auto capitular del lunes 5 de Enero de 1478 -objeta Gestoso-, se lee que: "en dicho día mandaron los capitulares dar a maestre Henrrique Vedriego 14.000 mrs. de los que ha de dar el Señor Adelantado".
"El lunes 16 de Marzo de dho año cometieron al Arcediano de Xeres e a Luis Sánchez, que entiendan con maestre Henrrique el que faze la vidriera, así sobre lo que tiene fecho conmo lo que está por facer".
"En este mismo día -apunta el propio Gestoso-, se trató de las redes de hierro para las dicha vidrieras, y es muy posible, termina, que aquél Maestre Enrique sea el mismo que hizo vidrieras para la catedral de Toledo".
Por su parte, el Sr. Rico Sinobas, en su interesante libro Del vidrio y sus artífices en España, dice que el Maestre Enrique procedía de Alemania, y era vecino de Toledo, donde residía por los años de 1480.
El 16 de Octubre de 1504, cuando ya estaban las obras de la Catedral para tocar a su término, el Cabildo encomendó a los Canónigos Diego de Santillán, Pior de Magacela y Fernando Ramos "Que platiquen con vn maestro que está aquí de hazer vidrieras, e asienten con él, de las vidrieras que son menester".
El referido maestro era Micer Cristóbal Alemán; y luego, en 1510, encontramos en los libros del Cabildo el nombre de Juan Jaqués, que procedía de Portugal, siguiéndole, por la misma época Juan Viban y Bernardino de Gelandia.
En 1525, se hacen encargos de vidrieras al célebre artífice Arnao de Flandes y a otro maestro, también flamenco, Carlos Brujes.
Y más tarde, en 1560, a Vicente Menardo, de la misma nacionalidad que aquellos, y a Juan de Pesquera, que fue quien comenzó a restaurar, las que ya lo necesitaban.
Por último, siguen a aquellos artífices Mateo Martinez en 1587, y Claudio de León, y Juan Antonio Jao en 1611, éste último era vecino de Sevilla.
Se asegura, que de algunas de las primitivas no quedan rastro alguno, pues desaparecieron a causa de las voladuras de los molinos de pólvora, de Triana, ocurridas la primera, el 18 de Mayo de 1613 en el molino que había en el puesto de camaroneros, frontero a la Torre del Oro, y la otra, el 14 de Noviembre del mismo año, en el nuevo molino que sustituyó al anterior; la explosión de este último, fue de menor intensidad que la de mayo.
Luego, las inclemencias del tiempo fueron deteriorando a casi todas las demás, encontrándose en 1929, muchas de ellas en el estado más lamentable, tanto por aquella circunstancia, como por las restauraciones que las hicieron manos imperitas y de inteligencias poco escrupulosas.
Unas fueron arregladas, con trozos que cayeron de otras, de manera tan torpe, que había una figura con tres pies, y una Virgen con barbas.
Había llegado el momento de remediar tales daños, y quienes para ello contribuyeron con sus iniciativas y estudios, bien que merecieron la gratitud, no solo de Sevilla, sino de España entera.
Desde entonces las vidrieras siempre tuvieron un mantenimiento, hasta que en 1999 el cabildo acometió una nueva campaña de restauración y conservación, plurianual, que comprendía además, una nueva protección exterior para preservar estas frágiles obras de la contaminación medioambiental.
Fuentes: Archivo particular.
Entrada dedicada a mi buena amiga Isabel, licenciada en Historia del Arte y Restauración en Madera, y autora del blog "Alromasar", que os recomiendo lo visitéis y disfrutéis de sus excelentes restauraciones, así, como de sus creativos y artesanos trabajos.
He tenido la suerte de ser el ganador de esta preciosa caja de infusiones y de una útil y bonita agenda, en el sorteo que Isabel ha celebrado por el octavo aniversario de su blog.
Si deseas ver otros temas relacionados con la Catedral o la Giralda de Sevilla, por favor, haga clic AQUÍ.
Gracias a ti nos enteramos y vemos preciosas vidrieras en las que no habíamos reparado antes. Si te soy sincera, cuando estuve en Sevilla no me fije en ninguna...¡claro que había tanto que ver!
ResponderEliminarAmigo, ahora cómodamente y gracias a ti las he visto y me he quedado con ellas para seguir viéndolas.
Un abrazo
Muchas gracias, María.
EliminarUn abrazo.
How very, very beautiful.
ResponderEliminarI love the prize you won in Isabel's raffle too.
