Homenaje que rindió la ciudad de Sevilla, al Rey San Fernando. (I)

 

HOMENAJE QUE A SV SANTO REY CONQUISTADOR,

RINDIÓ LA CIVDAD DE SEVILLA,

EL DÍA XV DE AGOSTO DE MCMXXIV. 

I 

"El Rey Fernando III de Castilla y León"

El Santo Rey Fernando III de Castilla.

Cuadro de Bartolomé Esteban Murillo.

  Desde el primer día después de la Reconquista, Sevilla conoció la importancia de la portentosa obra realizada por el Santo Rey y cuanto le era deudora al haberla redimido de la esclavitud del agareno, devolviéndola a la fe del Crucificado.

  Conservó como preciosa reliquia su cuerpo venerando. Colocó su primitiva sepultura en la antigua Capilla Real, que, al decir de los historiadores, formaba toda la parte oriental de la mitad de la Iglesia, cercada de gruesas rejas; y en los cuatro lados del sepulcro, levantado del suelo como vara y media, aparecían los epitafios en latín, castellano, hebreo y árabe que le mandó poner su hijo Don Alfonso X.

Acordado por el Cabildo demoler el edificio por amenazar ruina, para levantarla de nuevo, el cuerpo del Conquistador de Sevilla fue trasladado al salón alto que es hoy Biblioteca Capitular y Colombina, y allí permaneció hasta el año 1539, en que fue trasladado a la antigua Capilla de los Conquistadores, hoy nave del Sagrario.

Acabada la obra de la Capilla Real en 1575, en 1579 se verificó con gran pompa su instalación en el lugar que hoy ocupa, después de haber estado, desde la conclusión de la obra hasta el día 15 de Junio, en un soberbio túmulo, imitación de mármol, de 115 pies de elevación, construido y colocado entre los dos coros por el célebre artífice Jerónimo Hernández.

Traslado del cuerpo de San Fernando a la Capilla Real.

Grabado del siglo XVIII, donde se puede leer: "La Función más Regia que ha havido en el Mundo, COLOCACIÓN DEL CUERPO DEL REY D. Fernando con asistencia de Nueve Personas Reales en Sevilla el día 14 de Mayo de 1729."

   De la grandiosidad de las fiestas que ambos Cabildos celebraron en las ocasiones dichas, y en la no menos memorable deparada por la concesión de S. S. Clemente X del nuevo culto al Conquistador, hablan por menudo nuestros famosos analistas Don Diego Ortiz de Zúñiga, Francisco de Sigüenza en pintoresca relación hasta principios del pasado siglo inédita, y Don Fernando de la Torre Farfán, Prebendado de esta Santa Iglesia.

El Excmo, Cabildo Catedral, a quien la representación de la Ciudad acompaña, llevaba en procesión solemne la victoriosa espada del Rey Santo en la festividad de San Clemente, instituida esta por D. Alfonso X, poco más de dos años después de la muerte de su padre, expidiendo desde Burgos un privilegio, cuyo tenor es el siguiente: "Por gran saber que he de facer bien a la Iglesia de Santa María de Sevilla, e de llevarla delante, e por honra del Rey Don Fernando mi padre, que yaze hi enterrado, e por su alma, e porque fagan fiestas el día de San Clemente, do e otorgo a la Eglesia de Santa María de Seviella todas las mis tiendas, que se tienen con la Eglesia."

El gobernador civil Sr. Muñoz Lorente llevando la espada del Rey San Fernando, en la procesión conmemorativa del 676 Aniversario de la Reconquista. Año 1924.

   Consta, que en 1260 Don Alfonso llevó en procesión la espada del Santo Rey, "que la tomó, según se acostumbraba entonces, de mano de una estatua de su padre, que sentada en un sillón y vestida de trocado, él mismo había hecho construir en un nicho de la antigua Capilla de los Reyes, la cual desapareció cuando se canonizó el Santo Rey y se pusieron sus reliquias a la pública veneración de los fieles por los años de 1671."

En sus primeras Armas Sevilla coloca un trono vacío, de oro, para sentar en él la imagen del Santo después de muerto, "porque en vida no consintió que venerasen su figura, por su gran humildad." Muerto el Conquistador lo sientan en aquel trono de oro "como ya lo estaba en la Gloria", puesto con corona, espada desnuda, mundo y castillos y leones; y posteriormente la Ciudad ostenta en sus Armas a San Fernando entre los Santos Leandro e Isidoro.

La imagen del Conquistador luce en el Pendón de la Ciudad, enseña gloriosa nunca abatida.

   La Santa Iglesia Catedral conserva como su joya más preciada el cuerpo incorrupto del Santo, y lo descubre cuatro veces en el año, para que la Ciudad lo venere: el día 14 de Mayo, aniversario del estreno de la sagrada urna de afiligranada plata que guarda las preciosas reliquias; el 30 del mismo mes, en que la Iglesia celebra la fiesta de San Fernando; el 22 de Agosto, día octavo de la festividad de la Santísima Virgen de los Reyes, y el 23 de Noviembre, día del Papa San Clemente Mártir, en que se verificó en 1248 la triunfante y solemne entrada de San Fernando en Sevilla.

   Las Artes y las Letras sevillanas le rinden pleitesía. Los soberanos pinceles de Murillo lo representan en el lienzo, dándonos peregrino trasunto de su figura, y los de Virgilio Mattonis pintan las postrimerías del Santo. Esculpe su imagen, que es llevada todos los años en la procesión del Santísimo Corpus Christi, Pedro Roldán. Lo cantan nuestros famosos poetas, Juan de la Cueva en La Conquista de la Bética, en La Hispalica, Luis Belmonte, y el gran lírico Fernando de Herrera en estrofas que tiene mucho de los acentos bíblicos y todas las gallardías de la opulenta lengua española.

La imagen del Rey San Fernando, obra de Pedro Roldán, durante la procesión del Corpus Christi, de Sevilla.

Rotula Sevilla una calle y una plaza con el nombre del Santo Rey; advoca del mismo precioso nombre el Asilo de Mendicidad,  la iglesia del Hospital de Venerables Sacerdotes, el primero de sus teatros y el lugar santo en que descansan al amparo de la Cruz los que mueren en el seno de la Santa Madre Iglesia.

Aún le quedaba por hacer a la ciudad: levantar un monumento en honor del Santo Rey que, según, las atinadas palabras del señor Alcalde Presidente del Excmo. Ayuntamiento, Don Agustín Vázquez Armero "la rescató del poder de los árabes, la devolvió a la Religión de Cristo y la preparó para que lograse las glorias inmarcesibles que hoy la señalan entre los pueblos de que se enorgullece nuestra amada Patria."

Fuente: Biliografía.

                                              Continuará ... 

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