HOMENAJE QUE A SV SANTO REY CONQUISTADOR,
RINDIÓ LA CIVDAD DE SEVILLA,
EL DÍA XV DE AGOSTO DE MCMXXIV.
I I
"La Reina Isabel II"
Ya en 1848 el Municipio halagaba la idea de rendir público y elocuente homenaje a San Fernando. Terminadas las obras que transformaron la que fue huerta del Convento de San Francisco en la hermosa plaza llamada luego de la Infanta Isabel -conocida vulgarmente por la Nueva-, se pensó en erigir en su centro una fuente monumental que tuviera por remate la estatua ecuestre del Santo Rey.
Reproducción del proyecto del monumento y fuente al Rey Fernando III, del arquitecto D. Demetrio de los Ríos, de 1885, y que nunca se llevó a cabo.
En Cabildo de 15 de Marzo de 1861, los señores Concejales Olave, Fernández, García de Leániz y Cueto, propusieron que se levantara en el centro de la plaza de la Infanta Isabel una fuente alegórica a las glorias de esta capital, coronada por la estatua ecuestre de San Fernando.
El municipio acordó favorablemente la propuesta, reproducción de la que en 1848 formularon otros señores capitulares, si bien no faltó quien abogase porque la estatua del Santo Rey se erigiese en la Plaza del Triunfo, y en la de la Infanta Isabel se levantase la de Bartolomé Esteban Murillo.
Obelisco en la Plaza Nueva, en honor de Isabel II, con motivo de su visita a nuestra Ciudad.
Foto: Charles Clifford, 1862. Litografiada por Mariani y editada por Las Novedades en calle Tetuán, 26-27. Sevilla.
Corría el mes de Octubre de 1862. Sevilla ardía en fiestas. Albergaba en su recinto a S. M. la Reina Doña Isabel II, acompañada de S. M. el Rey Don Francisco de Asís, y de sus hijos SS. AA. RR. el Príncipe de Asturias, Don Alfonso, y la Infanta Doña Isabel. La ciudad leal siempre a sus reyes y siempre espléndida en sus demostraciones de amor y adhesión a sus Monarcas, al extremo que de ella decían los cortesanos que acompañaron aquí a Alfonso XI, "quien no vio Sevilla, no vio maravilla", se aventajó a sí misma para testimoniar sus sentimientos a la magnánima Reina que, en su viaje por Andalucía, era aclamada y bendecida como madre de todos los españoles. Plumas bien cortadas refieren aquellas fiestas en honra a los Reyes y a sus excelsos hijos, y a sus relaciones nos remitimos.
Pero, no hubo de parecer bastante todo ello al Alcalde Presidente, el señor Don Juan García de Vinuesa, por cuanto en la sesión celebrada por el ayuntamiento el 3 de Octubre de dicho año, propuso, y el municipio acordó por unanimidad, que el centro de la plaza de la Infanta Isabel se erigiera una estatua a la Reina Doña Isabel II, para lo cual se alcanzase la venia de la Soberana.
A las siete y media en punto, de la noche del día 4 de Octubre de 1862, entró en el Palacio de San Telmo la Comisión Capitular, compuesta de los señores Alcalde Presidente, Don Francisco Javier de la Borbolla, Don Manuel Macía Rincón, Don Ginés Díaz, Don Antonio Mejías y Dherve y Don Francisco de Borja Palomo, la cual había de hacer entrega a S. M. de la exposición en demanda de su venia, en la cual se leen las siguiente palabras:
"Los representantes de Sevilla, fieles representantes de los deseos de sus naturales, juzgan corto los obsequios ofrecidos a V. M. dentro de sus muros, y dan la verdadera importancia al valor de vuestros espléndidos favores.
Un proyecto solo puede colmar su ardiente entusiasmo y para llevarlo a feliz cima necesita el supremo beneplácito de V. M., tan dispuesta siempre a complacer a sus leales súbditos. La construcción, Señora, de un monumento de mármol con la estatua de V. M. en el centro de la plaza de la Infanta Isabel, donde presenció un humilde festejo, es el férvido anhelo de los sevillanos en los momentos de separar de su augusta Reina. Así únicamente podrá este heroico pueblo mostrar a las edades venideras el júbilo inefable con que la recibieron sus habitantes y el orgullo noble con que recuerda los progresos de la nación durante su glorioso mando.
