Pabellón de Marruecos, en la Exposición Iberoamericana, de Sevilla.

Pabellón de Marruecos en la Exposición Iberoamericana de 1929, en Sevilla.

Esta preciosa imagen de Abril de 1927, corresponde al día en que el contratista entregó al Comité de Marruecos de dicha Exposición, el edificio totalmente terminado, tan solo a falta de la decoración interior. Hay un detalle también en esta imagen a tener en cuenta, que es, ese pequeño jardín a pie del alminar, donde poco después se edificó la Alcaicería. Observen el abundante tráfico que hubo, ya que fue ese día de puertas abiertas; así, como también se observa en la imagen, la cantidad de buques a vapor que hay atracados, en el último tramo, en dirección a Sanlúcar, del muelle de las Delicias.

Imagen de Enero de 1929, cuatro meses antes de la inauguración oficial de la Exposición Iberoamericana, S. M. el Rey y su comitiva saludan al ministro jalifiano Ben-Huna, organizador del pabellón marroquí, en una visita que hicieron a dicho pabellón.

Pabellón Oficial de Marruecos, en la Exposición Iberoamericana.

El Pabellón de Marruecos en su traza exterior asemeja una mezquita árabe, obra arquitectónica de los reputados artistas de Tetuán, señores Leskura y Bertuchi.

En su interior se podía admirar la exquisitez y riqueza de su decoración, labor que llevaron a cabo reputados artífices moros de la Escuela de Artes y Oficios de Tetuán, que dejaron la más bella muestra de sus fantasías artísticas.

Los artesonados o tallado de sus mosaicos, la decoración de azulejos, yesería y maderas talladas del patio central del edificio, eran verdaderamente excepcional.

Una placa incrustada en una pared exterior del patio árabe, dice el nombre del arquitecto de este Pabellón, el cual no es otro que el señor Leskura, Director de la Escuela de Artes y Oficios, de Tetuán.

Maestros tallistas y sus aprendices de la Escuela de Artes y Oficios, de Tetuán, tallando maderas para el Pabellón de Marruecos, en Sevilla.

Mohamed el Hixu, en la Escuela de Artes y Oficios, con sus discípulos de tracería y policromado de madera.

La elegante silueta de su alminar, parece empinarse para contemplar con creciente asombro, con admiración perenne, la torre inmortal de la Giralda Mora y las otras giraldas contemporáneas que Sevilla debe al genio de Anibal González. La cúpula que se alza en uno de los ángulos también es de santuario, y de palacio, es la distribución y el decorado interior.  

Este edificio poseía varias habitaciones destinadas a exposición de productos de la industria marroquí: cueros labrados, sedas y tapices de Xauen y Alcazarquivir; faroles y trabajos en metal, plata, vidrieras y cerámicas.

Se halla situado en la avenida de Moliní, y uno de sus salones estaba destinado a exposición de gráficos o notas panorámicas de las diversas ciudades y paisajes del protectorado español.

El "Patio Árabe" del Pabellón de Marruecos.

Este patio es indudablemente la obra maestra del pabellón. Un cuadrado de doce por doce metros, con dos salas para exposición, a la izquierda, otras dos; enfrente, y la puerta que da al salón moro; a cada uno de los lados de esta puerta, hay una ventana rejada. Pendientes de cúpulas hechas de estalactitas, en cada uno de los ángulos del patio, una farola; en el centro, otra farola mayor, que mide 0,90 metros. En medio del patio, la taza de mármol de una fuente, y alrededor de la taza, y en un cuadrado, cuyos ángulos vienen a coincidir en las cuatro columnas interiores, soleria de mármol con faja de azulejos morunos. Son tales los detalles principales tanto del patio árabe como del resto del Pabellón, que habría que enumerarlos, y necesitaría además, varias entradas para ello; tarea imposible por falta de tiempo, así que les dejo esta pocas fotografías, para que se hagan una idea de la belleza del mismo.

Detalle del cornisamento del patio, todo de cedro tallado.

Fuente central de mármol.

Ventana con reja de estilo marroquí, con marco y tímpano de madera tallada, dorada y policromada, y friso de alicatado árabe, típicamente marroquí.

Galería.

Detalle del portaje tallado, dorado y policromado por artistas de la Escuela de Artes y Oficios, de Tetuán.

Si pasamos del conjunto, al detalle, se observa que los frisos maravillosamente tallados del pabellón, están trabajados en  cedro de Ketama, cuyo fino olor aún se conserva; que el mosaico es el tetuaní resucitado cuando ya se le creía desaparecidos para siempre; que las tejas y los faroles con sus calados deliciosos y complicados, son marroquíes, como las alfombras que alhajan los salones, como los mármoles de las fuentes y como toda la construcción que el protectorado la buscó, y los autores de ellas hicieron una reproducción fidelísima del viejo imperio xerifiano, y más concretamente de Tetuán, capital de la zona española.

El Pabellón es, pues, un resumen de lo que era Marruecos y más aún de la obra de España en su protectorado.

Salón de artesanía e industria.

Salón principal.

Techo del salón dedicado a productos artísticos de la zona.

Techo de uno de los salones.

En primer término, la puerta del patio de los bazares, en el centro junto a la torre, la puerta principal del Pabellón, y al fondo, la puerta de La Alcaicería.

Puerta de acceso a la Alcaicería.

Cada una de las dos grandes puertas laterales que se aprecian en la fachada, dan acceso a espacios descubiertos, en uno de los cuales fueron instalados bazares y un café moruno, y en el otro la Alcaicería. Los bazares eran también copias exactas de los típicos de las ciudades marroquíes, y en ellos se exponían los productos de la industria indígena, productos que no se sabía si calificar de artesanos o de artistas, donde el artífice inteligente tetuaní daba remate a la vista del público de esos trabajos afiligranados, que constituían  la admiración de propios y extraños.

En los Bakalitos construidos en la Alcaicería, se establecieron comerciantes marroquíes, que allí fabricaban, exponían o vendían, los productos de su especialidad; en muchos de ellos se daban degustaciones gratis. La Alcaiceria era un trozo del barrio comercial de la Sueka, o más propiamente de Guerza Keira.

La Alcaicería, en la Exposición Iberoamericana, de Sevilla.

El Director General de Marruecos y Colonias, D. Diego Saavedra, durante su visita al Pabellón Marroquí, de la Exposición Iberoamericana.

Fuentes: Bibliografía y archivo particular.

El Pabellón de Marruecos, en la actualidad. 

(Si hacen clic sobre las imágenes, las pueden ver ampliadas)

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