El "Joyero" de la Virgen de los Reyes, de Sevilla.
Tantos años de devoción y culto a la Virgen de los Reyes han acrisolado un magnífico tesoro de ofrendas, que hoy día constituye uno de los más valiosos arsenales de joyas y bordados de cuantos poseen, las imágenes sevillanas de Nuestra Señora.
Corona de la Virgen.
Corona del Niño Jesús.
Ambas coronas fueron construidas en 1904 por el diamantista sevillano Sr. Vives, con motivo de haber concedido licencia para la coronación canónica de la Virgen, el Santo Padre León XIII, a instancias del virtuoso e inolvidable Cardenal hispalense, D. Marcelo Spínola.
El joyero de la Virgen.
Vitrina que centellea fulgores del purísimo metal o reflejos de ricas piedras. Colección que en honor de una Imagen han atesorado los siglos.
Destacan en esta vitrina la Corona del Niño, de oro y esmaltes de Limoges, del siglo XVII; el pectoral de oro y esmaltes, todo adornado de esmeraldas y con una efigie de la Virgen en el centro, de la misma época; y el gran aderezo, compuesto de nueve piezas de corales y perlas, montadas sobre oro, que donó la Infanta Doña maría Luisa Fernanda, viuda de Montpensier. Treinta y cinco sortijas todas de oro y platino con ricas piedras preciosas, entre ellas topacios, esmeraldas y aguasmarinas. Una de ellas, la más interesante, perteneció al Santo Rey, Fernando III y sobre la parte central de su áurea superficie ostenta un esmalte donde figura una calavera con dos tibias cruzadas.
En esta inagotable vitrina aún cabe mencionar otras primorosas alhajas como: corona, alfiler, imperdible, bastón, etc.
La magnífica colección de objetos de metales preciosos que posee la Patrona de Sevilla.
En primer término el juego de ocho bandejas repujadas en su centro con castillos y leones, correspondientes al siglo XVII; hermoso cáliz de oro con brillantes y esmeraldas, siglo XVIII; dos incensarios, siglo XVII; seis juegos de vinajeras, del mismo siglo; dos portapaces de plata, etc. Y dejamos para el final dos singulares piezas, en primer lugar una patena de plata dorada, en la que luce la siguiente inscripción: "En la primera Misa que se celebró en México en 1519, en presencia de Hernán Cortés, uso esta patena el R. P. fray Bartolomé de Olmedo, Religioso Mercedario, insigne auxiliar del Conquistador". Y el segundo, un medallón de plata dorada, que ostenta en el anverso la imagen de la Santísima Virgen y en el reverso la de San Juan Bautista y que según la tradición fue llevado continuamente sobre el pecho por el Conquistador de Nueva España. Ambos objetos fueron donados al tesoro de la Real Capilla por el Infante Don Alfonso de Borbón.
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Bordados y Vestiduras.
La pujante artesanía hispalense que, en los recoletos claustros o en los soleados patios de las barriadas teje día a día sutilísimas prendas de saya y mantos bordados de oro para la cada vez más brillante y rica Semana Mayor, no podía estar ausente en el caudal artístico de la Patrona de Sevilla. Para ella han sido las más valiosas vestiduras que las manos de estos ángeles han elaborado pacientemente en el transcurso de los últimos decenios. Una colección riquísima que forma así el real equipo con que la Señora se viste para recibir desde su camarín el culto de sus devotos, o se engalana para los grandes días procesionales.
Detalle del mantón blanco y oro de castillos y leones.
Una de las más valiosas sayas.
Mantón y saya, obras maestras del siglo XIX que fueron donadas a la Virgen por la Majestad de Isabel II, quien no satisfecha con tal obsequio añadió otros semejantes de no menor y regia magnificencia. Los dos que veremos a continuación.
El manto grana y oro.
El manto verde y oro.
Detalle del manto grana.
Detalle del manto verde.
Una de las magníficas tocas.
Chapines de la Virgen.
Preciosos chapines de tisú, bordados en oro que ostenta el real escudo de España y que simula en el cierre del empeine una vistosa flor de lis.
Manto de color salmón bordado en colores.
