Santiponce (Sevilla).
Santiponce es un pequeño pueblo situado a 9 kilómetros de Sevilla, en la carretera de esta capital a Mérida; se asienta en un llano a 13 metros sobre el nivel del mar, y está regado por el río Huelva, y tenía como entidades agregadas a Línea del Calba, Ruinas de Itálica y Anfiteatro.
Su origen parece posterior al siglo XIII, pues no exístía, como pueblo, cuando en 1298 se mandó construir el famoso Monasterio. Es cierto que en sus inmediaciones existió otro pueblo llamado Isla de Hierro, en las márgenes del Guadalquivir, que azotado siempre por sus tremendas avenidas terminó por sucumbir -1595 a 1603-, pero es indudable también que los que huyeron de aquellas inundaciones constituyeron los primeros pobladores de éste, al acogerse al Monasterio -que les donó 60 casas- y a la Corona, que les concedió el título de Villazgo. Sus edificaciones se asentaron sobre los terrenos llamados Talca y Sevilla la vieja.
Su primitivo nombre procede de San Geroncio, primitivo mártir de la fe cristiana, que padeció martirio en las cárceles de Itálica, de la que fue obispo. De aquí derivan, por afinidad, Sancti Gerontii, Santioronci, e incluso Sanctiponce, si bien este último proviene, más bien, del abreviado Santipons, de la Carta Privilegio concedida por fernando IV al héroe de Tarifa, en 1298, para levantar el templo para su enterramiento: "Et que le podades adoptar é heredar de vuestros bienes é de vuestros heredamientos assi de los de Santipons como quien quier que voz háyades...".
Pero si a Santiponce no le bastara con ser cuna de este primer mártir de la iglesia de Cristo, para ocupar un lugar en la historia de este país, lo sería por la monumental fundación de la Abadía de San Isidoro del Campo, ya que en ella tuvieron origen las célebres Academias Isidorianas, en donde se escribieron las páginas de ese portento científico literario, Etimología de San Isidoro. y del que ya les hablaré en otra ocasión.
Fábrica del Glandario o "café de Salud".
En el ex-monaterio de San Isidoro del Campo, en Santiponce (Sevilla), los Sres. Esteban Martínes y Cía. en 1894, establecieron una fábrica de producto Glandario, llamado vulgarmente "Café de salud".
Torrefacción, molienda y clasificación de cereales.
El producto glandario era un similar del café; más nutritivo, más tónico, nada excitante y del mismo aspecto, que se preparaba lo mismo que éste; costaba tres veces menos, y al mismo tiempo que las eminencias médicas de todos los países en esa época condenaban el uso del café como perjudicial para la salud, la Academia de Medicina de Madrid, después de haber examinado el producto glandario, ha informado en términos que el Gobierno de S. M, por Real orden de 12 de Diciembre de 1893, la autorización para la venta de este producto.
Molturación de la bellota tostada.
El uso del glandario se había generalizado tanto en Europa, que la industria de su fabricación era en algunas partes importantísima. Solo la fábrica de Heinr Franch (Alemania) producía 500.000 quintales al año, y daba trabajo a 1800 obreros y tenía 170 máquinas.
Esta fundada en Sevilla, fue la primera que se estableció en España.
Empaquetado y embalaje.
Típico rincón en la plaza de San Geroncio.
Vista parcial de la calle Romero Velázquez.
Casas Consistoriales de la villa.
Fuentes: Bibliografía y archivo particular. Protegido por derechos de autor.
En esta ocasión, además de compartir con ustedes alguna fotografías actuales para que les sirvan de comparativas con las antiguas, me he decidido también a rescatar de mi archivo particular algunas otras tomadas por mi hace 45 años, y que espero sean de su agrado.
Fotografías recientes, tomadas el 25 de Abril de 2025.


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Lindas fotos de la virgen. te mando un beso
ResponderEliminarIl brano offre un ritratto vivido e affascinante di Santiponce, intrecciando storia, tradizione religiosa e memoria industriale, e trasformando il racconto della città e della sua abbazia in un viaggio nel tempo ricco di curiosità e suggestioni culturali.
ResponderEliminarBuon fine settimana
È sempre bello vedere le vecchie foto o le cartoline.
