El ganadero andaluz, y el toro bravo de lidia.
El ganadero avistando sus reses.
Durante años el ganadero andaluz, concretamente, el ganadero sevillano dedicó su atención a los toros con un espíritu desinteresado y ajeno, casi siempre, a toda especulación mercantil. Poseer una ganadería significaba un lujo, el más preciado lujo de una casa. La gloria de la divisa y del hierro, interesaba tanto como el lustre de la estirpe, y conservar y aumentar la bravura de los toros, representaba una obligación transmitida de padres a hijos, y en mejorar la casta de sus reses gastaron grandes fortunas ilustres familias. Para los Murube, Miura, Taviel de Andrade, Concha y Sierra, Moreno Santamaría, Pablo Romero, Arias de Saavedra, Nandín, Conradi, Ibarra... -la lista no es completa-, cualquier sacrificio económico carecía de valor, si añadía prestigio a sus respectivas ganaderías. Y, por supuesto, el más pequeño fallo -y no digamos, la afrentosa condena al fuego- significaba un serio disgusto.
Se cuenta que para el viejo don Eduardo Miura constituyó una tremenda contrariedad el hecho de que Juan Belmonte se atreviera -en una Feria de Sevilla, en 1914- a tocar un cuerno de su ganadería. Dicen que aquél se resistía a creerlo, "¡Falso!", repetía al criado que le llevaba tan desagradable nueva, y cuando no tuvo otro remedio que aceptar la verdad, refieren quienes lo vieron, que don Eduardo se refugió en su cuarto con los ojos visiblemente nublados... Así eran, y son, los ganaderos hispalenses.
Porque no se crea que los tiempos -con sus exigencias- han hecho desaparecer este tipo de creador de reses bravas, y son mucho los ganaderos jóvenes que continúan las huellas de sus abuelos, y asisten con atención a herraderos y tientas, para anotar personalmente sus incidencias y poder seguir de cerca, la historia de cada uno de sus toros; y saben, si llega la hora, correr con la garrocha tras un becerro o conducir, al lado del mayoral o del conocedor, una corrida hasta el embarcadero. Si hay una tarea realmente apreciable, atractiva, para el sevillano señor, es ésta la brega áspera y dura de los toros de lidia.
Aún no apuntó sobre su cabeza la armada defensa de los cuernos, cuando ya el becerrete ha de sufrir sobre su carne la dolorosa prueba de fuego. Hasta ese momento el bicho carece -que se nos perdone la palabra- de personalidad. Con la marca del hierro sobre la llana, el número en los costillares y la señal en la oreja, el toro adquiere nombre y entra, de verdad, en la historia de la ganadería. Ya puede vagar por los campos, crecer y engordar....En el libro de la vacada su nombre está presente.
La segunda prueba del toro es la tienta y en ella queda probada su bravura o sus defectos. Naturalmente cuanto en ella haga la res -desde que sale con sus hermanas camino del rodeo, hasta que acude a la cita del picador, pasando por su acoso y derribo por los garrochistas- queda anotado minuciosamente en el registro llevado por el ganadero. En las tientas de machos está ausente el capote, ya que los toros se avisan fácilmente y de ahí la prohibición que existe de torearlos; y en las tientas de hembras o de machos destinados a sementales, por el contrario, que casi siempre se celebra en plaza cerrada, y se permite a los aficionados o aprendices de toreros a dar unos capotazos. Más de una figura de la fiesta comenzó su carrera en un tentadero, buena escuela siempre para los que sueñan con la gloria taurina.
Después de la tienta el ganado vuelve a gozar de libertad, y así hasta que le llega su turno. Unas veces su destino resulta glorioso, como morir anunciado en carteles de lujo, en la plaza de más postín y a manos del espada de moda. Otras, un triste desenlace remata su vida, sin anuncios que propaguen su casta, sin música ni gloria.
Fuentes: Bibliografía y archivo particular.
Ganadería Marqués De Albaserrada.
Mi agradecimiento al mayoral D. Fabrice Torrito y al matador de toros, Javier Silva, de la Ganadería Marqués de Albaserrada, por la información facilitada, y por las muchas atenciones y facilidades que han tenido conmigo para poder llevar a cabo el siguiente reportaje.