Bordado con primor por la Hermanitas de la Cruz y que donó la Duquesa de Osuna, con motivo de la magna procesión de 1929 organizada por el Cardenal Ilundai.
Otra espléndida toca de la Virgen.
Ejemplar de fino encaje de Flandes siglo XVIII, que perteneció a la señora Condesa de París, doña Isabel de Orleans.
Fuente: Bibliografía.
Algunos detalles, en la actualidad.
Si haces clic sobre las imágenes, las puedes ver ampliadas.
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De museo. Impactante y bellísimas fotos. Un trabajo de Cum Laude, Manuel. Eres mla repera.
ResponderEliminarBesotes.
Muchas gracias, Mari.
EliminarBesos.
¡¡Hola Manuel!!
ResponderEliminarYa regresé de mis vacaciones y paso a recrearme con este magnifico post con que nos obsequias.
El ajuar de la Virgen es impresionante y como bien sabes parte de él se puede admirar en las vitrinas del tesoro Catedral. El conjunto de corales y el de turquesas son espectaculares.
Nos vamos leyendo.
Muchos besos.
Gracias, Isabel.
EliminarBesos.
Estos objetos y reliquias religiosas, deben tener un valor incalculable. Y desde luego para los feligreses y creyentes el valor sentimental todavía es mayor.
ResponderEliminarAbrazo Manuel
Gracias, Rafa.
EliminarUn abrazo.
Ottimo post Manuel e belle le foto delle reliquie. Forse se fossero state a colori avrebbero reso meglio lo splendore delle pietre incastonate, ma non si può avere tutto nelle vita e quindi lasciamo navigare la nostra immaginazione. Buon fine settimana.
ResponderEliminarGracias, amigo Elio.
EliminarUn abrazo.
Hola Manuel.
ResponderEliminarAdmiro el arte en toda la gama de expresiones. Pero siempre me llama la atención cómo en aquellos tiempos hacían tanto con tan poco.
Cierto que hay detrás auténtico artistas y artesanos que nos han dejado verdaderas maravillas.
Espero que todo te vaya bien.
Un abrazo.
Muchas gracias, Ángela, por todo.
EliminarUn fuerte abrazo.
Admiro siempre todas estas joyas su trabajo y riqueza qeu engendran.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Mari.
EliminarUn abrazo.
Maravilloso reportaje Manuel, me encanta. Besos y feliz septiembre.
ResponderEliminarMuchas gracias, Teresa.
EliminarBesos.
Ogni nuovo mese è un regalo da scartare... non sappiamo cosa ci sara dentro... può sorprenderci o deluderci... ma non smettiamo mai di viverlo con il sorriso e un pizzico di ottimismi. Buongiorno e buon mese di settembre.
ResponderEliminarGracias, estimado amigo.
EliminarUn abrazo.
Hola Manuel, es un gusto de nuevo volver a reencontrarme con tu blog y con tu estupendo trabajo en pos de la cultura andaluza que ya es universal llenando de orgullo a toda España. Las coronas que nos tres hoy a colación, son bellísimas y de un valor incalculable. Por otra parte, los mantos son de una belleza enorme y personalmente me recuerdan a algo que me encanta de la tauromaquia. Y son tanto los trajes de luces, como entroncando con el tema de hoy, los preciosos capotes de paseo que muchas veces van con imágenes de la virgen en los toreros. Un abrazo y gracias por una entrada tan bella.
ResponderEliminarGracias amigo Miguel, por tus siempre generosos y amables comentarios.
EliminarUn abrazo.
Menudo trabajo!
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Alfred.
EliminarUn abrazo.
Boa tarde, maravilhosas fotos antigas a recordar a historia.
ResponderEliminarFeliz fim de semana,
AG
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Las devociones a un santo o virgen suelen ser "pagadas" por los devotos de manera especial y si como pude ver son de la alcurnia que son algunos de los de esta virgen no me extraña ese joyero.
ResponderEliminarOtro de tus grandes trabajos.
Saludos.
Gracias, Tomás.
EliminarSaludos.
Impacta tanto esplendor
ResponderEliminarGracias por compartir imagenes y textos que nos llevan a lugares tal vez nunca de poderse visitar
Nuevamente gracias
Cariños
Las gracias siempre a ti, querida amiga.
EliminarCariños.
