La "Torre de la Cita", en Sevilla.

Tradiciones y leyendas sevillanas.  (III)

"La Torre de la Cita". 
Don Pedro I de Castilla, y doña María de Padilla.

Sabido es que don Pedro I de Castilla, era muy dado a las mujeres, tanto como a las armas. Para las conquistas femeninas, si no miente la Historia, acusó destreza singular, que emparejó con su destreza guerrera...La vida de don Pedro el cruel, como le llamaba el pueblo -absorto en la manera excepcional que tenía de hacer justicia, entre nobles y caballeros, y aún en su propio hermano bastardo, don Fadrique-, se hallaba esmaltado de aventuras femeninas, y todas las hazañas belicosas del rey -carácter vengativo, que no se paraba ante ningún obstáculo- parecen impregnada de un halo pasional... de efluvios de morbosa sensualidad.

Se conoce que a don Pedro, le placía endulzar las horas grises o amargas de la vida cortesana, con las mieles del galanteo gentil, rendido a modo de pleitesía, ante la hermosura y bellezas femeninas...

El Alcázar de Sevilla con sus jardines de misterio, que se enjoyan como una maravilla de la Naturaleza, en época primaveral, evoca tradiciones y leyendas a las que se engarza, a través del horizonte remoto del tiempo viejo, el nombre de don Pedro  el cruel, que parecía escoger el palacio, que el mismo mandara edificar, para aquietar su espíritu guerrero en un oasis de paz propicio, a sus aficiones galantes...

La famosa Torre de la Cita, donde se supone que se veían de noche don Pedro I, y doña María de Padilla, en 1930.

El Alcázar de Sevillano tiene tradiciones y leyendas de aquél tiempo, y una de las más interesantes es, la que se refiere a la famosa Torre de la Cita.

Dice la tradición que cuando daban las doce, en la Giralda, y sonaba la hora de la queda -hora de sombras y misterios nocturnos-, Don Pedro el cruel se envolvía en amplia y rameada capa, y salía del Alcázar, para darse a sus conquistas y devaneos, volviendo al cabo de unas horas, al Palacio, y entrando en los jardines por una puerta que existe en los históricos y morunos callejones, del antiguo barrio de la Judería.

Los morunos callejones del Alcázar. Al fondo, el arco por el que penetraba don Pedro, para visitar a la de Padilla.

Entonces se dirigía a una torre que existe, junto a las tapias de la Huerta, cerca de la Puerta Nueva, en la que tenía cita casi todas las noches, con su hermosísima favorita, doña María de Padilla.

Una noche, el joven caballero don Lope Meléndez de Haro, de la alta servidumbre del Rey, de Castilla, recorría los solitarios jardines del Alcázar, cuando de improviso vio la silueta gentil de una dama, que se envolvía con un velo, y si no pudo ver su rostro, adivinó al punto, la hermosura de la desconocida, que tenía un aire noble y distinguido, en sus maneras personales...

La Giralda de Sevilla en la hora de la queda.

Antes de llegar a la Torre de la Cita, la dama se detuvo y suplicó a don Lope, que se retirase para que no pudiera verla otro caballero que la perseguía, y le ofreció que al día siguiente tendría con él, una afectuosa entrevista.

El joven don Lope, atendió el requerimiento de la dama, y se retiró, más al llegar a una de las encrucijadas del jardín, tropezó con un embozado, al que trato de cortarle el paso, obligándole a que retrocediese..... Salieron los aceros a relucir, trabándose los dos hombre en pelea enconada. Al embozado se le cayó la capa, y entonce el joven don Lope, pudo distinguir en su adversario, al rey don Pedro el cruel; pero ya era tarde, porque don Lope, atravesado su pecho, por una certera estocada, caía mortalmente herido...

Don Pedro el cruel, huyó presuroso, refugiándose en la torre, donde le esperaban los brazos cariciosos de doña María de Padilla.

Galería que da entrada a los suntuosos baños, de doña María de Padilla.

Al día siguiente fue hallado en los jardines del Alcázar, el cadáver del caballero don Lope, y nadie supo quien lo mató... Y cuenta también la tradición, que en cada aniversario del episodio que evoca este sucedido histórico -que el tiempo ha envuelto en los cendales de la leyenda-, se aparecía la sombra de una dama que levantando los brazos al cielo, implorante, impetraba oraciones, por el alma del caballero muerto.

Camino próximo a la Torre de la Cita, en los jardines del Alcázar, donde cuenta la tradición que don Pedro I, mató al joven don Lope.

Esta es una de las leyendas del Alcázar sevillano, que ha consagrado la tradición... la Historia, testigo mudo de los acontecimientos de la vida, sabrá si el episodio fue cierto, o solo vivió en la imaginación ardorosa de las muchedumbres populares, que ahora, como antaño, gustaron de sazonar la vida, de intrigas y de pasiones de los medios nobles y cortesanos, con la pimienta de su intención, aguda o mordaz, y siempre inspirada en el afán de extremar los vicios sociales de arriba, poniéndolos en contraste, con las virtudes del pueblo llano...

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