domingo, 31 de julio de 2022

Los Monaguillos.

"Los alegres monaguillos."
Para que descansen ustedes un poco de tanta Historia, monumentos emblemáticos, etc. etc.; hoy, como todos los años suelo hacer en los meses de Agosto, he elegido este artículo que publico dentro del apartado titulado: "Mi querida España", que está ambientado en el Madrid de los años treinta, y escrito por F. Martinez Corbalán, para la revista "Estampa", y donde nos cuenta lo siguiente:

"Existe un refrán aleluya que dice: "Si quieres un hijo pillo, que se meta a monaguillo". ¿Será cierto este refrán, como dicen que lo son casi todos?.
Allá vamos, calle de Toledo abajo, buscando una parroquia popular, donde, sin duda, a juicio nuestro, los muchachos serán más avispados y traviesos.
En las cercanías de la popularísima Plaza de la cebada ya se nota el trajín mañanero. Puestos pequeños de legumbres y baratijas, vendedores ambulantes, criadas con sus cestas repletas de verdura, griterío y, dominando el abigarrado conjunto, el tintineo de los tranvías, las bocinas de los autos, las voces, todo, en fin, lo que pueda distraer la vista y la atención, centenares de repollos, miles de repollos, creemos que millones de repollos.
Se venden dulces caseros, caramelos, polvorones, tacones de goma, objetos de celuloide, de hueso, de hierro y de plomo. Se suceden los tenderetes, los ambulantes vendedores, las criadas, las buenas gentes que caminan a prisa, los fritos, los mocitos marchosos, con la gorra en la oreja y una fina vara en la mano. "Camborios" cortesanos que "van de trato".
Poco a poco, conforme descendemos, el bullicio se va serenando, aclarando. Se ven ahora los anchos portalones de las posadas, que ya no exhalan el vaho caliente a establo, sino que retumban de motores y huelen a gasolina.
Al cabo, una iglesia, acaso la más popular; sin dudas de las más castiza. Y henos aquí frente a nuestro señor el monaguillo.
El monaguillo con su traje de ceremonia, posa con toda seriedad que el caso requiere.
"NO VAN PARA PADRES DE LA IGLESIA"
El chico es despierto y vivo como un gorrión.
- Vamos a ver, ¿tu por que te has metido a monaguillo? ¿es por vocación, o es por hacerte más pillo?
  El muchacho se ríe del pareado, luego se aúpa los pantalones y contesta:
- Para ayudar con algo a la familia.
- ¿Pero tu no quieres ser cura?
- ¡Que va!, no señor. Uno está aquí para sacar algo. Cuando sea mayor seré otra cosa.
- ¿Que serás?
Pues seré tallista, como mi hermano.
- Y yo -interviene otro pequeño- señor, tampoco seré cura. Seré mecánico de aviación.
Estamos sentados en la sacristía, en la penumbra grata donde se huele a incienso. A veces, ante nosotros, cruza la alta figura del párroco, con su bonete de agudos picos, entre los cuales se abre una morada borla. Pasa lento, y sonríe, bondadoso, al grupo que formamos.