No sirve, Señora, de obstáculo para tan lisonjera idea haber concedido el mismo sitio para el monumento que se eregirá al príncipe de los pintores hispalenses, Bartolomé Esteban Murillo; porque una obra no excluye a la otra. La municipalidad, celosa de la honra del sublime artista y del lustre de Sevilla, coadyuvará gustosa a que en cualquier otra plaza, sitio o paseo, se levante tan justo tributo de admiración, y aún costeará sus nuevos cimientos, si se acepta el propósito. Por fortuna, la moderna reforma de la alameda del Museo ofrece sobrado campo para ostentar decorosamente la figura de Murillo, haciendo muy propio este paraje hasta la proximidad del edificio donde brillan las más famosas joyas de su eminente genio y hábiles pinceles. Dígnese V. M., por tanto, de oir benévola, en los días de vuestro ilustre consorte, la súplica de un pueblo conocedor de sus virtudes, y ser el apoyo más firme de este homenaje; por que lejos de ofender su loable modestia, enaltecerá las glorias del país entero".
Oigamos a un testigo de aquel acto, el insigne cronista oficial Don José Velázquez y Sánchez:
"-Señora, dijo el alcalde al entregar a la Reina la exposición-: Sevilla desea perpetrar la estancia de V. M. en su recinto, y su municipalidad, fiel intérprete de tan legítimos deseos, pide en este sentido escrito el beneplácito Real para erigir a V. M. una estatua en el centro de la nueva plaza mayor, donde pasó una hora de solaz grato en la noche inolvidable del veintiuno del pasado Septiembre."
"La reina sintió una emoción indefinible al escuchar tan reverente súplica. Sus ojos se arrasaron en lágrimas de enternecimiento delicioso, Adelantó un paso hacia los magistrados de la ciudad, y repuso con acento conmovido:
- ¡Oh, señores! Yo no merezco tanto aún. Mi voluntad es grande, y mis medios no le ayudan siempre. No quiero estatuas mías mientras viva yo: que la posteridad me las alce si las merezco. No hay cosa más triste que los monumentos de honor que nadie respeta; y no bastan los buenos deseos para la felicidad de un país, si la Providencia no los corona con el éxito apetecido.
- Señora -replicó el Síndico, señor Palomo-, la sanción de toda España alentará a Sevilla en esta empresa.
No importa -agregó S. M. extraordinariamente animada-, yo se que tenéis el proyecto de levantar una estatua al Santo Rey, y aplaudo esta idea como un tributo de justicia. Como Santo, como sabio, como conquistador y caballero, merece esa memoria. es mi voluntad, señores, que se la consagréis, y yo cedo ese honor de buen grado"
En la mañana del siguiente día, el Alcalde, por medio de edicto, notició a la ciudad la resolución de la Soberana: y ésta, al margen de la exposición decretó de su puño y letra:
"Agradeciendo los deseos de la Ciudad de Sevilla, es mi voluntad se coloque en el lugar destinado para mi estatua, la de San Fernando; Santo que tanto venero, Rey y guerrero que tanto admiro.
Isabel. 4 de Octubre de 1862".
Fuentes: Bibliografía y archivo particular.
Si deseas ver otros temas relacionados con el Rey San Fernando, por favor, haz clic: AQUÍ.
Continuará ...
Homenagem lindíssima. O meu aplauso e elogio perla iniciativa.
ResponderEliminar.
Feliz fim de semana… cumprimentos cordiais.
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.
Muchas gracias, Ricardo.
EliminarUn abrazo.
No me quiero repetir, pero es un trabajo extraordinario, bueno, como todos los tuyos, detallado, bien documentado y yo contigo, aquí, aprendo mucho sobre algo que desconozco, lo cual es una sensación muy agradable de poderla sentir. Gracias.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Muchas gracias.
EliminarUn fuerte abrazo, Enrique.
Buon fine settimana!
ResponderEliminarGracias, Olga.
EliminarSaludos.