¡Vaya joyero, Manuel!
ResponderEliminarAbrazo austral.
Gracias, Esteban.
EliminarUn abrazo.
These are beautiful works of art.
ResponderEliminarBest regards, Irma
Muchas gracias, Irma.
EliminarUn cordial saludo.
Gran belleza y un valor inmenso.
ResponderEliminarUna maravilla.
UN fuerte abrazo.
Gracias, Amalia.
EliminarUn fuerte abrazo.
Además tengo entendido que personas devotas donan sus joyas a la Virgen.
ResponderEliminarBesos
Gracias, Amalia.
EliminarBesos.
Perdón, he querido decir, Antonia.
EliminarImpresionantes joyas y vestidos que tiene la virgen.
ResponderEliminarSaludos Manuel
Gracias, Conxita.
EliminarUn abrazo.
Impresionante todo lo que tiene.. Muy bello. Saludos Manuel.
ResponderEliminarGracias, Verónica.
EliminarSaludos.
Impresionante joyero el de la Virgen de los Reyes. Me ha encantado como siempre, Manuel esta magnífica crónica. Por mis largos años en Sevilla, le tengo mucha devoción.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Gracias, amiga.
EliminarUn beso.
joyas maravillosas mi querido Manuel que tu bien dibujas con tu arte literario.
ResponderEliminarGracias por compartir este , tan maravilloso joyero de la Virgen.
Muchas gracias, Ricardo.
EliminarUn abrazo.
Todo eso es puro arte
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias, amigo Juan.
EliminarUn saludo.
Y espero que muchas o casi todas esas maravillas se conserven para dicha de los feligreses y de los visitantes de la catedral, aunque me temo que algunas serían empeñadas o vendidas durante la guerra, o quizá robadas, o quizá perdidas. Sería el pan nuestro de la geografía española.
ResponderEliminarUn saludo
Se conserva tal y como lo has visto. Gracias, Carmen.
EliminarSaludos.
El arte suntuario religioso suele ser así de magnificente.
ResponderEliminarUn saludo, Manuel.
Gracias, amigo.
EliminarSaludos.
ResponderEliminar¡Caramba, todo un lujo! Es más que una joya, es Arte por las cuatro esquinas, viva Sebilla y sus habitantes. ¡Me ha encantado! Felicidades.
Un saludo muy cordial.
Muchas gracias, Marina.
EliminarSaludos.
Una Virgen rica en cuanto a los afectos y admiración que se la profesa, y un joyero de primera presentado al estilo y manera de nuestro gran amigo Manuel.
ResponderEliminarSalu2.
Muchas gracias, amigo.
EliminarSaludos.
Madre mía, Manuel, qué apabullante es el ajuar de la Virgen de los Reyes. Mira que va a ser verdad que los sevillanos sois unos exagerados.
ResponderEliminarAy, Manuel, puedo admirar y fascinarme ante el Arte de muchas de estas piezas, pero no comprendo que hace una imagen, una estátua, con esa acumulación de joyas que deben tener un valor incalculable.
Sí, lo reconozco, soy de esas personas simples que cree que mejor hacer réplicas y utilizar el dinero en bien de los que más lo precisen.
Claro que debe ser porque ni soy creyente ni me gustan las joyas ni soy sevillana.
Otra cosa es que me haya encantado seguir la historia de este joyero bien ilustrada y mejor contada.
Un placer, Manuel. Besos,
Muchísimas gracias, estimada amiga.
EliminarBesos.
Realmente unas joyas de incalculable valor. Manuel besos, ojalá no me hayas olvidado, he vuelto :*
ResponderEliminarEso jamás, querida amiga.
EliminarUn beso.
El más preciado tesoro, la memoria que rescatas. Me encantan los minerales: en bruto, cabujones y tallados. Un fuerte abrazo, Manuel.
ResponderEliminarGracias, María José.
EliminarAbrazos.
Para nuestra Madre, siempre lo mejor. Y vaya si lo habéis conseguido los sevillanos. Un cordial saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias, amiga.
EliminarUn abrazo.
Piezas de gran belleza y calidad...a mí me gustan especialmente las tocas.
ResponderEliminarBESOS
Gracias, María José.
EliminarUn beso.