Los Borbones.
(Familia real española)
Hoy, día 31 de Mayo de 2022, se estrena una serie documental, sobre "Los Borbones" producida por Atresplayer Premiun, y que está levantando debido a los últimos acontecimientos mucho interés público. Yo, me he decidido a publicar un trabajo que preparé hace ya algunos años sobre la "Dinastía de Los Borbones", y que tomé en su día de un especial de una revista original, de Blanco y Negro, de 1902, con la única pretensión de darles a conocer, como dio comienzo la dominación borbónica en España, y un poco de Historia de todos los reyes que hubo, hasta el Rey D. Alfonso XIII, porque del resto de monarcas, que ha habido hasta hoy en día, seguro que lo van a ver en esta serie de televisión.
Felipe V.
En el campo de Villaviciosa, regado por la sangre de los partidarios del archiduque de Austria, quedan sentados los cimientos de la dinastía borbónica.
La lucha había sido larga y cruenta. Según las alternativas de la guerra, iban ocupando a Madrid tropas de Austria o tropas del nietos de Luis XIV. Pero el golpe decisivo le dio éste personalmente con el duque de Vendome en Villaviciosa, demostrando algo que acabó de atraer las simpatías de los españoles: que no retrocedía ante el peligro y que era capaz de sostener su derecho con las armas en la mano.
Es muy interesante el parte redactado por el propio Felipe V con militar concisión, y dirigido a Luis XIV:
"Pusiéronse -dice- en movimiento nuestras dos líneas y a las tres y media empezó la caballería el ataque a la derecha. Después de arrollar la del enemigo se abalanzó a varios batallones de infantería, que destrozó, tomando de paso una batería. Al momento dio una carga nuestra infantería, la cual después de muchos ataques, alcanzó colocarse a retaguardia del enemigo. Pero la infantería de éste se batió con denuedo, y poco a poco logró que se retirasen nuestras tropas, excepto la guardia Valona, que se abrió paso a través de ambas líneas y la reserva, arrollando cuanto hallaba a su paso y causando una mortandad horrible. Como notase el duque de Vendome que se debilitaba nuestro centro y que no había dispersado nuestra caballería la del enemigo, dio orden de replegarse sobre Torija; pero al retirarnos con gran parte de nuestras tropas, vinieron a anunciarnos que el marqués de Valdecañas y el general Mahony habían atacado y arrollado la infantería enemiga. En vista de tan agradables noticias, volvimos a ocupar la eminencia de Brihuega y tomamos de nuevo posiciones". Así fue como Felipe V, en batalla tan reñida como del parte se deduce, instauró en España la dominación borbónica.
Batalla de Villaviciosa
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Luis I.
Un soneto que circuló mucho sin duda en aquella época, y que fue descubierto y publicado en su ameno libro: Luisa Isabel de Orleans y Luis I, el entonces joven y erudito escritor D. Alfonso Danvila, y que dice así:
Rey y Reina en el monte retirados;
Rey y Reina en la corte ya reinantes;
aquellos (como siempre) dominantes;
pero éstos (como siempre) dominados.
Los Grandes (inocentes) exaltados;
Los Grandes (que lo son) como eran antes.
Secretarios a pares, como guantes,
mal merecidos, pero bien calzados.
El Gabinete, de varones fríos;
el ministro de Francia (gran lagarto)
en Valsaín afecta sus desvíos.
De este...embarazo, ¿que monstruoso parto
podemos esperar, paisanos míos?
A quién me lo acertare, daré un cuarto.
En efecto, misterio casi indescifrable oculta las verdaderas causas de la renuncia y abdicación de Felipe V, cuando este monarca se hallaba en la fuerza de la edad y sin temor a contingencias políticas desagradables o peligrosas. El historiador de los Borbones D. Guillermo Coxe, el sabio profesor Sr. Sánchez Moguel y el mismo Sr. Danvila, tratan de explicarse las causas de tan extraño suceso, y no lo consiguen ciertamente.
Pronto de deshizo la confusión, Luis I, rey a los dieciséis años, recibido en Madrid con grandísimas muestras de regocijo y amado del pueblo, reinó solo siete meses y medio, muriendo de viruelas en Madrid, en las circunstancias que narra el interesante libro del Sr. Danvila, a cuya lectura remitimos al curioso.
Lastima fue, porque el joven monarca era simpático a todo el mundo, y el pueblo había visto o creído ver en él, como en todos los niños criados con madrastra, una víctima del infortunio.