Manuel, asumo por lo que infiero de tu crónica y otros textos que todo mundo esperaba que la reina, tuviese la nobleza de declinar el homenaje estatuario, en la del Santo rey. Se sentía en el ambiente tal deseo, que la reina no fue egoísta, y por su propia decisión, propuso lo más sensato, así no se lo hubieran sugerido. ESo la hizo más grande y humana. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarGracias, Carlos.
EliminarUn abrazo.
Me ha encantado esa decisión de la reina, su humildad la hace grande.Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarUn saludo, Charo.
The honor given by the city of Seville to San Fernando (saint, king, warrior) and to Queen Isabel , by erecting their
ResponderEliminarstatues in the main square - is very touching and impressive! The sevillians knew how to show their love and admiration for those who brought about the progress of the nation.
Gracias, amiga Duta.
EliminarAbrazos.
Es bueno ser recordado, por la ciudad de Sevilla y que todos los sevillanos conozcan su historia.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias, Antonia.
EliminarUn beso.
Un gran post Manuel.
ResponderEliminarSiempre es un placer leerte
Buen fin de semana
Muchas gracias.
EliminarBuen fin de semana, Isabel.
Otro gran articulo donde nos muestras el monumento fallido a Fernando III "el Santo" que a juzgar por la imagen pudo tener una gran belleza.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias, amigo Tomás.
EliminarUn saludo.
Manuel you wrote a very interesting text. I’m glad that I can learn about Spain from your blog. I look forward to your next posts!
ResponderEliminarMy good friend I salute you!!! I hope have you a good and happy weekend!
Gracias, Anna.
EliminarUn abrazo.
Es un lindo gesto de la reina. Siempre me gusta conocer la historia de los otros paises. Te mando un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias, Judit.
EliminarUn beso.
Por supuesto desconocía la historia. Me ha gustado sobre todo la carnadura que les has dado a los protagonistas... Lo ya dicho, amigo, eres de consulta.
ResponderEliminarAbrazo más que agradecido.
gracias, amigo Carlos.
EliminarOtro abrazo va.
Que bonita entrada Manuel, y que hermosa y humilde respuesta la de la reina Isabel.
ResponderEliminarMe encanto leer esa forma de pensar y lo que dijo de las estatuas: "No quiero estatuas mías mientras viva yo: que la posteridad me las alce si las merezco. No hay cosa más triste que los monumentos de honor que nadie respeta".
Fue muy agradable leer este acontecimiento.
Un abrazo Manuel y buen fin de semana.
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo, Elda.
Mi muy querido amigo Manuel.
ResponderEliminarGracias por esta historia tan prolija e interesante.
Fuerte abrazo!!
Gracias, Ricardo.
EliminarUn fuerte abrazo.
No conocía la historia y me ha parecido muy buena.
ResponderEliminarMuy acertada la respuesta de la reina.
Y todo un placer visitarte.
Un fuerte abrazo. Muy feliz fin de semana.
Muchas gracias, Amalia.
EliminarUn fuerte abrazo.
Estimado amigo Manuel, precioso documento histórico como ya siempre nos tienes acostumbrados. Tu blog bien merece ser un punto de referencia para muchos historiadores que imagino, así será para muchas consultas.
ResponderEliminarGran reina fue Isabel II y que mentalidad más honesta, clara y armoniosa para con su pueblo. Sus palabras estaban llenas de grandes aciertos.
Un gran abrazo amigo mío y te deseo un feliz fin de semana.
Muchas gracias, Juan.
EliminarUn abrazo.
Detenerse en los cronistas oficiales de las villas y ciudades siempre me pareció una buena idea. Bonito homenaje a San Fernando amigo, Manuel.
ResponderEliminarUn abrazo hasta esa bella Sevilla engalanada de Goyas y Cine.
Gracias, Miguel.
EliminarUn abrazo.
Curiosa e interesante historia Manuel, qué pena que no haya películas para escenificar tales hechos históricos, que reflejaran formas y protocolos .... cuánto se ha perdido.
ResponderEliminarBESOS
Gracias, María José.
EliminarBesos.
Interesante entrada y desconocida esta historia para mi.
ResponderEliminarComo la mayoría de los comentaristas me han llamado la atención las palabras de la reina.
