Caserío de Isla Mínima, del marqués de Olaso.
La Puebla del Río, (Sevilla)
La Puebla del Río, (Sevilla)
En las tierras y marismas del bajo Guadalquivir que, separadas desde 1870 de Isla Menor con la Corta de los Jerónimos, formaron "Isla Mínima", con una superficie de 2300 ha. Su propietario, el marqués de Olaso, en 1910 solicitó al Ministerio de Fomento la concesión de agua para poner en regadío parte de la enorme superficie de la finca, pensando dejar el resto para ganadería. En 1911 se aprobó su proyecto, que consistía en una toma de agua desde el comienzo de la corta de los Jerónimos, un canal principal y nueve canales secundarios con las correspondientes ramificaciones. Una vez construida la referida infraestructura, el marqués encargó la realización de una magnífica propiedad agrícola y ganadera al arquitecto D. Vicente Traver, que en plena eclosión regionalista levantó, concluyéndolo en 1927, y que es, el que veremos a continuación.
Plano general del caserío de Isla Mínima, antigua propiedad del Marqués de Olaso.
Silo y cuadras en Isla Mínima.
Ángulo del patio.
La base es un gran patio, con un lado abierto frente al río Guadalquivir, y en sus tres costados se hallan viviendas y maquinarias, cuadras, boxes y la casa-habitación, con capilla y jardines.
Conjunto.
Frente de la casa.
Tiene una torre, de la gañanía, destinada a palomar y un silo para forraje de cinco metros de diámetros y nueve de altura, construido de tabique con doble zunchado; tiene boxes acusando un pórtico cerrado, y amplias puertas al campo en sus extremos, para la entrada del ganado al abrevadero y fuente central.
A la derecha del caserío se encuentra el Poblado de Isla Mínima, que se construyó para los trabajadores del cortijo.
Retablo de la Virgen del Rocío.
Este retablo de la Patrona de las Marismas, preside la fachada de este patio.
La fuente y vista al río desde el zaguán.
Desde el hall o gran zaguán, que es también biblioteca, con columnas y arcos íntimamente ligados, a toda la arquitectura sevillana, solería de ladrillo y azulejos, puertas talladas y grandes vigas de madera en el techo, se ven pasar a través del reverbero del sol que luce en estos campos, como navegando sobre tierra, y a pocos metros de la casa, los barcos que dan vida al gran puerto sevillano del Guadalquivir.
Pérgola y parte del jardín.
Portada y tapia del mismo.
El jardín con pérgolas, estanque, muro y portada al fondo, lo preside una fuente de mármol rojo, sobre la que campa airosamente un amorcillo en bronce, del Verrochio.
Comedor.
Zaguán.
Y para terminar, contarles que D. José Escobar, en 1940 compro la parte sur de Isla Mínima, unas 1000 ha. de la finca, en las que levantó el Poblado Escobar, y cuatro años después, trajo a Isla Mínima la ganadería de Graciliano Pérez Tavernero, y una ganadería de caballos cartujanos, para lo que tuvo que hacer varias reformas y adaptarlo a estas nuevas funciones ganaderas.
Fuentes: Bibliografía y archivo particular.
En esta zona se rodó la película "Isla Mínima" dirigida por Alberto Rodriguez. Un lugar para perderse, en el más amplio sentido de la palabra; centenares de caminos entre arrozales sin señalizar, donde perderse es lo común, y lo mejor que le puede pasar a un viajero. El río es un gran desconocido en la provincia de Sevilla, por lo que es muy recomendable un paseo en barca hasta el embarcadero de Isla Mayor, para poder ver las dos márgenes del río, Isla Mayor e Isla Menor.
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Debe ser un lugar precioso para visitar, por los muchos detalles que nos has dado...Andalucía tiene mucha riqueza digna de ser contemplada.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias, Antonia.
EliminarUn beso.
¡Ay que bonito de ver tiene que ser esta Isla Mínima!, me encantaría conocerla después de leer todos tus apuntes sobre ella.
ResponderEliminarMe encanta esta frase en la que me he fijado en esta estupenda información: "reverbero del sol que luce en estos campos, como navegando sobre tierra".
Sería genial dar un paseo en barca según tu recomendación.
La película no la he visto, pero cuando la vea estaré atenta a todos los exteriores.
Un placer recorrer de tu mano este lugar.
Un abrazo Manuel.
Gracias, Elda.
EliminarUn abrazo.
Hola soy de este pueblo y te puedo decir que es un entorno espectacular y unas vistas increible
EliminarTengo familia en Puebla del Río y en Isla Mayor así que he frecuentado está zona. Es un lugar entre idílico y deprimente...no se explicarlo pero mí siempre me ha transmitido esa sensación.
ResponderEliminarUn post genial, como siempre Manuel.
Besitos
Gracias, Isabel.
EliminarUn beso.
Un placer de nuevo, por las cosas tan bonitas que nos cuentas sobre tu querida tierra.
ResponderEliminarAbrazo Manuel.
Gracias, Rafa.
EliminarUn abrazo.