No obstante, la Historia asegura que la segunda mujer de Felipe V, doña Isabel de Farnesio, procedió respecto de Luis I como una verdadera madre, y de las cartas de éste, curiosísimos documentos en que el rey habla de ella con sumo cariño, así se deduce también.
Entrada de Luis I, en Madríd.
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Fernando VI.
Con hechos marciales y hazañas bélicas se conmemora las vidas de otros monarcas; la de Fernando VI debe recordarse asociándola a un acto de paz y de progreso como las sesiones de las Academias, que en aquel tiempo de decadencia para el arte y de amaneramiento general fueron, a pesar de todos los defectos y vicios de origen de estas corporaciones, las que evitaron la total ruina o el absoluto rebajamiento de toda inspiración.
Pacífico y plácido como una sesión académica fue el reinado de Fernando VI, y acaso aquella apacibilidad y aquel sosiego pusieron en el carácter del bondadoso monarca un tinte de melancolía, que empezó suave y morosa y acabó en tal manera insoportable, que puso fin tempranamente a su vida.
Fernando VI fue un rey bueno, y con su humanidad y blandura de carácter acertó a suplir la falta de energía, prestándose a ser dirigido por hombres inteligentes y patriotas de veras.
A las simpatías y al amor que los españoles llegaron a sentir por Fernando VI, contribuyó no poco la reina doña Bárbara de Braganza, cuyas virtudes, cercana a la santidad, la hacían estimadísima de las clases populares, a pesar del retraimiento en que los Reyes vivían.
En el excelente libro que el Sr. Rodriguez Villa ha dedicado a estudiar la figura del marqués de la Ensenada, primer ministro de Fernando VI, no aparece como pudiera sospecharse, rebajada ni empequeñecida la figura del rey por la del ministro, con ser éste hombre de tanta valía, sino que se ve perfectamente que el Rey, como la Reina, tenían en España como en Europa una significación política clara y un propósito decisivo: el de mantener la paz a toda costa y evitar las alianzas, que tan malos resultados había producido.
Muy digna de estudio es esta conducta de Fernando VI; su horror de los pactos y compromisos, su constante deseo de neutralidad, su afán de procurar el desenvolvimiento feliz y próspero de los recursos de la nación, merced al fomento de las obras públicas y de la población rural, al acierto en la distribución de las riquezas de Indias y al aumento y propagación de la cultura.
Una reunión de la Academia de San Fernando.
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Carlos III.
A 19 de Julio de 1760, es decir, nueve meses después de haber entrado en España por el puerto de Barcelona, juró solemnemente el rey D. Carlos III, en la iglesia de San Jerónimo el Real de esta corte, guardar y hacer guardar y respetar la integridad del territorio y las leyes y costumbres del reino. A continuación juraron sucesivamente fidelidad los príncipes y princesas, prelados, Grandes de España, títulos de Castilla y procuradores de las ciudades, a Carlos III como rey de España y a Carlos Antonio, su hijo, como Príncipe de Asturias y heredero directo de la corona.
A los tres días de reunidas, se disolvieron aquellas Cortes extraordinarias que solo para la fórmula del juramento habían sido convocadas, y que pocos días antes dijeran al Rey: "Señor, el Reino está pronto a hacer no solo el juramento y pleito homenaje de fidelidad a V. M. y al príncipe nuestro señor, sino que está pronto igualmente a obedecer cuanto V. M. le proponga, para acreditar el amor y fidelidad con que desea el mayor obsequio de V. M."
No hubo por consiguiente en aquella ocasión discursos, frases floridas ni programa de gobierno: pero sin programa y sin discursos, obedeciendo la nación y mandando el rey, por medio de sus ministros, se realizó durante aquel reinado la mayor y más fecunda obra de gobierno, de pacificación de los espíritus y de fomento de la prosperidad nacional que registran los anales de la dinastía.
¿Y que hizo falta para conseguir tamaño progreso, no continuado posteriormente por malos de nuestros pecados?. No fue necesaria una inteligencia genial, ni una perspicacia política extraordinaria, que la Historia está muy lejos de conceder a Carlos III. El milagro lo operó únicamente la buena voluntad de aquel rey de inmortal memoria, a quien ya se tarda demasiado en alzar la estatua que por su altos hechos merece.