Palabras sensatas y firmes que dejan traslucir la talla de esta gran persona.
Fuerte abrazo Manuel y feliz semana.
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo, amiga Ángela.
Como siempre genial tu reportaje. Gracias por darnos a conocer esta historia que no conocía. Abrazos.
ResponderEliminarGracias, Teresa.
EliminarAbrazos.
Manuel I wish you all the best, joy and much heart from the world on Valentine's Day!!!
ResponderEliminargracias, amiga Anna.
EliminarUn abrazo.
Una vez más Manuel enhorabuena por la historia que nos dejas, es maravilloso llegar a leerte porque quieras o no siempre amplias conocimientos, descubres cosas nuevas con crónicas y hechos historicos, gracias
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo, Carmen.
Estas crónicas me fascinan, donde se plasma la elocuencia y el sentido apasionado que se le daba al arte como emblema de respeto, que la reina Isabel II acogió con el beneplácito de la humildad que demostró atesorar.
ResponderEliminarUn evento el que nos dejas repleto de datos, menciones de ilustres nombres que es un placer leer y con ello aprender de nuestra gran historia.
Enorme trabajo estimado Manuel.
Muchas gracias, Jorge.
EliminarUn abrazo.
Manuel, nos contaste una historia tan interesante que la reina rechazó una estatua dedicada a ella en favor de la estatua al Santo Rey. Gracias por la historia y las fotos.
ResponderEliminarGracias, Nadezna.
EliminarUn saludo.
No conocía esta parte de la historia y te agradezco que la hayas traído hasta nosotros Manuel. Gracias amigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Conchi.
EliminarUn abrazo.
Yo tampoco conocía esta historia amigo Manuel, desde luego es interesantísimo tanto el trabajo como la información que compartes con todos.
ResponderEliminarMuchas gracias y Enhorabuena.
Feliz semana.
un Fuerte abrazo
Gracias, amigo.
EliminarUn abrazo.
Manuel, no sabes como disfruto con mis visitas a tu blog, donde nos muestras retazos de historia muy bien documentados y de manera magistral. Si además, se trata de la historia de una ciudad a la que tanto amo, miel sobre hojuelas, que se suele decir...jejeje.
ResponderEliminarGracias por tanto querido amigo.
Muchas gracias, Maripaz.
EliminarUn fuerte abrazo.
Manuel, gracias por tu visita a mi blog, amigo...Leo con detenimiento este capítulo de la historia de España y puedo ver la grandeza interior de la reina, que no deseaba reconocimientos externos, sino la gloria y veneración del rey San Fernando. Muy interesante, porque nos dice que también los reyes son personas con humildad y dignos sentimientos.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tu buen hacer, amigo.
Gracias, María Jesús.
EliminarUn abrazo.
Un articolo notevole, e molto interessante, che ho apprezzato nella sua densa lettura
ResponderEliminarCari saluti
Muchas gracias.
EliminarUn saludo, Silvia.
Todo lo que relatas es para mí desconocido y me gusta aprender. La reina tuvo un gesto que la ennobleció y la hizo pasar a la historia por muy inteligente y sabia.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias, Tatiana.
EliminarUn abrazo.
Tenía razón la reina al rehusar su estátua aún viva y tenía menos razón el simple alcalde de mi pueblo al aceptar la suya aún siendo alcalde.
ResponderEliminarGracias por todo lo que nos cuentas de la historia de Sevilla y que nos permite conocerla un poco más.
Un abrazo
Gracias Beatriz.
EliminarMenudo alcalde tenéis.
Un abrazo.
Caro Manuel, quanta storia conosci !!Trovo giusta la decisione della Regina di non voler una sua statua, finchè era in vita !!Ha lasciato il posto al Santo Re e ha fatto bene !!! Cari saluti e buona settimana
ResponderEliminarGracias, amiga Mirtillo.
EliminarSaludos.
Mais uma publicação fascinante, que tanto nos oferece a conhecer!
ResponderEliminarSempre um gosto imenso, percorrer tão enriquecedoras artigos! Fantástico trabalho de pesquisa, Manuel!
Um grande abraço!
Ana
Muchas gracias, amiga Ana.
EliminarUn abrazo.