Los Nazarenos de Sevilla.
Hoy, voy a tener el gusto de compartir con todos ustedes, un conjunto de láminas de pinturas de 1924, del ilustre y afamado pintor gaditano D. Francisco Hohenleiter, que me regalaron hace cuarenta y un años en la Fábrica de Cerveza y Malta, La Cruz del Campo, S. A., y que van acompañadas de un texto escrito por el académico, D. Juan Infante-Galan.
Nazareno de la Cofradía de Nuestra Señora de la O.
Cubrirse los pecadores arrepentidos con pobres vestiduras de burdo tejido, como signo de arrepentimiento e intención, y propósito de cambiar de vida, es antiquísimo. Aparece ya en el Antiguo Testamento, como en Jonás, 3, 5-6, pasaje aludido por Jesucristo en Mateo 12, 41. La misma liturgia cuaresmal ofrece textos de semejante significación, por ejemplo, Joel 1, 13; Isaías 58, 5.
El Postigo del Aceite, es como marco de grandeza para la Virgen de la Victoria, Patrona de las Cigarreras.
Tan antigua y extendida costumbre y tradición pasa luego a los cristianos. El uso de vestiduras penitenciales persistió y hasta se acrecentó en los primeros siglos de la Iglesia y en la Edad Media para los penitentes públicos, que habían de comparecer ante la comunidad y, humillados, manifestar su arrepentimiento en demanda de perdón; se les trasquilaba la cabellera, se les imponía el pobre y basto hábito, se les prescribía oración, ayuno, mortificación, y quedaban excomulgados, segregados de la comunidad y agregados al grupo u orden de los penitentes. Como lo que importaba sobre todo era la disposición y actitud de conversión de los penitentes, su grupo era objeto de una especial y misericordiosa atención pastoral, según convenía en la durísima situación disciplinar a que estaban sometidos los públicos pecadores.
El amanecer, da luz inconfundible a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, de la parroquia de San Lorenzo.
En el siglo X, aunque continuaba la práctica de la penitencia pública como pena canónica, existían ya otras formas de penitencia privada; en el siglo XI cede y casi desaparece la penitencia pública, aunque al mismo tiempo surgen otras formas de pública penitencia, como eran las peregrinaciones penitenciales, bien por voto personal voluntario, bien como pena canónica. El sentido de conversión que lleva en sí el concepto cristiano y la práctica de la penitencia, está todavía tan en lo íntimo de aquella cristiandad medieval, que, por piadosa costumbre, los moribundos, antes de recibir los últimos sacramentos, era vestidos de sayal o saco para morir como penitentes; este uso fue seguido también por los reyes; recuérdese la muerte del Santo Rey Fernando III en Sevilla.
Hermanos de Sangre y hermanos de Luz.
Cuando tiempo adelante surgen los grupos o asociaciones de carácter penitencial, adoptan, como señal de su arrepentimiento y conversión, el tipo de vestidura tradicionalmente tenido como propio de penitentes. Es sabido que estos penitentes, además de la oración y el ayuno, practicaban, casi sin excepción, la flagelación o disciplina de sangre en comunidad, ya en privado, ya en procesiones públicas, y naturalmente, adaptan tales vestidos a su intención y propósito.
La vestidura penitencial de los antiguos disciplinantes era una túnica, no talar sino algo corta, de basto lienzo crudo, con cuerpo abierto a la espalda o al pecho, que, desabrochado, podía dejarse caer pendiente del cinto al tiempo de flagelarse. La túnica ceñíase a la cintura con una soga de esparto, que antes se pasaba por el cuello y se anudaba ante el pecho. Todos los flagelantes iban, con raras excepciones, descalzos de pie y pierna, comúnmente se cubrían cabeza y rostro con capirote romo de la misma tela de la túnica; ya en el siglo XVI solían llevar capirote alto armado con papelón.
Cofradia de Nuestra Señora de los Ángeles. Capilla de los Ángeles.
Las disciplinas consistían en un hacecillo de ocho o diez ramales de cuerda de cáñamo, bien trenzado en su empuñadura; cada ramal en su punta, que era trenzada y por ello algo más gruesa, llevaba ensartada y fija la roseta o carretilla metálica con puntas hirientes. Otras disciplinas más sencillas y modestas, en lugar de rosetas o carretillas, llevaban tabas. Las había también con carretillas de plata, y otras de cadenicas de hierro o acero con roseta de lo mismo.
Oir misa todos los domingos y ferias de cuaresma, con sus largos sermones homiléticos de más de dos horas, amén de abstinencia, ayuno, severidad y silencio, daban carácter a la vida cotidiana durante la cuaresma en el Otoño de la Edad Media; además, la flagelación en procesiones públicas de hombres ponía la nota de rigor y crudeza.