La primera condición del rey ha de ser la primera que exigía Cicerón a los oradores: ser bonus vir, un varón justo, y pocos, o acaso ningún monarca, ha merecido tanto como Carlos III este envidiable dictado. Esposo y padre amantísimo, amó a la patria como a su propia familia, con paternal afecto, y el reflejo de sus virtudes iluminó a España durante todo su reinado.
Jura y Proclamación de Carlos III.
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Carlos IV.
No ya en el relato de la Historia en la pompa y tiesura de los discursos oficiales de académico empaque hemos de buscar el retrato y verdadera imagen del Rey D. Carlos IV.
Donde hemos de buscarle, donde le encontraremos tal como era, y con la ventaja de que podremos verle con sus naturales colores, con su bonachona expresión, con su propio elegantísimo traje, es donde le han buscado el novelista y el dramaturgo y todo aficionado al arte; en los cuadros y en los tapices en que Goya reprodujo la vida entera de su tiempo, con una abundancia de alegría sanguínea por ningún otro pintor superada en su tiempo, ni en los posteriores.
Carlos IV, lo mismo que Felipe IV, viene a ser para nosotros alguien así como una persona de la familia, un señor a quien hemos conocido y tratado, cuya fisonomía estamos habituados a contemplar como la de nuestros amigos y contemporáneos.
Se debe esto a que Felipe IV, el rey poeta, tuvo la suerte de ser retratado muchas veces por el padre de la pintura D. Diego Velázquez de Silva, Carlos IV, el rey cazador, fue muy poco menos afortunado que aquél, puesto que muchas veces le retrató también el Hijo de Velázquez y de sus obras: el testarudo aragonés D. Francisco de Goya y Lucientes.
Va también la efigie de Carlos IV asociada, no solo a un recuerdo tan agradable como el de los tapices y lienzos de Goya, sino a otro agradabilísimo, y que en el día casi tiene valor arqueológico: el de las onzas de oro; y a tal punto es esto cierto, que nadie ignora como cuando una persona se parecía a Carlos IV, solía decirse que tenía cara de onza de oro.
Del bondadoso Monarca nadie tuvo nada que temer, sino los conejos, los corzos y los jabalíes, encerrados entre los setos del Pardo o en los rincones de la Zarzuela.
Gran cazador, como casi todos los reyes de su casa y familia, en el Pardo olvidaba los sinsabores del gobierno, cual también lo hizo su padre el egregio Carlos III, siguiendo la costumbre establecida por los reyes de la dinastía austriaca, y en particular por Felipe IV.
Era asimismo aficionado a la mecánica y a la carpintería, y hasta hace poco se conservaban en Aranjuez algunas obras de sus manos.
Cacería en el Pardo.
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Fernando VII.
La fecha más memorable en la historia de Fernando VII, es la de 31 de Diciembre de 1832.
Interesante como la más dramática novela es, la relación de la formidable lucha entablada en el Palacio Real desde Septiembre hasta Diciembre de aquel año entre el odioso partido carlista, en aquellos momentos nacido, y la reina doña María Cristina. En el recinto del palacio de San Ildefonso se desenvolvieron las más infames asechanzas y las intrigas más arteras para lograr que el rey, moribundo, llegase a abolir la Pragmática sanción, como lo hizo el 17 de Septiembre, declarando, por consiguiente, heredero de la corona a su hermano D. Carlos. Se creía éste ya rey, gozaban en su triunfo los apóstoles del sangriento oscurantismo, se ahogaban en aquella atmósfera los sentimientos de piedad y dulzura de la Reina; caía de nuevo la nación en las negruras y horrores del despotismo...
Por fortuna, Dios quiso que el moribundo Rey recobrase la vida y la razón, que se hiciese cargo rápidamente de los bienes que para él y para la nación representaban las ideas de su esposa y el restablecimiento de los derechos de sus hijas, y entonces, con la clarividencia propia de quien ha visto la muerte a su lado y la siente aún en torno suyo, volvió Fernando sobre su acuerdo, y el último día de aquel año memorable reunió en su cámara al Arzobispo de Toledo, ministros, consejeros de Estado, de Indias y de Castilla, Grandes de España y títulos del Reino, diputados de las provincias exentas y otros personajes, y ante todos ellos mandó leer una declaración solemne: la de que al derogar tres meses antes en San Ildefonso la Pragmática sanción, destruyendo las leyes fundamentales de la Monarquía, había obrado sin conciencia y movido "por la turbación y la congoja".
