Fotos antiguas de Álora, Cártama y Pizarra, (Málaga).

Álora (Málaga)

La villa de Álora más los caseríos Los Romerales, Pedreras, Los Espinosas, el Chorro y Santa María de las Vegas; las colonias agrícola Nuestra Señora de Flores y Bombichar; la casa de labor Álvarez y la barriada La Estación del Ferrocarril, sumaban un total de población de 10975 habitantes, según el censo oficial de 1910.

En la antigüedad esta villa debió tener los nombres de Iluro o Lauro, según resulta de algunas lápidas halladas y de varias citas de autores romanos, y tal vez por corrupción de aquellos se ha formado el actual nombre de Álora.

Dominándola los moros, fue atacada en 1184, por los cristianos, sin que el éxito coronase su empresa. En 1319 fue conquistada por las tropas castellanas, que no pudieron adueñarse del castillo, volviendo a perderla al poco tiempo. En 21 de Junio de 1484 fue finalmente rendida a don Fernando el Católico, quedando en defensa de la villa don Luis Fernández Portacarrero.

Durante la guerra de la Independencia fueron las tropas francesas batidas en dos ocasiones por las españolas en esta villa. Ocurrió la primera acción en 14 de Abril de 1812, mandando a los españoles don Francisco Ballesteros, que tomó al enemigo bagajes, dos cañones y algunos prisioneros. La segunda acción tuvo lugar el día 23 del mismo año, y en ella fue arrollada una columna francesa por las tropas que mandaba don Juan de la Cruz Mourgeon. 

Los principales productos agrícolas de este término eran aceite, cereales, naranjas, limones y almendras; cosechaba también las renombradas aceitunas manzanillas, que se exportan en grandes cantidades. Y se críaba ganado lanar, cabrío, vacuno, yeguar y de cerda, y abundaba en el monte, la caza menor.

En la próxima sierra de Aguas se hallaban los manantiales sulfurosos conocidos por "Fuente Hedionda".

La industria era casi nula; sólo había una fábrica de electricidad para el alumbrado.

Vista general. 1914.

Esta villa extiende su caserío a la falda de un escabroso monte, en la margen derecha del río Guadalhorce.

Vista parcial. 1914.

Sobre la cumbre de un cerro, que domina la población, se conservan los restos del castillo que la defendió, en los tiempos medievales.

Avenida de Romero Robledo. 1914.

Se ha dado el nombre del famoso tribuno a una de las vías más céntricas y desahogada de la villa.

Fachada de la iglesia parroquial. 1914.

Este templo fue construido en el siglo XVII, y está dedicado a Nuestra Señora de la Encarnación.

Interior de la iglesia. 1914.

Las tres naves de que se compone se hallan divididas por airosas arcadas de medio punto, sostenidas por macizas columnas cilíndricas.

El día 28 de Enero de 1910, el túnel nº 16, próximo a la estación de Álora, en el kilómetro 155 de la línea Córdoba a Málaga, se hundió. Un año y medio después  -que es la fecha a que corresponde la imagen-, y una vez revestida la bóveda de cemento armado, y el hueco que dejó el hundimiento en el monte, por la parte superior del túnel, que fue rellenado por once arcos de gran extensión para darle solidez, todo quedó preparado, para su apertura, en Junio de 1911.

Pizarra (Málaga)

La villa de Pizarra tenía una población de hecho, de 3485 habitantes, según el censo oficial de 1910. Contaba con estación de ferrocarriles, desde donde se estába construyendo una carretera hacia Alozaina. El clima es templado y sano, y el paisaje muy frondoso y ameno, con excelentes vistas panorámicas.

Cosechaban aceite, cereales, pasas, higos y naranjas; críaban ganado lanar, cabrío, vacuno, caballar y mular. La industria se reducía a la molinería de harinas y aceites, que tenía bastante importancia. El alumbrado era eléctrico.

Plaza de la Constitución. 1914.

Punto céntrico de la población, donde se halla la casa del Ayuntamiento.

Ermita de Fuensanta. 1914.

Se encuentra este antiguo santuario a un cuarto de legua de la población.

Vista general. 1914.

Se halla esta población en una frondosa y pintoresca vega de la margen izquierda del río Guadalhorce.

Vista parcial. 1914.

Aspecto pintoresco de una barriada de la villa.