Fostigarás tus carnes con santa desciplina,
Averte ha Dios merced e saldrás d´aquí ayna.
En la Sevilla de aquello tiempos, los viernes de cuaresma y los días de semana santa, los disciplinantes hacían sus procesiones penitenciales, visitando cinco o más iglesias, cercanas más o menos a la collación de su residencia. Oían primero larga plática, muy circunstanciada según la piadosa acción que iban a cumplir; a seguido, salían en dos filas, guardadas las distancia para no estorbarse unos a otros en el revolear de las disciplinas, e iban despacio y casi como a compás, tundiéndose las espaldas. Solía acompañar un coro que semitonaba los salmos penitenciales o las letanías de los santos; cerraba la procesión un sacerdote que, con humeral morado, llevaba en alto un crucifijo de mediano porte, y a uno y otro lado clerizones con hachas.
Cofradía del Santísimo Cristo del Buen Fin. Iglesia de San Antonio de Padua.
Hacíanse estas procesiones por la tarde, y venían a durar tres o cuatro horas, según las iglesias visitadas; el regreso a sus iglesias solía ocurrir al lubricán y a boca de noche; el rasgar de las disciplinas el aire y su chasquido en las espaldas sanguinolentas, hacen e imponen silencio hasta en los más duros y en los dados al jolgorio. Entrados, después de las preces finales, se hacía el lavatorio con vino y aguas confesionados.
Pronto, en las mismas hermandades de disciplinantes hubo hermanos que no se disciplinaban, que habían optado por otros modos de penitencia menos ostentosos, más discretos; fueron estos los hermanos de luz, llamados así para distinguirlos de los flagelantes, hermanos de sangre; los hermanos de luz llevaban en la procesión un hachón encendido: aunque en la procesión los hermanos de Luz iban intercalados, por tramos, entre los disciplinantes, su función no era alumbrar; el cirio encendido en manos de los penitentes, entonces como ahora, tiene la significación de la luz de Cristo, lo mismo que en la liturgia pascual el cirio con su llama.
Nazareno de la Cofradía de la Universidad.
Nazarenos de la Cofradía de la Macarena.
Los nuevos penitentes.
Todo cambio de criterios y actitudes en lo religioso, más aún, por su transcendencia, el renovado concepto de la penitencia que viven las huevas hermandades, tienen su reflejo, más o menos inmediato, en la forma de comportamiento. No obstante, estos cambios, aunque substanciales, en modo alguno causaron un total rechazo de las viejas tradiciones de raíz medieval; persisten la práctica de la flagelación y los hermanos de sangre, pero decrecientes en número, mientras por el contrario, aumentan el de los hermanos de luz.
Estas y otras causas concominantes, como son las costumbres sociales y hasta militares -no en sí religiosas- influyeron en el modo y estilo de las procesiones penitenciales, que desfilan con severa tristeza luctuosa, acentuada por el ronco son lamentoso de la trompeta destemplada, los colores negro y morado de las enseñas y las luengas colas de los penitentes arrastradas por los suelos. Todas esta circunstancias contribuyen a la aparición o creación de un nuevo tipo de vestiduras penitencial, que con las variantes y cambios sufridos a través de los tiempos, más de cuatro siglos, han llegado hasta ahora.
Cofradía del Sagrado Prendimiento. Capilla de la calle Orfila.
La nueva vestidura penitencial, si bien se mira, no tiene tanto de nueva; de hecho, se asume, o mejor dicho, se retiene todo aquello reconocido y aceptado de siempre como propia expresión de penitencia: severidad y extremada sencillez en el corte y traza de las vestiduras, pobreza y bastedad de las telas, uso de la soga de esparto, más o menos gruesa y burda, como cíngulo y aún al cuello; cabeza y rostro cubiertos con capirotes, en todas sus variantes; descalcez de pie y piernas, o calzado con pobre alpargata morisca.
Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, a su salida de la parroquia del Salvador.
En cuanto al corte y estilo de la túnica es evidente la influencia de la loba, en la Baja Edad Media prenda propia de nobles, clérigos y letrados, que luego, en paño negro, fue usual como prenda de luto, y desde 1502, la loba de paño negro, cerrada y con larga falda o cola, prenda de uso obligado en los lutos más rigurosos, y en los lutos oficiales por los reyes y personas reales. Comprenderemos la longura de las colas de nuestros nazarenos si recordamos que, en los lutos de aquel tiempo, la loba cerrada y su mayor o menor longitud de falda o cola, era señal de mayor o menor sentimiento y dolor.