En esta declaración se encuentra la clave de toda la azarosa historia de España en el siglo XIX. Para realizar aquella milagrosa transformación en el ánimo de Fernando VII bastó una cosa que todo lo puede: el amor de una mujer buena y de unas criaturas inocentes.
Restablecimiento de la pragmática sanción.
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Isabel II.
Representa el reinado de doña Isabel II la transición de la España antigua a la moderna España.
El suceso culminante y más glorioso de este reinado, es sin duda la guerra de África. Acaso en ninguna otra ocasión llegaron a identificarse tanto como en aquella los sentimientos de la nación con los del Gobierno y con los jefes del Estado.
Los grandes poetas que en el romancero de la guerra de África hicieron retornar con nueva lozanía el viejo laurel de nuestra poesía heroico-popular, expresaron perfectamente el hermoso espectáculo que ofrecían tantos millones de corazones latiendo al unísono, como siguiendo el impulso y arranque generoso del corazón de la reina, que en tales momentos aparecía a la imaginación popular rodeada de todos los prestigios y hasta designada providencialmente con el bienhadado nombre de Isabel, símbolo de victoria en nuestra tierra.
La triunfal campaña de África empalma el ciclo de los arranques beliciosos personificados en el Cid del siglo XIX, esto es, en D. Juan Prim, con el ciclo de las diplomáticas prudencias y de la reserva y parsimonia, en Don Leopoldo O´donnell personificadas. Ya entonces España había pasado de la edad heróica a los tiempos históricos. Sus semidioses se convierten en hombres de proporciones medianas o vulgares.
La toma de Tetuán es en el poema de nuestra historia como la destrucción de Troya en la tradición griega. Allí, en la plaza conquistada a fuerza de valor, quedan los prestigiosos heroicos, el sobrehumano alarde, la fama inmortal de Aquiles y de sus valientes mirmidones, o sea de D. Juan Prim y sus esforzados catalanes.
A la patria vuelve, tras la brillante victoria sin provecho, el prudente y sagaz Ulises, el varón que conoció muchos hombres y recorrió muchas tierras, quiere decirse, D. Leopoldo O´donnell.
La trinchera marroquí por en medio de las cual se lanzan D. Juan Prim y los bravos nietos de los almogávares, entre el mortífero fuego de los salvajes enemigos, es la ventana a donde por última vez nos asomamos a ver de cerca el resplandor rojizo de la gloria.
Guerra de África. Batalla de Tetuán.
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Alfonso XII.
El Rey Pacificador, viene al trono en medio de las humaredas de la campaña, al frente de un ejército aguerrido; llega a Madrid vestido de militar y rodeado de generales con los rostros tostados por el sol de la campaña. Y sin embargo, viene a cumplir y cumple una misión pacificadora. Su nombre es una fianza de paz y de tranquilidad de los espíritus y de bonanza y prosperidad de los pueblos. Es un monarca moderno, de clara inteligencia de corazón sano y generoso. Ama a su pueblo con ese cariño entusiasta de los reyes jóvenes, que vale más que la paternal solicitud de los reyes viejos. Y de este amor suyo no dan testimonio las gacetillas cortesanas ni las alabanzas de los palaciegos; el Rey sabe manifestarlo prácticamente en cuantas ocasiones se presentan, en las inundaciones de Murcia, en los terremotos de Granada, en la terrible epidemia colérica de Aranjuez.
El primero de estos hechos presenta de cuerpo entero la noble figura de Alfonso XII. La inundación ha asolado la fértil y hermosa huerta murciana, y bajo las aguas furiosas han desaparecido Lorca, Alcantarilla, Orihuela; miles de campesinos infelices desnudos y hambrientos demandan pan y abrigo, y Europa entera se conmueve y en toda España se organizan los socorros, y pronto, llegan a Murcia víveres, mantas, recursos de todo género. Pero al Rey no le basta esto; Alfonso XII comprende el sentido de las palabras evangélicas "No solo de pan vive el hombre", y rechazando la pompa vana de los reyes guerreros, se presenta en los lugares del infortunio prodigando consuelos a los humildes, alegrando con palabras de cariño el decaído espíritu de los pobres desheredados, haciendo reverdecer las historias de aquellos reyes piadosos de la Edad Media que adoraban a los pobres y besaban a los gafos de los caminos.
Por este rasgo de caridad cristiana el elegido Rey es aclamado como bienhechor, gloria más grande y pura que la conseguida en las batallas.