Antes de la misa, el monaguillo enciende las velas del altar, que es una de sus obligaciones.
"LO QUE TIENEN QUE HACER"
Lo más duro, lo que más cuesta, es aprender las respuestas latinas para ayudar a misa, después el oficio es fácil.
- Venimos a las siete o siete y cuarto de la mañana.
- ¿Y que hacéis?
- Pues preparamos todo lo necesario para celebrar.
- Ya está preparado, ¿Que más?
- Desde esa hora hasta las doce ayudamos a todas las misas que se celebran. Nos vamos después a casa, a comer, a las dos al colegio, hasta las cuatro y media, y luego volvemos a la iglesia para vigilar, colocar las velas, acompañar el viático o un entierro...En fin, lo que sale.
- Ciertamente no es muy difícil.
- No señor, ¡si esto lo hace cualquiera!.
A escondidas, los monaguillos saborean ese placer de sentirse hombres, encendiendo un cigarrillo.
"LO QUE SE GANA"
Ya hemos dicho que estamos en una iglesia popular, castiza, de los barrios más típicos de Madrid. Hacemos esta advertencia por que hay parroquias más ricas y más pobres, y ésta puede tomarse como una buena parroquia para los monaguillos.
- ¿Como cuanto se gana?
- Pues tenemos un real diario.
- ¡Pero eso es muy poco!
- Es que luego vienen otros derechos y propinas.
- Con todo, ¿cuanto sacáis aproximadamente?
- Yo calculo unas sesenta o setenta pesetas.
- Eso ya está bien.
Cogido a la cuerda que mueve el badajo, tira acompasadamente. En el alto campanario la campana llama a la primera misa.
"EL CEPILLO ES SAGRADO"
Antes de decidirnos tenemos unos momentos de vacilación. La pregunta va a ser un poco atrevida; pero no queda otro remedio, hay que hacerla, aún a riesgo de incurrir en las iras de estos mocitos que nos miran tan atentamente.
- En la iglesia, claro, hay cepillos.
- Si claro, los hay fijos, que son esos que están colgados. Y otros que pasan para cobrar las sillas.
- ¿Y vosotros?...
- ¡Ca! nosotros no pasamos el cepillo casi nunca, y es lástima porque hay algunas que echan una chica al cepillo y nos dan a nosotros una gorda de propina.
- Pero....alguna vez...
- ¿Que?
- Vamos, que si...
Nos miran con una atención tan grande, con una tan excitada curiosidad, que porque salgan de ella, y por salir nosotros también, de este trance, nos decidimos.
- ...¿No le sacáis alguna gorda al cepillo?
Se ponen muy serios, uno, hasta se lleva su mano al pecho.
- No señor, el cepillo es sagrado.
Respiramos todos. No hubiéramos querido descubrirlos, pero si declaran la disculpable picardihuela, lo hubiéramos contado. Era nuestro deber.
La travesura tiene su quiebra: la dura mano del sacristán sobre la oreja.
¡No le deja a uno ser feliz!
"TRAVESURAS"
- Ya no se hace casi nada. Eso era antes.
- ¿Pero tu has visto?....
- Yo no he hecho ninguna cosa pero, mi hermano si.
- ¿que hizo tu hermano?
- ¡Bah! algunas veces les cosía las faldas a dos devotas de esas que se ponen juntas.
- ¿Pero tu, de veras, de veras no has hecho nada?
Guiña el ojo, y con gran picardía me señala con el pulgar de la mano al sacristán, que escucha y sonríe.
- ¿Nada? -insistimos a pesar del expresivo gesto.
- Las vinajeras, alguna vez, pero no vale la pena. El vino aquí o es malo o es que no me gusta.
- Algún tirón de orejas te ha costado -le amenaza el sacristán.
- Pero muy pocos ¡Si no vale ese vino!
Todos ríen del desparpajo del chico, que acompaña sus palabras con una mueca de absoluto desdén.
"LAS DEVOTAS"
- Las devotas, estas devotas asiduas, que vienen con frecuencia y se pasan aquí mucho tiempo, si que serán buenas, quiero decir que ésas si que darán propinas.
- ¿Quien? ¿Las beatas?, esas no dan nada. Ni esto. (Chasca la uña, apoyándola en los dientes.
- ¡Pero que ni esto!
- Pues yo creía...
- ¡Que va! nada. ¿No le digo a usted?.
"LAS BODAS Y BAUTIZOS"
Al parecer, en las propinas de bodas y bautizos es donde está la mejor fuente de ingresos. Nosotros no tenemos la menor experiencia de estas cosas. Casi con rubor confesamos que no hemos sido nunca monaguillos; que, de niños no nos pudimos dar esa gran satisfacción de vestirnos de rojo, de morado, de azul o  negro, con una calada sobrepelliz sobre la sotana, con un bonete puntiagudo sobre nuestra cabeza. Confesamos aquí que éramos torpes y no pudimos aprender el latín preciso para recitarlo ¡aquel Confiteor Deo!.... Y claro, no pudimos tocar la campanilla, ni llevar un alto y reluciente cirial, ni, -¡esto si que era ilusión!- balancear el incensario para tener viva su lumbre. Por esta razón carecemos de experiencia, y por no tenerla, caemos en el gravísimo error de exclamar:
- Naturalmente, las bodas de postín son las mejores.
- ¡Frío!, dice uno.
- ¡Pero que muy frío!
- ¿Frío que? -preguntamos.
- Que no es por ahí.
-¿De modo que las bodas de lujo no son las mejores?
- No, señor.
- Amigos monaguillos: nosotros no quisiéramos enredarnos en una disquisición filosófica; pero, por otra parte, no tenemos más remedio que deciros que, con esas sencillas palabras, con esa negación, sostenéis una gran verdad. Mejor , un axioma. Helo aquí: "no es oro todo lo que reluce".
Los niños ríen de buena gana. En su expansión, lanzan contra mis familiares palabras. Verbigracia. "¡Ay que tío!" "¡vaya un gachó elocuente!" "ni Don Manuel", etc. etc.
Insistimo.
- ¿De modo que no es negocio una boda elegante, rica, suntuosa?
- Que no señor.
- ¡No lo comprendo!
- Pues sepa usted que esos señorones no dan na.
- Los que dan, las bodas buenas -dice otro- son las regulares.
- Vamos, las que no son ni de muy ricos, ni de muy pobres.
- Entendido y sorprendido, aunque ya nos hacemos cargo; las regulares.
- Esas, esas son las buenas.