La loba con maneras, es decir, con aberturas laterales por donde sacar las manos, y de más larga cola, fue sin duda, el tipo de prenda elegida para su adaptación a vestidura penitencial; complemento propio de la loba de luto era el capirote, capuchón que cubría la cabeza y se calaba hasta los ojos.
Cofradía del Santísimo Cristo de la Salud. Parroquia de San Bernardo.
Así surge en el siglo XVI la vestidura penitencial de los nazarenos, que, con los cambios y variaciones sufridas a través del tiempo -más de cuatro siglos- ha llegado has ahora.
En líneas generales, la vestidura vino a formarse así: túnica de amplio vuelo,con falda o cola, que arrancaba y salía con toda la anchura de la mitad del vuelo de la túnica; mangas de corte muy simple, redonda y totalmente lisa; al cinto, soga o cuerda de esparto, más o menos gruesa y basta, que se ceñía con una o varias vueltas a la cintura, a veces pasándola antes por el cuello; capìrote romo, o algo más alto y armado de papelón. Quede claro que este cambio de indumentaria penitencial no se produjo de súbito ni de una sola vez, pero si en corto tiempo. Estas nuevas vestiduras, las establecía cada hermandad según su propia tradición para sus hermanos de luz, ya que los de sangre siguieron con sus acostumbradas vestiduras.
Nazareno de la Cofradía del Patrocinio.
Si deseas ver otros temas sobre la Semana Santa de Sevilla, por favor, haz clic: AQUÍ.
Dipinti davvero speciali, che fanno parte di un'era indimenticabile, che ha lasciato avvincenti tracce.
ResponderEliminarBuon fine settimana e un saluto
Muy interesante y entretenido el artículo, buenisimas las fotografias, besos y buen fin de semana.
ResponderEliminarLos pasos y sus portantes. Todo un mundo.
ResponderEliminarUn abrazo.
En tu blog nos revelas historias interesantes de tu tierra a través de fotos antiguas y de ilustraciones de tu propia colección, lo cual lo hace doblemente interesante.
ResponderEliminarSaludos y Feliz Semana Santa (esperemos que no llueve)
Tutti questi dipinti devono essere stati un dono speciale e prezioso, in quanto testimonianze di un passato lontano. Un saluto.
ResponderEliminarLas imágenes están llenas de poder y son además muy originales si las comparamos con otras dedicadas a la Semana Santa. Es impactante que después de cuatro siglos se siga manteniendo la tradición.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, estimado, Manuel.
Lograste una impactante composición, tus impecables textos y las ilustrativas pinturas se apoyan mutuamente. Muchas gracias además por compartirlas, Manuel... Otra entrada para el recuerdo.
ResponderEliminarAbrazo sin sombrero!!
Hi Manuel!
ResponderEliminarManuel, your post is great! Lots of interesting information and complementary photos. You are a very good teacher about your country.
Manuel, I salute you!
¡Que recuerdos!
ResponderEliminarMi padre también los coleccionó.
Ya mismo los tenemos en las calles de la ciudad.
Espero que paséis una muy feliz Semana Santa.
Besitos
Interesante historia de la vestimenta de los penitentes a lo largo de los siglos. Hoy como bien nos dices son mayoría los hermanos de luz sobre los de sangre, de estos últimos aun quedan algún pequeño grupo residual.
ResponderEliminarConserva esas laminas de las que creo ya queden pocas.
Saludos.
Buen reportaje para las fechas que se avecina.
ResponderEliminarUn abrazo.
What a wonderful gift. I am sure you treasure them.
ResponderEliminarQue lujo tener esas láminas de los Nazarenos de Hohenleiter. Son magníficas y tienen una fuerza expresiva enorme, definen por si mismas el sentimiento sevillano de la Semana Santa. Otro lujo es leer tus entradas,siempre perfectamente documentadas.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusto conocer y aprender sobre las cofradías . Te mando un beso.
ResponderEliminarLas costumbres antiguas son interesantes, Manuel. ¿Recibiste alguna postal en Australia? ¡Excelente! Tengo un poco de miedo de mirar estas postales.
ResponderEliminarConsidero de inmenso valor tener esas láminas. Tu reportaje es buenísimo y la información sobre las cofradías es muy interesante.
ResponderEliminarSeguir con la tradición me parece fantástico.
Un fuerte abrazo.
¡Hola, Manuel! Hace cuarenta años no te podías imaginar, que estas bonitas láminas, ibas a tener la oportunidad, de compartirlas en algo llamado blog, que estaría ubicado en un espacio denominado internet. ¡Cuánto ha cambiado el mundo!
ResponderEliminarEspero que el tiempo de Semana Santa te resulte gratificante, y que no sientas que el turismo te invade. Bstes.