El Rey socorriendo a los inundados de Murcia.
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Y como regalo por haber llegado hasta aquí:
La partitura de la Marcha Real.
Una anécdota recogida por el Sr. Soriano Fuertes en su Historia de la Música, e interpretada de diversas maneras por el ilustre escritor militar D. Antonio Vallecillo, en su Apología de Villamartín, refiere que un embajador de España en la corte del gran Federico II, de Prusia (ya fuese el conde de los Aranda, ya el general Alvarez de Sotomayor) recibió como regalo destinado a Carlos III por el monarca prusiano, una Marcha real, y nota, que Federico II estaba agradecidísismo a España porque en la monumental obra Reflexiones militares, del marqués de Santa Cruz de Marcenado, D. Alvaro de Navia Ossorio, había aprendido toda su ciencia militar, debiéndose por tanto, a nuestro ilustre general, tan desconocido en España, aquella revolución que en la táctica introdujo Federico de Prusia. Pero, la Marcha regalada por éste parece que debió de ser la Fusilera, que aún ejecutaban el pífano y la caja de Alabarderos, en homenaje a la tradición.
La Marcha Real o Granadera, tal como hoy se ejecuta, salva algunas variantes introducidas en ella al verificarse la boda de doña Isabel II, en 1846, se publicó por primera vez en el libro Toques de guerra que deberán observar uniformemente los pífanos, clarinetes y tambores de la Infantería de S. M., concertados por D. Manuel de Espinosa de los Monteros, músico de la Capilla Real, año de 1769. Y lo más creíble es que el maestro Espinosa instrumentó o concertó a la prusiana la marcha que D. Felipe V trajo de Francia.
Fuentes: Bibliografía y archivo particular.
Uma bela historia da família real de seu país, como é bom essa aula de sabedoria sobre a vida como foi um dia!
ResponderEliminarMeu amigo, Manuel.
Desejos de boa semana.
um abraço.
Muchas gracias, Fátima, y perdona pero es que este comentario tuyo lo acabo de encontrar en spam.
EliminarUn abrazo.
Thank you for continuing to educate me.
ResponderEliminarMuchas gracias, amiga.
EliminarUn abrazo.
Veo que este post me tendré que leerlo con más detenimiento.
ResponderEliminarUna familia con más vergüenzas que méritos por mostrar.
Un abrazo Manuel.
Gracias, Alfred.
EliminarUn abrazo.
Un post maravilloso como todos los que haces, amigo Manuel.
ResponderEliminarNos sirve para abrir boca ante la serie y dar un buen respaso a la dinastia.
Mil gracias por compartirlo.
Besitos
Muchas gracias, Isabel.
EliminarUn beso.
Um excelente artigo sobre a família real os Bourbons.
ResponderEliminarGostei de conhecer.
Um abraço e boa semana.
Andarilhar
Dedais de Francisco e Idalisa
O prazer dos livros
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo, Francisco.
Un documento para guardar, Manuel. No cejes nunca en este admirable empeño tuyo en difundir historia, la nuestra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, amigo Enrique.
EliminarUn abrazo.
Magnífica lección de Historia, me ha gustado mucho.Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarUn saludo, Charo.
buena clase magistral de historia, esto es un avance, para que se conozca al completo la historia de los Borbones. La nueva serie se dedicará a estos últimos años, en donde se inició la democracia. La cadena va a tener recor de audiencia, con los acontecimientos de nuestra historia reciente.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias, amiga Antonia.
EliminarUn beso.
Perfeita aula didática que muito gostei de ler. Acredito que esse documentário seja fascinante de ver, ler e ouvir
ResponderEliminar.
Saudações cordiais… semana feliz
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.
Muchas gracias, Ricardo.
EliminarUn abrazo.
Nos gusten más o menos la historia de los Borbones es la propia historia de España. Nada es para siempre y según los acontecimientos desarrollados en los últimos años puede que los Borbones tengan que pasar un tiempo en el banquillo. Excelente documentación la que nos presentas y que sería ejemplar para estudiar en las escuelas.
ResponderEliminarUn gran abrazo, Manuel.
Muchas gracias, amigo Miguel.
EliminarUn fuerte abrazo.
That's a great lesson in Spanish history! It starts with the bloody battle of Villaviciosa, which actually laid the foundation to the Bourbon dynasty (Philip v, Louis i, Ferdinand vi, Ferdinand vii,Charles iii, Charles iv, Elizabeth ii, Alfonso xii ).