Entre las horas de trabajo, siempre hay una en la que poder jugar. Aquí "echan china" para ver quien se queda.
"LAS MULTAS"
Las multas deben tener, deben ser producidas por un microbio. A nosotros no nos cabe duda de que son una enfermedad que todos padecemos. Unos en el periodo álgido, que son los que las imponen y otros en el periodo de descomposición, que son las que las pagan. La prueba está aquí, hasta los monaguillos las padecen. ¡Y pensar que se han quejado el Conde de Romanones, el general Aguilera, el doctor Marañón y tantos y tantos más! ¡Pero señores, si hasta los monaguillos las sufren!
- ¿Y por que?
- Pues cuando llegamos tarde, cuando cometemos alguna falta....
- Cuando nos la ganamos.
- ¿A cuanto ascienden?
- A un real.
No quisiéramos añadir ni un solo comentario; pero el mandato, el imperativo de nuestra conciencia es tan fuerte, que no podemos violentarlo, helo aquí: "señor Conde de Romanones: Perdone que nos decidamos por usted; pero tenga en cuenta que es, para el vulgo, el hombre más rico de España. Pues bien.
Señor Conde de Romanones: Vuelva usted la cabeza, como hizo el sabio quejumbroso de la décima calderoniana. Vuelva usted la cabeza, y verá como, detrás de sus talones, van los monaguillos -¡hasta los monaguillos!- recogiendo las multas que les tocan.
- ¡Que ejemplo, señor Conde de Romanones!".

Espero que les haya gustado o al menos entretenido, y, aprovecho para desearos a todos unas felices vacaciones.

Gracias por su visita.

70 comentarios:

  1. Extraordinario, Manuel, lo he pasadpo g enial, sentado frente a la piscina, tomando el sol, me he sentido miuy bien leyéndote. Eres realmente un minucioso datallista a la hotra de crear los relatos de la y las historias que nos regalas.
    Me quedo de esa crónica que acompañas hoy, con el detalle de las multas y su coste, a los monaguillos:
    - ¿Y por que?
    - Pues cuando llegamos tarde, cuando cometemos alguna falta....
    - Cuando nos la ganamos.
    - ¿A cuanto ascienden?
    - A un real.
    Feliz domingo, Manuel.

    ResponderEliminar
  2. Lovely post and pictures of the altar boys!
    As I belong to a different Faith, I knew nothing of the altar boys. Your post has revealed to me a new world, that of boys helping the priest during church services and Mass, and getting actively involved in them. All sides seem to benefit: the church, the priest, and the boys who get to learn things that might help them later in life.

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias, me ha gustado esta entrada, me recordó mi infancia donde fuí monaguillo un tiempo de una iglesia de mi ciudad,
    Feliz verano, feliz mes de agosto y a disfrutar mucho de la calor, es algo muy nuestro que el cambio climatológico lo está extendiendo para todos.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Hola Manuel , que buena entrada esta de los monaguillos , y sus travesuras.
    Me he divertido mucho con tú entrada , la verdad es que si se ganaban por poco que fuese
    era para ayudar en casa y a sus familias.
    Pero no digo yo , que algunos duros no se perderían en el cepillo.
    Me alegro de volver a leerte y pasar por tú bello rincón , te deseo un feliz verano.
    Besos de flor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Flor, y yo me alegro mucho de verte de nuevo por aquí.
      Un besito.

      Eliminar
  5. Me ha encantado este relato sobre la figura del popular monaguillo que ya no está tan presentes en las celebraciones de la iglesia cómo lo estaba antes pero que todavía sobrevive aunque ahora también hay monaguillas.Saludos

    ResponderEliminar
  6. Saludos
    muy interesante lo que relatas de estos chicos, en verdad nunca me había detenido a indagar bien sobre su quehacer , pero si los he visto encendiendo velas y ayudando en la consagración...
    Cumplen una función sin dudas que aunque no sea tan reconocida , le trabajan al mejor , a Dios.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  7. ¡Menudos personajes estaban hechos estos monaguillos!
    He disfrutado mucho de la lectura de este artículo, Manuel, gracias por compartir.
    Besitos