Maravillosas fotografías, me encantan como siempre. Besitos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Teresa.
EliminarUn beso.
Un nuevo reportaje de los tuyos en el que nos muestras un lugar de Andalucía que posee un buen numero de lugares que visitar.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias, Tomás.
EliminarSaludos.
Interesante Caserío el cual debe de ser precioso poder visitar.
ResponderEliminarUn feliz domingo.
Gracias, Mari.
EliminarUn beso.
Magnífica reseña histórica y arquitectónica.
ResponderEliminarSiempre te luces ,mi querido Manuel.
Un abrazo.
Gracias, amigo Ricardo.
EliminarUn fuerte abrazo.
Soy una de tantas que descubrió dicho paraje por la película, parece mentira un lugar tan cercano como desconocido.
ResponderEliminarEso era antes de leer tú post, ahora se ha despertado más el interés por visitarlo.
Gracias Manuel!!.... BESOS
Gracias, María José.
EliminarUn beso.
No tuve ocasión de ver la película. Toda esa zona de las marismas del Guadalquivir siempre me han parecido impresionantes, los arrozales, las aves, los atardeceres son únicos.
ResponderEliminarUn abrazo Manuel
Gracias, Ambar.
EliminarUn abrazo.
Recuerdo perfectamente los planos de las llanuras y marismas de la película homónima. Una delicia para perder la vista en el horizonte.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias, Carmen.
EliminarSaludos.
Hola Manuel, edificante y especial entrada a este espacio cultural e histórico que has conseguido forjar.
ResponderEliminarY además, con cine. Recuerdo perfectamente la ambientación, fotografía y tomas aéreas de la película La isla mínima y eran sobrecogedoras por su belleza y singularidad. Aparte buena película.
Abrazos y buena semana.
Gracias, Miguel.
EliminarUn abrazo, y buen fin de semana.
No la conozco, es un bonito lugar, por lo que veo.
ResponderEliminarSería interesante visitarlo.
Gracias, Manuel por tu espléndida reseña.
Un beso.
Gracias, Mari.
EliminarUn beso.
Aunque lejana, me agrada leerte y conocer a traves de tus lineas tantas cosas de ese hermoso pais
ResponderEliminarTu diccion es amena y viajo a traves de ella
Cariños y buena semana
Muchas gracias, Abu.
EliminarUn abrazo.
Si esa es la Isla Mínima...¡Cómo será la Máxima, Manuel!
ResponderEliminarSaludos australes.
Gracias, Esteban.
EliminarUn abrazo.
Muy interesante,
ResponderEliminarVí la película. Por cierto, muy buena.
Un fuerte abrazo.
Gracias, Amalia.
EliminarUn abrazo.
Eres incansable en las ampliaciones de tu blog
ResponderEliminarTe felicito por ello
Gracias, Juan.
EliminarUn abrazo.
Excelente reportagem com fotografias fantásticas um belo documento histórico.
ResponderEliminarUm abraço e continuação de boa semana.
Andarilhar
Dedais de Francisco e Idalisa
O prazer dos livros
Gracias, Francisco.
EliminarUn abrazo.
Siempre con tus perfectos reportajes, tan minuciosos y con un lenguaje fácil de leer, besos Manuel mil gracias por compartir :*
ResponderEliminarMuchas gracias, Patty.
EliminarUn beso.
Se llamará mínima pero en extensión es máxima. Buen proyecto el del marqués de Olaso.Buenas vistas tiene el zaguán.
ResponderEliminarIntereante reportaje Manuel.
Besos.
Gracias, Laura.
EliminarUn beso.
Que pedazo de cortijo, y qué historia más interesante, Manuel. Y esas marismas, y el río...
ResponderEliminarMe fascinó viasualizar ese zaguán y, a través del reverbero del sol, "ver navegar" sobre la tierra los barcos del puerto sevillano del Guadalquivir a pocos metros de la casa.
Me encantan los cortijos y los caballos, Manuel, y por cierto los cartujanos son tan bellos, y tienen una historia fascinante...
He disfrutado un montón con la historia y las fotos, me falta ver la peli, se me pasó, pero la veré.
Un beso. Mímate.
Ah, me hiciste reír con tu "evaluación" de creatividad, no creo que sea 0, para nada, que dicen los madrileños.
Gracias, Tesa.
EliminarUn beso.
Manuel, es estupendo visitar tu casa. Aprendo tanto...
ResponderEliminarVi la película y como bien dices se adivinan esos magníficos paisajes.
Agradezco a la vida que te haya puesto en mi camino, aunque sea virtual.
Abrazos, querido amigo.
Muchas gracias e igualmente te digo, querida amiga.
EliminarUn fuerte abrazo.
No he visto la película y desconocía esa isla mínima, ese perderse entre caminos poco señalizados y un paseo en rio, es una fantástica propuesta que apunto.
ResponderEliminarGracias por rescatar estas historias.
Un abrazo enorme.
Muchas gracias, Conxita.
EliminarUn fuerte abrazo.