Gracias, amiga.
EliminarUn abrazo.
Molto belle le vetrate della cattedrale di Siviglia.
ResponderEliminarGracias, Olga.
EliminarUn abrazo.
La catedral de Sevilla en sí es una preciosa joya y sus vidrieras una maravilla de luz y color. Hace tiempo que la visité y es una de las catedrales más bonitas de España.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Rita.
EliminarUn abrazo.
Bello reportaje de Sevilla y hermosas vidrieras.
ResponderEliminarFeliz semana amigo.
Un abrazo
Muchas gracias, Carmen.
EliminarUn fuerte abrazo.
La ültima vez que estuve en Sevilla fue en agosto del año 2000 y es una pena que no recuerde las vidrieras de la catedral y otras muchas cosas ya que hicimos muchos recorridos por Andalucía...si pudiera volvía de nuevo.Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarUn abrazo, Charo.
Muchas vidrieras tienen una gran elaboración cual teselas de un mosaico romano y las de las catedrales góticas son un bello ejemplo.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias, Tomás.
EliminarUn abrazo.
Es grandiosa y sus vidrieras son preciosas. la he visitado varias veces y no me importaría entrar de nuevo en ella. Ahora tan encerrados en casa, se hecha de menos alguna salida a algún lugar cercano.
ResponderEliminarBesos
Gracias, Antonia.
EliminarUn beso.
Manuel atractivo reportaje buen comienza de mes Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarUn abrazo, José Ramón.
¡Oh, muchísimas gracias querido Manuel!
ResponderEliminarQué post tan bien cuidado y tan bien escrito, amigo. Ya sabes que soy una enamorada total del Arte Gótico en general y de nuestra Catedral y sus vidrieras en particular y así que has conseguido emocionarme con tu dedicatoria.
La estética de la luz y las vidrieras como transmisoras de la belleza de Dios alcanzan su culminación este estilo.
Me alegra que hayas recibido ya la caja de infusiones y espero que la libreta te acompañe en muchos de tus apuntes para más posts tan interesantes como este. ¡Qué las disfrutéis!
Besitos
Las gracias siempre a ti querida amiga.
EliminarMe alegro que te haya gustado la entrada, y gracias por esos regalos, que tanta ilusión nos han hecho.
Un beso.
Curiosa la manera de reparar las vidrieras, un santo con tres pies y una virgen con barbas.Yo conozco la catedral y a pesar ya de la última vez que la visité, 30 años, si recuerdo sus vidrieras y en su interior el cuerpo momificado e incorrupto de algún personaje. ¿Sería quizá Fernando III? Algo de eso quedó en mi recuerdo de aquello.
ResponderEliminarMuchas gracias por esta magnífica y detallada información Manuel, Un abrazo.
Gracias Juan. Se trata del Rey San Fernando y si lo vistes así, seguro que estuviste aquí, un treinta de Mayo, que es el único día que se puede ver el cuerpo.
EliminarUn abrazo.
Hace tantos años que visité la catedral que no la recuerdo, aunque si que la he visto hace poco un reportaje, es preciosa, así que estas vidrieras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo, Mari.
Un hermoso reportaje sobre estas vidrieras, y curiosas las vicisitudes por las que han pasado como cuando restauraron con torpeza, trozos cambiados, pero al final deben de lucir esplendidas. Si hay próxima vez que vaya a Sevilla, sin duda me fijaré en ellas.
ResponderEliminarUn abrazo Manuel y buena semana.
Gracias, Elda.
EliminarUn abrazo.
Felicidades por tu premio y por tu post, te invito a conocer las vidrieras de la catedral de mi ciudad León y si ya las conoces pues a repetir cuando todo esto pase. Cuídate mucho.
ResponderEliminarAbrazote utópico.-
Gracias, Irma, y en cuanto tenga una oportunidad pasaré a visitarla.
EliminarUn abrazo.
Very beautiful
ResponderEliminarGracias, Nassah.
EliminarUn abrazo.
Es de las cosa que núnca me he perdido, entrar en las catedrales y ver con admiración sus vitrales. Incluidos los de Reims, que son modernos hechos con diseños de Marc Chagall.
ResponderEliminarBuena entrada.
Un abrazo.
Gracias, Alfred.
EliminarUn abrazo.
Hay tantas maravillas que admirar en la catedral de Sevilla que los detalles pasan desapercibidos. No dudamos de que habrán sido sometidas a restauración total o parcial por el paso del tiempo (qué leves son los cristales), pero no se puede hablar de una catedral gótica sin sus vidrieras. ¡Una delicia!