Fantástica coleção de gravuras, excelentemente acompanhadas das devidas informações.
ResponderEliminarUma oferta preciosa recebida à tantos anos atrás.
Um grande abraço
Una bella composicón de historia y fotos de esas imágenes que saben a dolor, a encuentro con el Salvador, que aquel que lo vivió , lo ha vive y lo vivirá sabrá de la grandeza de espíritu que ha obtenido en esa entrega tan singular...
ResponderEliminarsabía de esas cofradías , impresiona las de sangre ...lo que refrenda la Pasión del Señor , me impresionó también como en algunas sale muy bien ilustrado el Nazareno ...caminando eterno ese Viacrucis.
Estés muy bien.
Tengas un gran domingo de Ramos.
Buena colección de imágenes de nazarenos, muy oportuna ahora que estamos en Semana Santa.
ResponderEliminarNo sé si tendrás alguna de La Paz, pero esta es una cofradía relativamente moderna.
Abrazos!
Os deseo una bella Semana Santa.
ResponderEliminarQue el tiempo permita que todo salga bien.
Un abrazo fuerte, Manuel.
Extraordinaria entrada. En La Rioja, en el pueblo de San Vicente, tenemos a los "picaos" que son penitentes con la cabeza tapada y la espalda al aire y se van azotando durante las procesiones haciéndose sangrar, es todo un espectáculo al que acude mucha gente, por mi parte me he negado a verlo, no me agrada ver cómo se azotan de esa forma tan cruel. Saludos
ResponderEliminarHola amigo Manuel, mucho tiempo lejos de las pistas, hasta que he vuelto. No sé si me quedo, pero paso a saludarte.
ResponderEliminarUn abrazo
♥♥Querido amigo♥♥
ResponderEliminarTe felicito por tu post, las fotografías preciosas y el valor de esas láminas no tienen precio.
Contigo aprendo algo nuevo cada vez que te visito, gracias
Que la Semana Santa sea una bendición para ti y toda tu familia.
Que la luz de la Semana Santa ilumine nuestros corazones y nos guíe hacia la paz y la serenidad.
Abrazos y te dejo un besito
*♥♫♥**♥♫♥**♥♫♥*--*♥♫♥**♥*
Auténticas obras de arte amigo Manuel, no hay nada mas que ver la exquisitez del trazo y los detalles en todas sus pinturas, imagino que las guardarás como oro en paño, son de esas cosas que uno las aprecia toda la vida, acompañadas además de tus explicaciones sobre los diferentes pasos cofrades de esta semana santa sevillana ha quedado genial.
ResponderEliminarFeliz semana santa.
Un fuerte abrazo
Madre mía, un reportaje genial Manuel, me ha encantado. Gracias y besos.
ResponderEliminar¡Pero que maravilla de láminas, Manuel!
ResponderEliminarUn verdadero tesoro.
Además de contar la historia de la vestimenta y los penitentes a través de los siglos.
He vivido la Semana Santa Sevillana largos años y he disfrutado mucho.
Me gustaría volver algún año antes de que me haga muy mayor y no pueda hacerlo.
Gracias por tanto querido amigo.
Extraordinario recorrido por las cofradías Manuel. Las ilustraciones son preciosas. 😍 Feliz tarde 😘
ResponderEliminarHola Manuel.. Me daban mucho miedo de pequeña jaja.. Cuando oía la palabra procesión se me ponían los pelos de punta... Muy bonitas las ilustraciones... Que pases una buena Semana Santa...
ResponderEliminar¡Qué tesoros, estos grabados!
ResponderEliminarEs una gran bendición que lo hayas recibido, porque nos permitiste compartirlo.
Muchas gracias querido Manuel.
Un cordial saludo de Viola.
Un precioso regalo Manuel que te agradezco compartas con nosotros.
ResponderEliminarY una perfecta descripción por tu parte, que clarifica mucho mejor estas láminas de pinturas muy propias de Semana Santa.
Deseo disfrutes estos días tan entrañables en Sevilla y con tanta tradición.
Un fuerte abrazo.
Adoro i nazareni, avrei dovuto farci un post anch'io, non bello quanto il tuo, ma ho dovuto rimandare.
ResponderEliminarTantissimi auguri amico mio, lieta Pasqua a te e famiglia!
Boa tarde. Independentemente da sua publicação didática que classifico de sublime, passo a fim de deixar expressos os meus votos:
ResponderEliminar.
“” De uma Feliz e Santa Páscoa, extensivos à sua família e amizades.““
.
Dear Manuel, I wish you a joyful Easter!
ResponderEliminarI wish you good health, much joy, all prosperity and the Blessing and protection of the Risen Lord Jesus!!!
Best wishes to you and your family!!!