Fundada en 1870 por D. Jacinto Trespalacios con reses del Marqués de la Conquista, quien en 1896 elimina todo lo anterior y la forma con vacas de Veragua. En 1914 es adquirida por D. Matías Sáchez Cobaleda, y tras su fallecimiento se dividió correspondiendo en 1930, uno de los lotes a su hijo Ángel Sánchez y Sánchez, que la aumentó con un lote de vacas y dos sementales de doña Carmen de Federico, antes Murube. En 1946 es adquirida por D. Rafael Romero de la Quintana, aumentándola con un número importante de reses procedentes de D. Juan Pedro Domecq, hasta el año 1947 que fue adquirida por el Marqués de Albaserrada, modificando el hierro coronando la "A", y agregando un lote de vacas y sementales de D. Isaías y D. Tulio Vázquez; ganado, que pasta desde entonces, en la Finca Mirandilla, de Gerena.
Si haces clic sobre las imágenes, las puedes ver ampliadas.
Disculpen la baja calidad de las imágenes, ya que debido al fuerte viento con polvo en suspensión que hubo durante el recorrido por el exterior, la cámara me dio muchos problemas, por lo que la mayoría las tuve que tomar con el móvil.
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Un tour molto bello,grazie.
ResponderEliminarGracias, Olga.
EliminarSaludos.
No estoy muy familiarizada con el mundo taurino aunque sí que me gusta ver la elegancia del toro travo en el campo.
ResponderEliminarBellas estampas de nuestro campo andaluz, Manuel
Besitos
Gracias, Isabel.
EliminarBesos.
Precioso y bello reportaje como siempre amigo Manuel. Mi padre que en gloria esté lo hubiese disfrutado de lo lindo. Era pasión lo que tenía por cualquier cosa con olor a toros.
ResponderEliminarUn abrazo y buen fin de semana amigo.
Gracias, Juan.
EliminarUn fuerte abrazo.
Qué maravilla los toros así sueltos.
ResponderEliminarAquí en Lorca están restaurando la plaza de toros ya que con el terremoto quedó muy mal.
Feliz finde y un abrazo.
Gracias.
EliminarUn abrazo, Lobezna.
I have huge problems with bullfighting (cultural?). I loved seeing your countryside though.
ResponderEliminarMuchas gracias, y lo entiendo perfectamente.
EliminarUn abrazo.
Lograr las características de estos animales han sido necesarios muchos ganaderos como los que nos mencionas, estos animales han sido diseñados para ese espectáculo.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias, Tomás.
EliminarSaludos.
Aunque nunca he sido aficionada a los toros admiro a esas personas que de una forma u otra trabajan con ellos pues supone un gran riesgo para su vida.Las fotos en colores me han gustado mucho. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarUn abrazo, Charo.
Un reportaje precioso Manuel, y las fotografías están muy bonitas. Es una maravilla ver a los toros por esas dehesas tan hermosas y conocer su historia desde el principio.
ResponderEliminarMi marido era muy aficionado a los toros, y al toreo de salón con el cual se lucía en cualquier reunión con amigos, y la verdad es que tenía mucho arte. Una vez se echó al ruedo en una capea, y recibió una cornada en un brazo que le produjo problemas por la infección que tuvo, pero todo quedó bien gracias a Dios.
Me ha gustado mucho esta entrada y conocer la pasión de los ganaderos por sus toros.
Un abrazo y buen domingo.
Me alegro mucho de que se quedara en nada, esa cornada.
EliminarUn abrazo, Elda.
Es una maravilla ver a este tipo de animales, y gracias por dar a conocer estos nobles animales. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Ana.
EliminarAbrazos.
Manuel estás hecho todo un reportero... cámara en mano nos ilustras el post. El ayer y hoy de la ganadería andaluza, tradición y supervivencia en la actualidad.
ResponderEliminarFelicidades por las fotos, yo diría que algunos toros se dieron cuenta que estabas por allí, hay que ver el valor que tuviste.
BESOS
Gracias.
EliminarUn beso, María José.