ResponderEliminarI'm sure the documentary on the Bourbon family will have a high rating due to the great interest of the spanish people in the history of their beautiful country.
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo, Duta.
Muy completa crónica sobre la intrusión de los Borbones en España, y la notificación de otros reyes en el gobierno de España. Cuando subió Fernando VII, comenzó el agite revolucionario en las colonias americanas. Agunos historiadores, respecto al caso, se le atribuye a Fernando VII la debacle emancipadora en América, cuando Luis Suarez asume : "Y es que, cuando Fernando VII vuelve después de la guerra contra los franceses, en vez de pensar que había que reformar la Constitución de Cádiz, la deroga completa, y así pasó lo que pasó en el siglo XIX aquí y en América.."
ResponderEliminarUn abrazo. Carlos
Gracias, amigo Carlos.
EliminarUn abrazo.
Qué placer desasnarme así, amigo, cultor de tu gran historia, preservas de esta manera su futuro y su memoria...
ResponderEliminarAbrazo hasta vos. De corazón. (Cuando digo tu gran historia creo que también es un poco mía: provengo de mi abuelito José de San Isidro Bergondo, La Coruña, que ojalá pudiera leerte y yo disfrutarlo también.)
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo, Carlos.
Belíssima postagem que nos presenteia, amigo Manuel.
ResponderEliminarDesejo um feliz mês de Junho, com muita paz.
Um abraço.
Muchas gracias, Fátima.
EliminarUn abrazo.
Manuel this is a very interesting history lesson. Thank you! History is fascinating, I love to read history books, watch movies and talk about history.
ResponderEliminarManuel, I send you greetings!
Muchas gracias, amiga Ana.
EliminarUn abrazo.
Ha salido como anónimo, pero soy yo el que te agradece tu comentario.
EliminarOtro abrazo, Anna.
Gracias mi amigo, muy interesante tu historia de los Borbones. Creo que fuiste muy generoso con Fernando VII olvidando la traición que le hiciera a su padre y a la Constitución de Cadiz
ResponderEliminarAbrazos
Isaac
Muchas gracias, Ricardo.
EliminarUn abrazo.
Estupenda documentación Manuel. Me ha encantado leerla y ojalá se me quedara en la memoria toda la historia de los borbones y demás historia de nuestro país, esa que tantos quisieran borrar del mapa solo porque no casa con sus ideas.
ResponderEliminarYo no veré la serie al ponerla en una plataforma, así que me ha encantado darle un repaso a esta familia que pasó por aquí, pues lo que estudié en su tiempo ya se ha difuminado.
Un abrazo Manuel.
Muchas gracias, Elda.
EliminarUn abrazo.
Menuda pedazo de entrada Manuel. Así da gusto!!!. Mil gracias por la información y un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Lobezna.
EliminarOtro abrazo para ti.
Buen repaso a la historia de España de los últimos siglos desde que llegaron los Borbones.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias.
EliminarUn saludo, Tomás.
Gracias por darme a conocer algo de la historia de tu pais. Te mando un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarUn beso, Judit.
Buen repaso a la dinastía que nos ha traído hasta aquí.
ResponderEliminarRevisándola, da qué pensar en lo mucho y bueno que se habría podido conseguir, si algunos de sus integrantes hubieran durado más, y otros, menos. Igual que algún Primer Ministro.
Y todo al son de la Marcha Real, notable composición, Manuel.
Un saludo para ti y para tu bellísima ciudad
Muchas gracias, Ana.
EliminarSaludos.
Hola, Manuel.
ResponderEliminarInteresante esta entrada, pero yo no vi los Borbones en la tele ya que no veo, pero me gusta leerlo. Un día leí un libro en Braille que hablaba de la monarquía Española y me has hecho recordarlo.
Te dejo un abrazo.
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo, estimada amiga.
Siempre interesante y estupendo reportaje. Me ha encantado saber más de los Borbones. Gracias y besos Manuel.
ResponderEliminarGracias, Teresa.
EliminarBesos.
Manuel que extraordinaria documentación nos dejas. No falta nada en ella. Desde ese soneto que no tiene desperdicio, me parece genial, y hasta la partitura de La marcha Real.
ResponderEliminarMuy interesante la historia de los Borbones, con sus mas y sus menos, como sucedió, sucede y sucederá con quienes ostentan poder político.