ResponderEliminarUn beso
Muchas gracias, Carmen.
EliminarUn beso.
Bueno, bueno, bueno... Pedazo de entrada Manuel. si hay algo que me llama la atención en las catedrales es precisamente esas esplendorosas vidrieras. Además me pasaba desde que era un niño. Las catedrales de Sevilla y de León son no sombras cumbres en esta disciplina. Las fotos también son una belleza. Así que no la abuela por la publicación y por tu regalito.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Gracias, Miguel.
EliminarUn fuerte abrazo.
Me encantan las vidrieras. Son realmente bellas.
ResponderEliminarTe felicito por ese bonito regalo.
Y, por supuesto, por esta entrada tan magnífica.
Un abrazo fuerte.
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo, Amalia.
Esa Catedral de Sevilla es mucha Catedral amigo mío. Me encanta todo lo relatado con las famosas vidrieras. Esas vidrieras no pueden dejar indiferente a nadie, son una autentica maravilla.
ResponderEliminarPreciosa la entrada Manuel.
Un abrazo y buen mes de diciembre.
Gracias, Juan.
EliminarUn abrazo.
Conozco la Catedral de Sevilla y me llamaron mucho la atención sus vidrieras, ganas me han entrado de volver para verlas otra vez, y con tus explicaciones mucho mejor. Abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarUn abrazo, Teresa.
Muy bonito reportaje amigo, lo que cuentas es precioso para esta alma que de lejos te lee y pasa a dejarte saludos. Cuidate amigo Manuel
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarUn abrazo, Sandra, y lo mismo te digo.
Estuve en la catedral de Sevilla.
ResponderEliminar¡Una belleza! Esas vidrieras que buena crónica Manuel.
Me pareció muy gracioso lo que nos cuentas sobre los sucedido en algún momento con la "torpeza" de las manos que intentaron arreglar y lograron "una figura con tres pies, y una Virgen con barba". 😂
Por suerte al fin lo solucionaron y desde entonces las preservan.
Recibe mi abrazo que hoy...¡DE NO CREER PERO REAL! va con nieve
Gracias, Lucía.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola Manuel,has hecho un precioso reportajes de las vidrieras, sin duda es toda una obra de arte digna de admirar. Estuve hace tiempo en Sevilla y también en la Catedral y quede fascinada con todas estas maravilla.
ResponderEliminarManuel, te felicito por este regalo tan especial que nos has dejado. Me encantan las vidrieras.
Un grande abrazo.
Gracias, Cristina por todo.
EliminarUn fuerte abrazo.
Qué preciosidad de vidrieras Manuel, siempre he creido que los maestros que las construyeron dejaron mensajes ocultos en ellas, y siempre que voy a alguna catedral que las tienen me quedo embobada mirando su belleza. 74 vidrieras en la catedral de Sevilla, que banquete para la vista, deben ser geniales.
ResponderEliminarTe he leído en el blog de Juan, que habías tenido un problema con las hormigas y tu naranjo. Mi consejo infalible es que encales el tronco con cal disuelta en agua, mi padre siempre lo hacía y en Extremadura es la solución porque las hormigas no suben por el tronco ya que la cal es letal para ellas.
Un abrazo con mi cariño.
Muchas gracias, Ángeles, y voy a llevarlo a cabo, en cuanto pase el invierno.
EliminarUn fuerte abrazo.
Qué entrada más interesante Manuel, siempre aprendo contigo pero cuando el tema me gusta mucho más...las vidrieras son una auténtica joya, y verlas iluminadas por el sol son un auténtico privilegio.
ResponderEliminarNo sabes lo que me alegra que hayas sido el afortunado en el sorteo de Isabel y que ya te haya llegado la caja de infusiones... Felicidades!
BESOS
Muchas gracias, María José, por todo.
EliminarUn beso.
Cuanta historia sobre las vidrieras nos traes amigo, para el año próximo si el Covid lo permite pienso visitar Sevilla y tendré muy presente tu aportación de hoy. Gracias Manuel, cuídate.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo, Conchi.
Så fine bilder fra innsiden av kirken!Du er heldig som kan se slikt!
ResponderEliminarHer i Norge er alle kirker veldig enkle.Jeg savner de spanske kunstverkene i kirken
Veldig informativ og fin artikkel.Nydelige bilder!
tusen tusen takk for at du tok deg tid til noen ord hos meg
Jeg ønsker deg alt godt
Hilsen Anita
Muchas gracias y bienvenida, Anita.