Excelente texto y estupendo reportaje fotográfico sobre un arte que vive unos momentos muy complejos en tiempos de pandemia. La labor ganadera y por ejemplo la conservación de hábitats naturales como la dehesa es algo que todos deberíamos agradecer al toro de lidia. Todo lo que sucede desde que nacen los becerros hasta que son llevados a la plaza o pasan a ser sementales es otro arte que no muchos conocen.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Manuel.
Gracias, Miguel.
EliminarOtro abrazo para ti.
Muy interesante historia.
ResponderEliminarNo soy aficionada a los toros pero,por supuesto, reconozco el valor que se necesita.
Y admiro siempre tus excelentes aportes, tan bien documentados.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias.
EliminarUn fuerte abrazo, Amalia.
Geniales tus reportajes querido amigo Manuel, siempre un placer leerte. Abrazos.
ResponderEliminarGracias, Teresa.
EliminarUn abrazo.
No soy muy de toros, pero reconozco la tradición cultural y además tus fotos están muy lindas
ResponderEliminarPaz
Isaac
Gracias.
EliminarUn abrazo, Isaac.
Cuanta historia y que lindas fotos. Un gusto pasar a conocer cosas lindas. Saludos a la distancia amigo.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarSaludos, Sandra.
Hola Manuel, me encanta el campo, los animales correteando por él, preciosos ejemplares de razas, paisaje impactantes...pero no soy taurina. Eso no quita para agradecerte tan magnifico reportaje que nos has elaborado, enhorabuena.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, Mari Carmen.
EliminarOtro beso para ti.
Hola Manuel, no tienes que pedir disculpas pues las fotos aunque sean con móvil son muy buenas. Muy interesante la vida de los criadores de reses, la anécdota que cuentas de Juan Belmonte con los toros de Miura es muy buena.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Muchas gracias.
EliminarUn fuerte abrazo, Conchi.
¡¡¡Me encanta ver los toros en su habitad!!!
ResponderEliminarLas fotografías están perfectas pues eres un gran fotógrafo. Los toros estan muy bonitos, pero los caballos...esos ya quitan el hipo.
Un abrazo amigo Manuel
Muchas gracias, María.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola Manuel.
ResponderEliminarNo soy aficionada a los toros, no entiendo eso de mostrar valentía ensartando a un pobre animal.
Eso no quita que tu crónica sea muy ilustrativa y las fotos están muy buenas aun a pesar de tu comentario sobre ellas.
Preciosos los animales pastando libres en esos campos!
Beso y ¡buena semana!
Gracias, Lu.
EliminarUn beso.
Cómo me ha recordado esta entrada y algunos aspectos que mencionas a la cría de reses bravías a estas dehesas salmantinas que tan cerca están de Béjar. En esta comarca, serrana y de abundante vegetación, no nos interesan demasiado los asuntos taurinos, pero unos kilómetros al norte se despliegan las grandes extensiones donde pastan los toros y el saber taurino es una religión.
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias.
EliminarUn saludo, Carmen.
El mundo del toro ha tenido un papel importante en España, ahora ya hay muchos detractores que quieren quitarlo de la fiesta nacional.
ResponderEliminarEs muy interesante el reportaje y los buenos datos que aporta en él.
Besos
Gracias, Antonia.
EliminarBesos.
Un reportaje estupendo. Me encanta ver los toros en libertad en las dehesas, con su regio porte y semblanza.
ResponderEliminarMe ha encantado viajar por la historia de esta ganadería de tu mano.
Un abrazo.
Gracias, Jorge.
EliminarUn abrazo.
Hola Manuel, muy interesante lo que describes aderezado de bonitas imágenes de ese bello campo andaluz... Feliz miércoles y resto de semana 😊🌈
ResponderEliminarGracias, Ana.
EliminarUn abrazo.
Es una crónica oportuna, a pesar de las reacciones contra la tauromaquia, merced que a través de ella, se ha generado una tradición de cría y tienta de ejemplares singulares, por no decir únicos para la lidia. Por estos días leo, una novela del escritor chileno, Luis Sepúlveda, y me hizo gracia que el personaje liminar, lleva el nombre de esa gran torero, que fue Juan Belmonte, al que referencias en la crónica. Colombia heredó la épica del toreo, con las ganaderías, y las plazas de tienta, y ha tendido dos toreros emblemáticos: Pepa Cáceres y César Rincón. Excelente crónica, con el mejor respaldo fotográfico. Un abrazo de gran aprecio. Carlos
ResponderEliminarMuchas gracias, Carlos.