Cártama (Málaga)

La importante villa de Cártama más las casas de labor La Cosaria, Cuenca, Las Chozas y Milicianos; y los caseríos Portugalete, Santa Amalia, Vega de Riarán y Venta de Cártama sumaban una población de 5631 habitantes, según el censo oficial de 1910.

Esta villa está situada a 20 kilómetros de Málaga, 15 de Álora y 2 de su estación de ferrocarril, en la línea de Bobadilla a Málaga. La población está tendida al pie de un cerro, llamado de la Virgen, a poca distancia del río Guadalhorce, que riega las extensas huertas del término. Tiene carretera hacia Málaga, Coín y Alhaurin el Grande, y goza de un clima saludable.

Los productos principales del término eran en esa época: vinos, aceite, pasas y cera. Para la elaboración de ésta última, había varias fábricas, que hacían regular exportación. Celebraba ferias, fiestas y mercados del 23 al 26 de Abril y del 23 al 25 de Septiembre.

Tenía una mina de óxido de hierro hidratado, llamada "La Concha".

Este pueblo, cuya fundación cierta no ha sido posible atestiguar -por cuanto unos la atribuyen a los godos y otros a los árabes-, es Cartamon, que parece una mancha blanca sobre una alfombra verde.

En tiempos antiguos, cuando la dominación de los califatos árabe, estaba en todo su apogeo, aquel pueblecito, pequeñín y mísero de las primeras décadas del siglo XX, tuvo importancia excepcional por su situación topográfica -punto de reunión de diferentes pueblos del contorno, como Coín, Álora, Pizarra y los Alhaurines-, y era conocido con el nombre de El Gran Cartamón.

Cartamón tiene en su plaza, una iglesia que se demoronaba en la época citada, y que en otros tiempos seguramente que los vecinos se refugiaban en el templo, cuando los moros fronterizos hacían sus terribles y cruentas incursiones.

Cuando la Reconquista de Andalucía, ya el Gran Cartamón cayó en el olvido, y hubo épocas en que el pueblo parecía deshabitado, como si las incursiones de los moros estuvieran a punto de llegar, y sus habitantes medrosos, se hubieses ocultado en la vieja iglesia.

¿Razones de esta decadencia? La Historia nos lo dice: que, vencidos los berberiscos, los escasos íberos que quedaron por Andalucía, después de la Reconquista no pudieron influir en la transformación de los supervivientes de la dominación islamista, que siempre predominaron sobre nuestros ascendientes, aquellos que iniciaron en Covadonga su gloriosa epopeya.

Perseguidos, diezmados, condenados a todos los suplicios de los vencidos, confiscados sus bienes, los indómitos y audaces berberiscos fueron perdiendo toda su fortaleza, y ante el éxodo por tierra agresivas e inhospitalarias, o la sumisión absoluta, con su cohorte de vejaciones y de aberrojamiento, optaron por la sumisión....

Por eso sufrían los cartameños con paciencia ilimitada los rigores del destino, por eso no se rebelaban contra las injusticias, dejando pasar los días, los meses, los años, y cuando no podían más... emigraban a lejanos países.

Y esto ocurrió durante varios siglos no solo en Cártama, sino en otros muchos pueblos de aquella Andalucía tan soñadora y tan poética.

Ermita de Nuestra Señora de los Remedios. 1914.

Magníficamente situada en las alturas del cerro a que da nombre, al pie del cual está tendida la villa.

Altar de la Ermita de los Remedios. 1914.

Este devoto santuario, construido en el siglo XVIII, se halla ricamente decorado al estilo que caracteriza aquella época.

Vista parcial. 1914.

Esta villa está edificada al pie de un cerro, a poca distancia del río Guadalhorce.

Puente sobre el río Guadalhorce. 1914.

Pertenece a la línea férrea que va de Málaga a Bobadilla.

Plaza de la Constitución. 1914.

Cierra uno de sus lados la iglesia parroquial, construida en el siglo XVI.

Calle de la Veracruz. 1914.

La sencillez de sus edificios está realzada por la blancura, que es signo del aseo peculiar de las poblaciones andaluzas.

Organizada por el Centro Técnico de Málaga, se celebró el 3 de Noviembre de 1912, una excursión escolar a la pintoresca villa de Cártama, cerca de cuyas ruinas disertó el ilustre poeta y delegado regio de Enseñanza, D. Narciso Diaz de Escovar.

El señor Diaz de Escovar, almorzando en los montes de Cártama, con las personas que le acompañaron en su excursión arqueológica.

Fuentes: Bibliografía y archivo particular.

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