Siempre se pasa un rato entretenido leyendo tus entradas, Sevilla, su río y sus gentes, son algo con sello propio que sólo se puede apreciar si uno se adentra en la ciudad, alrededores y trata con sus gentes y participa de su música, alegría y gastronomía.
ResponderEliminarSiento no conocer las marismas del Guadalquivir pero intentaré ver la película.
Mi intención era la de agradecerte las palabras de apoyo y cariños dedicadas a nuestra común amiga Ambar.
Te deseo un buen fin de semana.
Cariños.
kasioles
Muchas gracias, amiga.
EliminarUn beso.
Vi la película, que ha dado mayor popularidad al paraje, con un cortijo, muestra de la arquitectura local, precioso.
ResponderEliminarEs uno de esos lugares en los que es fácil perderse, como lo es aquí en los arrozales de la Albufera de Valencia: kilómetros de caminos rurales a escasos centímetros sobre el nivel de agua de los arrozales, por los que con dificultar pueden cruzarse dos automóviles, en un entramado casi imposible de orientarse. Por suerte, siempre, como dice el dicho, todos los caminos llevan a Roma.
Saludos.
Gracias, amigo.
EliminarUn abrazo.
Hola Manuel. Un buen recorrido por un paraje digno de contemplar. Buenos dineros debieron de costar las obras, pero parece que fueron bien gastados.
ResponderEliminarGracias por darnos a conocer otro retazo de tu tierra.
Perdona si no he contestado a tus comentarios, ando pachucho.
Salu2.
Gracias, Alfredo. Y espero que tengas una pronta recuperación.
EliminarUn abrazo.
Por esos andurriales de la Isla Mínima , Manuel , hice yo , asesorado por mi tío segundo Gonzalo Rodriguez-Buzón Calle , mis primeros kilómetros conduciendo .
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y mi felicitación por tu entrada.
Guillermo
Gracias, Guillermo.
EliminarUn fuerte abrazo.
Olá Manuel!
ResponderEliminarObrigada por me "mostrares" la Isla Mínima. Gostei!
Excelentes fotografias. Que trabalheira, amigo...
Un abrazo!
Gracias, Teresa.
EliminarUn abrazo.
Um passeio histórico.
ResponderEliminarMuito bom conhecer.
Boa semana.
Muchísimas gracias.
EliminarUn abrazo.
No conocía este lugar, y es que es cierto, que no he visto Isla Mínima, aunque sea una película que quiero ver. Sin duda tengo que visitarlo algún día y reflejarlo en mi blog. Gracias por mostrarlo, Manuel. Un saludo.
ResponderEliminarAunque te pierdas por allí, no te arrepentirás.
EliminarUn saludo.
Estupendo trabajo, Manuel. Solo conocía el lugar por la magnifica película. Como se que te gustan las curiosidades, Vicente Traver fue ademas de arquitecto, alcalde de Castelló, su ciudad natal, tras la guerra. Durante la república, el bando de izquierdas que gobernaba, mandó desmantelar la iglesia arciprestal hasta no dejar piedra sobre piedra (la intolerancia no tiene ideología). Traver aprovechó la guerra para diseñar la futura reconstrucción y por miedo a ser sorprendido diseño todos los planos poniendo nombres de calles de París. Finalizada la contienda todos los vecinos fueron "invitados" a subvencionar el proyecto que fue terminado por su nieto hace pocos años. Un abrazo, amigo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, David. Me ha encantado lo que me cuentas, y que desconocía, de hecho, voy a buscar más información ya que me perece muy interesante.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Hola, Manuel.
ResponderEliminarSoy Javier Palomo Traver, nieto del arquitecto Vicente Traver, que proyectó la reforma del caserío, como tú cuentas. Enhorabuena por el informe tan detallado y las imágenes tan ilustrativas. Me gustaría conocer el nombre completo del marqués de Olaso, y contactar contigo para recabar más información si es posible. Un abrazo
Hola, Javier.
ResponderEliminarEncantado de conocerte, y te voy a pedir un favor, si no te importa esperar a Marzo o Abril, y ya contactamos; Es que tenía prevista una visita a este lugar, para hacer un reportaje actual a través de un familiar directo del Marqués, y no la pude llevar a cabo por el COVID; por lo que espero para esa fecha poderla hacer, y seguramente podría darte más datos de tu abuelo.
Un abrazo.
Hola, Manuel.
ResponderEliminarPor supuesto, me espero el tiempo que haga falta.
Estuve en Sevilla el mes de noviembre con ocasión de un homenaje que le hicieron a mi abuelo.
Cuando puedas, estaré encantado de seguir en contacto.
Por cierto, si puede ser podríamos hablar por email abierto. Si quieres te mando mi dirección.
Un abrazo
Javier
Buenas tardes, Javier. Me parece estupendo lo de contactar por correo, así, que si eres tan amable envíame el tuyo en un comentario como este, que como tengo activada la moderación de los mismos, no lo haré público, y ya me pongo en contacto contigo.
ResponderEliminarOtro abrazo va.
Hola, Manuel.
ResponderEliminarMi correo es javierpalomo1@gmail.com