EliminarUn abrazo.
Mi muy querido Manuel:
ResponderEliminarMe diste en la vena del gusto.
Me encanta la fiesta brava.
Tengo el honor de haber visto torear a Dominguín, a El Viti, y a El Cordobés.
Abrazo grande y Andaluz, y oleeee!!
Gracias, y me alegro mucho de que te haya gustado.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo Ricardo.
Gran reportaje amigo. Nunca me ha gustado esta afición y la respeto. Me gusta más ver los toros en el campo que en la plaza. Solo fui y una vez a una novillada en un pueblo y lo pasé fatal cada vez se acercaba al torero. Preciosas las dehesas así con tanta vida.
ResponderEliminarNo sé por qué el comentario no pudiste ponerlo en la entra de almacenes Mendoza, yo lo copié y lo trasladé. Gracias por leerlo.
Buen fin de semana Manuel. Cuídate
Un abrazo.
Gracias, Laura.
EliminarUn abrazo.
Bueno, bueno...Manuel, que magnífico reportero estás hecho...
ResponderEliminarDesconocía ese ritual acerca de los toros y las ganaderías y, me ha resultado muy interesante.
Me gusta ver al toro en el campo, no en la plaza.
La tauromaquia no es de mi agrado.
Desde luego que maravilla venir a visitarte. Siempre me llevo algo interesante.
Abrazos querido amigo.
Gracias, Maripaz.
EliminarUn fuerte abrazo.
Nonostante il cellulare, le immagini sono venute molto bene. Io non amo la corrida ma ne riconosco il valore della tradizione . Preferisco vedere i tori liberi nei Pascoli, che in una piazza. Ma il tuo servizio è molto interessante. Saluti
ResponderEliminarGracias, amiga Mirtillo.
EliminarSaludos.
Como siempre magistral, ilustrativa y muy bien documentada, a decir verdad los toros y yo no nos hemos llevado bien nunca, iba a decir respeto pero mas bien es pánico, en fin, ahora ya a mis años esto no va a cambiar, pero hace unos tres años y a fuerza de insistir acompañé a un amigo a visitar su ganadería a ver el toro de cerca, mucho mas cerca que nunca lo había visto a visitar su ambiente en el campo y a la vez su nobleza, fue una experiencia que recordaré siempre sinceramente, no tengo nada al contrario sobre la fiesta taurina, simplemente no me gusta en demasía.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias, José Antonio, y aunque no ha sido la primera vez, a mi también me impresiona el ver los toros tan cerca.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo.
Un reportaje muy completo, Manuel! y las fotografías preciosas, tanto las de antaño como las actuales que has hecho. No importa la herramienta que hayas usado. Lo importante es el contenido, lo que nos has querido enseñar y está perfecto!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo !!
Muy amable, amigo Gumer.
EliminarUn fuerte abrazo.
Interessante, histórico e cultural post.
ResponderEliminarEspectaculares fotos.
Um grande abraço
Gracias, María.
EliminarUn fuerte abrazo.
Un gran reportaje sobre la existencia y cría del toro de lidia.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias.
EliminarUn saludo, amigo.
Muchas gracias.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo Giannis.
Uma publicação extraordinária sobre o mundo das touradas! Eu não sou aficionada... mas a minha mãe, tinha verdadeira adoração sobre esta arte, acompanhando muitas Corridas, nos seus tempos de jovem, por cá no Campo Pequeno, em Lisboa... pelo que vou mostrar-lhe esta publicação... Ela adorava o matador de touros, Manuel dos Santos, que deve ter actuado bastante também em Espanha, na época... Infelizmente ele faleceu, num desastre de automóvel há muitos anos atrás... mais de quarenta, creio...
ResponderEliminarFormidável publicação, como sempre, Manuel! Um grande abraço! Tudo de bom!
Ana
Muchísimas gracias, amiga Ana.
EliminarUn fuerte abrazo.