    ResponderEliminar
  8. Sendo agnóstica, não frequento muitos serviços religiosos... mas pensando bem, aqui no nosso país os coroinhas têm sido substituídos por muitos voluntários de várias idades, que prestam serviços à paróquia e auxiliam nos serviços religiosos... e hoje em dia, é um gosto verificar que muitas mulheres intervêm também no cerimonial da missa... talvez um dia as mentalidades no Vaticano mudem... e mulheres também possam ser consideradas a prestar serviços religiosos, em pé de igualdade com os homens... em pleno século XXI... já seria tempo...
    Afinal no Antigo Egipto, há 3000 anos atrás, as sacerdotisas, eram regra e não exceção, nos serviços religiosos... mas a civilização é assim mesmo... um reflexo de tantos avanços e recuos da humanidade.
    Gostei imenso desta publicação, que me permitiu reflectir no preponderante papel que estas crianças em tempos tinham, no decorrer das cerimónias... e ainda continuam a ter noutros países...
    Um grande abraço! Votos de um bom final de domingo, e um excelente mês de Agosto, Manuel!
    Ana

    ResponderEliminar
  9. Hi Manuel! I thank you for the text about altar boys. Very interesting texts are also. My cousin's son is an altar boy. Manuel I salute you!

    ResponderEliminar
  10. Me recordaste mis tiempos de monaguillo en la iglesia del colegio María Auxiliadora de la orden salesiana en Buenos Aires en el barrio de Almagro. Eran tiempos (década del 60) en que quería creer o creía creer, vaya a saber... hasta que tuve que vérmelas con curas tan deshonestos cono groseros como peligrosos que me despabilaron para siempre de mi inocente sueño...

    Gran entrada, amigo. Abrazo agradecido.

    ResponderEliminar
  11. Un mundillo que se nos va.
    Esa picaresca tan nacional.
    Un post muy ilustrativo de esa época.
    Decirte que al ser escolarizado en un cole de curas, me tocó más de una vez asistir en alguna misa como monaguillo, siendo el beneficio, con suerte, que te dejaran comer recortes de pan de ángel e incluso en el colmo de la generosidad que te dieran una bolsa.
    ¡Qué tiempos!
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Qué buena entrada, amigo Manuel. Me trae gratos recuerdos de mi época de monaguillo en el colegio de los Salesianos. Realmente creo que tenía razón Martínez Corbalán, los monaguillos éramos bastante pillos. Recuerdo la cantidad de hostias sin consagrar que comíamos y alguna que otra copita de ese vino dulce tan exquisito. Qué tiempos aquellos, aunque realmente todo se hacía sin maldad, éramos buena gente. Recuerdo más de una vez, cuando se daba la comunión las caras que ponían algunas beatas para comulgar con la boca abierta y la lengua fuera, yo solía llevar la patena que colocaba bajo la barbilla y el otro monaguillo y yo aun reteniéndonos la risa se nos notaba, pero es que de ver aquellas caras no era para menos. Lo pasábamos en grande.
    Un gran abrazo amigo y buen mes de agosto.

    ResponderEliminar
  13. Yo he conocido algunos monaguillos, pero que yo sepa, no percibían ningún dinero.
    Siempre la literatura le ha otorgado el papel de pillo, debe de haber alguna verdad en ello.
    Feliz mes de agosto. Besos.

    ResponderEliminar
  14. Muito interessante o texto e as imagens. O meu filho foi escuteiro e durante esse tempo ele era também acólito, ajudando nos serviços religiosos, penso que era algo semelhante ao que descreveu.
    Um grande abraço

    ResponderEliminar
  15. Quando eu era criança ainda ajudei umas quantas vezes na missa. Mas, perante a minha rebeldia cristã fez com que o sr Padre me substituísse, lol
    .
    Feliz semana… abraço poético
    .
    Pensamentos e Devaneios Poéticos
    .

    ResponderEliminar
  16. Un fuerte abrazo a mi amigo desde jerez

    ResponderEliminar
  17. oh! No sé que pasó, creo que se disparó el coment justo cuando te estaba saludando. ¡Espero que sea eso y no que haya "desaparecido" ! Ya me dirás. Y si desapareció...¡bueno ya ves que no solo a ti te pasa! jaja Abrazo

    ResponderEliminar
  18. A mi hijo le dio por salir de monaguillo en la procesión del Corpus y pensé "seguro que no aguanta todo el recorrido". Y aguantó y le gustó mucho y disfrutó. Y se lo iba contando a todo el mundo como si fuese una proeza, "su proeza". Y, claor, la gente le decía "lo msimo quieres ser monaguillo o ir para cura cuando seas mayor". Y respondía de una manera natural, siempr elo mismo, "no, que la smisas son un rollo". Para él no es más que un disfraz divertido, relacionado con los edificios que a él más le gustan: las iglesias y los castillos. Quizá su futuro se encuentre en la arquitectura.
    Saludos

    ResponderEliminar
  19. Muy bonita e interesante entrada Manuel. Gracias y muchos besos.