EliminarUn abrazo.
Que bellas vidrieras, gracias por compartirlas y además acompañadas de toda su historia. un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Bienaventurada.
EliminarUn abrazo.
Felicitaciones, una maravilla de entrada.
ResponderEliminarTe dejo un afectuoso saludo y mis mejores deseos para las próximas Fiestas.
Que lleguen colmadas de paz, salud y bienestar para el mundo entero.
Cariños Manuel.
Gracias, Adriana.
EliminarUn abrazo.
LAS RECUERDO ILUNINADAS POR EL SOL .
ResponderEliminarUN ABRAZO FUERTE, MANUEL .
GUILLERMO
Gracias, Guillermo.
EliminarUn fuerte abrazo.
Procedo de León, donde su Catedral llamada la Pulchra Leonina se caracteriza por la belleza espectacular de sus vidrieras. Muchas veces he podido disfrutar de tan preciado deleite observándolas. Y también he hecho lo mismo con las vidrieras de la Catedral de Sevilla.
ResponderEliminarMe ha encantado conocer su historia de tu mano, Manuel.
Muchas gracias.
Muchas gracias.
EliminarUn fuerte abrazo, Maripaz.
Me encantan estas vidrieras Manuel, de hecho me parecen obras de arte e imagino que el proceso de restauración y conservación ha de ser muy preciso. Me ha gustado conocer las de Sevilla un poco más.
ResponderEliminarNo sé si has visto las de la Sagrada Familia, que aunque son de otro estilo, hacen unos juegos de luces preciosos.
Un beso enorme y cuídate mucho
Gracias, Conxita, y aunque he estado en Barcelona aún no he visitado la Sagrada Familia.
EliminarUn beso.
Meravigliose queste vetrate della Cattedrale di Siviglia. Interessanti le informazioni che ci fornisci. Bravo per aver vinto il premio, nella lotteria di Isabel. Saluti.
ResponderEliminarGracias, Mirtillo.
EliminarUn abrazo.
Manuel te envío un abrazo.
ResponderEliminarComo siempre muy interesante tu entrada. Me encantan las vidrieras es el encaje por donde se cuela la luz en estas construcciones tan majestuosas.
Preciosa la cajita y la agenda que te tocó en suerte.
Sigo sin actividad bloguera, Manuel, en algún momento regresaré.
Felices Fiestas por si acaso. Y que pese a las restricciones encuentres el modo de pasarlo bien con los tuyos.
Gracias, Tesa.
EliminarUn abrazo.
Stupenda città di Siviglia !
ResponderEliminarGracias.
EliminarUn abrazo, Costantino.
Madre mía qué preciosidad de vidrieras. Me he quedado con la boca abierta.
ResponderEliminarTomaaa qué suerteeee. Me alegro mucho que lo hayas ganado tu.
Voy a ver el blog que indicas.
Un abrazo fuertote.
Muchas gracias, amiga.
EliminarUn fuerte abrazo.
Magnífica esta entrada, si visito la Catedral de Sevilla seguramente no aprecio con tanta nitidez las preciosas vidrieras que ahora puedo contemplar con detenimiento gracias a las fotografías que compartes con todos nosotros. Mil gracias.
ResponderEliminarY agradezco también tus letras en mi espacio.
De momento todo marcha bien en mi entorno, estoy encantada de haber vuelto con vosotros, os echaba en falta.
Cariños.
kasioles
Gracias.
EliminarUn abrazo.
Buenos días Manuel... He tenido el placer de contemplar está belleza de catedral y su vidrieras... Son una maravilla... Muy buen post cómo de costumbre... Te deseo unas felices fiestas ya de antemano... Y cuidate mucho...
ResponderEliminarGracias, Ana, e igualmente te deseo.
EliminarAbrazos.
Un arte que me hubiera gustado aprender, el de los vitrales. Los he podido apreciar con lujos, en la arquitectura de iglesias y catedrales; pero vaya que la vitrificación es exigente, para lograr que se mantengan las figuras y los colores de los vitrales. Cerca a donde vivo, Bucaramanga, la capital del departamento, me gustaba porque había hoteles con una preciosura de vitrales. Éstos ya son historia. Los que dejas ver en tus fotos, de Sevilla, me ensalman. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarGracias, amigo Carlos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.