He repasado la historia de tu mano hoy.
¡Gracias por tu buen hacer amigo!
Abrazos van
Gracias, amiga Lucía.
EliminarUn fuerte abrazo.
He visto el primer capítulo de la serie.
ResponderEliminarEs muy interesante conocer la historia de España. La documentación que tu aportas y tus explicaciones tan brillantes son algo de mucho valor.
Te he leído con mucho agrado y te felicito de verdad.
Estupenda crónica.
Un abrazo fuerte.
Muchas gracias, Amalia, por tus siempre amables comentarios.
EliminarUn abrazo.
Vi el primer capítulo de los Borbones y veré todo lo que vayan dando pues me interesa, con tu entrada adquiero aún más conocimiento, ya que es muy completa. Gracias Manuel.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Muchas gracias, Conchi.
EliminarUn fuerte abrazo.
Me encanta la historia, gracias por compartiral
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Eugenia.
EliminarUn abrazo.
Mnuel, no solo he llegado hasta el final, sino que ha sido extraordinario este recorrido por la historia de nuestros reyes, me he sentido agradecida por este labioroso trabajo que nos regalas y por el que te doy las gracias
ResponderEliminarRs maravilloso
Un abrazo
Las gracias siempre a ti, amiga Carmen.
EliminarUn fuerte abrazo.
Qua, in Italia, la serie sui Borboni ,non è arrivata, non so neanche se la trasmetteranno, in futuro. Comunque ho letto con interesse la storia della monarchia spagnola, che poi i Borboni sono stati anche in Italia. Hai fatto una bellissima e completa ricerca. Grazie per i tuoi auguri e un caro saluto.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarUn abrazo, amiga Mirtillo.
Uma aula de história muito apreciável!
ResponderEliminarImportante partilha, que agradeço.
Uma ótima semana, amigo Manoel.
Grande abraço.
Muchas gracias, Pedro.
EliminarUn abrazo.
Extraordinario y documentado como siempre amigo Manuel, me encanta todo lo que es historia, seguro este trabajo tuyo tiene unas horas echadas y mucho estudio y documentación.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Un fuerte abrazo
Muchas gracias, José Antonio.
EliminarUn abrazo.
Sin duda el mejor de todos ellos fue Carlos III, aquel rey ilustrado que apostó por la modernización de su monarquía a través de la mejora de los caminos, el impulso de las artes y de las ciencias.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias, Carmen.
EliminarUn saludo.
Hola Manuel, nos dejas esta entrada también documentada y de la que recordamos datos que con el tiempo habíamos olvidado, gracias a ti lo volvemos a tener en la memoria, magnifica aportación que haces.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Piruja.
EliminarUn beso.
Olá, Manuel
ResponderEliminarEsta tua postagem é excelente. Adorei!
Eu sou apaixonada por História, desde os meus tempos de estudante.
Nessa altura, ao estudarmos a História Universal, estudávamos também um pouco da História de Espanha, mas não com os pormenores que aqui descreves.
Está tudo muitíssimo bem explicado.
Obrigada, amigo Manuel.
Continuação de boa semana.
Beijinhos
MARIAZITA / A CASA DA MARIQUINHAS
Gracias, Mariazita.
EliminarBesos.
escelente trabajo Manuel sobre los Borbones , relato historico acompañado de fotografias dando mas valor a tan formidable documentción de nuestra España siempre en evolución... , mi enhorabuena Manuel , un fuerte abrazo mi querido amigo feliz fin de semana . jr.
ResponderEliminarGracias, José Ramón.
EliminarUn abrazo.
Más completo y claro imposible y de remate la Marcha Real. Esto no tiene precio.
ResponderEliminarFelicidades, Manuel. Eres la pera.
Un fuerte abrazo y buen finde :)
Muchas gracias.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo.
Una gran crónica de la historia , bueno ,no tenía idea de tantos reyes que hubo en España, muy interesante ,con sus momentos de gloria y no tantos.
ResponderEliminarNo sabía que había existido un rey tan jovencito.
Buena semana.
Muchas gracias, Meulen.
EliminarAbrazos.
Uma publicação notável, sobre a história da família real espanhola, e que tanto me deu a conhecer!
ResponderEliminarComo sempre um post de excelência, Manuel! Parabéns! Um grande abraço!
Ana
Muchas gracias, amiga Ana.
EliminarUn fuerte abrazo.