    ResponderEliminar
  20. Qué lección de recuerdos, todos con su halo de ternura y picardía.
    Guardas una colección envidiable de historia, Manuel.

    ResponderEliminar
  21. Me ha gustado no mucho...muchisimo, me he sonreido todo el rato porque el relato está tan bien narrado que es como si lo hubiese visto escenificado, eres grande Manuel, gracias por cada una de tus entradas
    Un abrazo

    ResponderEliminar

  22. Manuel es mi deseo invitarte al otro blog de Aula De Paz, dónde en cinco partes expreso un resumen de mi labor en la sociedad, deseando sea de tú agrado Manuel , un fuerte abrazo querido amigo.jr.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, amigo José Ramón, y de inmediato paso a verla.
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  23. Muy interesante no sabia tantas cosas de los monaguillos. Te mando un beso.

    ResponderEliminar
  24. Manuel me llevaste a mi niñez cuando fui monaguillo en alguna ocasión intentamos beber un poco de vino y lo que si nos daba el cura eran los recortes de las hostias pero pronto las trajeron recortadas.
    Yo no hice ninguna boda pero si llevar el viatico y los entierros que en uno al abrir el ataúd me causo tanta impresión que cerré los ojos y de no darme un tirón de la ropa otro aun sigo en el cementerio.
    Recuerdo una anécdota en la fiesta del pueblo al girar una esquina un golpe de aire casi me hace tirar la cruz.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Tomás, por compartir tan simpática anécdotas.
      Un abrazo.

      Eliminar
  25. Me gusto conocer sobre los monaguillos. Hay muchas cosas que no sabia. Te mando un beso.

    ResponderEliminar
  26. Los monaguillos ha sido una institución de ayudantes externos de las iglesia, afincada en niños y mozalbetes. Hace poco me encontré con un amigo que fue monaguillo, y me contó que se aficionó al vino, a veces no llenaba la copa del cura, por bebérsela, y perdió su puesto, y se ganó una tunda de sus padres que no olvida. Divertida la crónica, apreciado, Manuel. Un abrazo. Carlos

    ResponderEliminar
  27. Qué bien documentado!!!
    Me ha encantado leerlo y recordar a esos simpáticos niños.
    La verdad es que se les consideraba un poco pilluelos;))))
    Un abrazo Manuel y disfruta el verano.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias.
      Un fuerte abrazo, Ángela, e igualmente te deseo.

      Eliminar
  28. ¡Que trajes llevaban!
    Ahora, no solo no llevan esos trajes, es que ni siquiera hay monaguillos. En mi Parroquia, desde luego que no los hay, solamente en Iglesias mucuy concurridas. Pero lo importante es que no los echamos en falta.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  29. Manuel the Russians are ready to blow up the nuclear power plant in Zaporizhia!!!!!!
    „The portal Ukrayinska Pravda, citing information from the Ukrainian nuclear corporation Energoatom notified that the Russians are ready to blow up the mined Zaporizhia nuclear power plant.”
    I wrote about it on my blog now!

    ResponderEliminar
  30. Desde luego que me ha gustao y sí; muy entretenido jajajaja
    Yo hice el bachiller enb un colegio de curas, y como tal, los primeros años la misa diaria obligatoria antes de las clases. Después solo eran obligatorias los sábados con las Sabatinas y Rosarios y los domingos la Misa.
    En las misas los monaguillos éramos nosotros claro, y lo más importante creo que recordar que era saber tocar bien las campanillas o campanilla según fuera la misa, en el momento justo y la duración precisa! yo no quería ser monaguillo y al final me libré. No me llegó el turno jajajaja.
    Un abrazo Manuel. Ha sido muy ameno :-D

    ResponderEliminar
  31. Bellissimo post, caro Manuel !!!Non sapevo che i chierichetti fossero pagati, anche se poco. Ora non so se ci spono ancora chierichetti, io non ne vedo più !!Bello ricordare questi bambini. Saluti cari.

    ResponderEliminar
  32. yo estuve de monaguillo dos años 1970-72, y no eramos tan pillos, alguna propina caía, y los Reyes Magos siempre dejaban cosas, ahora hay hasta monaguillas, ... bueno por algo se empieza

    ResponderEliminar
  33. Me gustaría saber por lo menos su nombre, pero, de todas formas gracias por su visita y simpático comentario.
    Saludos.

    ResponderEliminar