ResponderEliminarQuello che adoro poi di più è confrontare lo stesso luogo ieri/oggi
Manuel, tu post “Fotos y postales antiguas de Santiponce (Sevilla)” nos regala mucho más que recuerdos: las imágenes que rescatas y los textos que las acompañan son auténticas ventanas al pasado. Gracias a tu labor podemos recorrer calles, plazas y rincones que cobran vida de nuevo, y descubrir esa historia que tantos desconocemos y que tanto nos gusta leer y conocer. Tu esfuerzo por mantener viva la memoria de Santiponce es un verdadero servicio cultural que merece todo nuestro reconocimiento.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Manuel, interesting information and the accompanying photos. I read your post carefully.
ResponderEliminarManuel, my friend, greetings from Poland, where winter unfortunately attacked today :(
Tu información siempre es un tesoro.
ResponderEliminarFantásticas imágenes.
¡Cuántas cosas bonitas e interesantes tiene Sevilla!!.
Un fuerte abrazo.
Feliz fin de semana.
Nos has dejado unas reseñas históricas y graficas de esa localidad sevillana, que ha juzgar por las fotos antiguas y nuevas lo único que ha cambiado es la falta de barro de las calles.
ResponderEliminarSaludos.
Uma interessante viagem pelo passado e presente da cidade de Santiponce.
ResponderEliminarA história e cultura, estão sempre presentes nos seus brilhante artigos, através das informações, postais e fotografias.
Um grande abraço
Uno de los grandes pueblos del área metropolitana.
ResponderEliminarMe encanta ir a Itálica....es viajar en el tiempo a solo unos kilómetros de casa....y después comer en el Ventorrillo Canario😉
Besitos
Manuel, qué entrada tan completa y llena de sorpresas. Me ha fascinado especialmente el capítulo del “Glandario” o “café de salud” fabricado en el propio monasterio de San Isidoro del Campo. ¡Quién iba a imaginar que en 1894, justo en esas dependencias góticas-mudéjares, se instaló la primera fábrica española de sucedáneo de café hecho con bellota tostada! Y encima con Real Orden y beneplácito de la Academia de Medicina… Todo un ejemplo de cómo la necesidad agudiza el ingenio y cómo un producto nacido de la escasez terminó exportándose por media Europa. Las fotos de la torrefacción, la molturación y el empaquetado dentro del claustro son auténticos documentos históricos; hoy sería impensable semejante reconversión industrial de un monumento. Y luego el contraste brutal: pasar de esas máquinas de vapor del siglo XIX a las procesiones del Rosario del 78 o la Semana Santa del 81 que tú mismo fotografiaste… y después saltar al 2025 con las imágenes actuales. En apenas un post has condensado ocho siglos de historia de Santiponce en tu texto y fotografías. Por cierto, la torre sur del monasterio sigue imponente, pero ya no huele a bellota tostada… aunque quién sabe, igual algún día resucitan la receta del glandario como producto gourmet, y vuelve a funcionar la fábrica. Gracias de verdad por este viaje tan instructivo y tan bien documentado.
ResponderEliminarUn abrazo grande y buen fin de semana.
Es como vivirlo en primera fila. Gran reportaje, Manuel!
ResponderEliminarUn abrazo.
Desde tiempos remotos el trabajo del hombre engrandece la historia...
ResponderEliminarque bien que se conserva todo eso...
Las iglesias antiguas es bueno que nunca pierdan ese donaire ancestral.
un reportaje muy completo.
Magnífico informe, Manuel. Tanto trabajo, tanto que agradecerte, Admirable Cronista... Preservas la cultura y el ayer, por lo tanto la historia. Una vez más debo felicitarte.
ResponderEliminarAbrazo de corazón!!
Fascinating post and beautiful photos, Manuel!
ResponderEliminarSiempre fantásticas tus fotos y tus historias
ResponderEliminarPaz
Isaac
Bueno, las construcciones religiosas han servido para otros menesteres, cuando por alguna razón, la orden que la usaba, la abandona como la que dio paso a la producción de este hermano del café: el glandario. Cuánta información en esta entrada valiosa.
ResponderEliminarUn abrazo
Carlos
Manuel, se me quedaba una pregunta importante: se sigue produciendo el glandario en España?
ResponderEliminarHola Manuel.
ResponderEliminarFantástico. La teoría magnífica y esas maravillosa fotografías que aportan una gran información, tanto las antiguas en gris y las de color. Gran trabajo de historia.
Un abrazo.
Mónica
Hoy tocaba Santiponce, un pueblo que no oí nombrar teniendo su importancia como bien se demuestra en esta espléndida crónica que hoy nos dejas leer y gozar. Las fotos, la historia, tu manera de relatarnos informaciones importantes que lo sustentan y dan valor histórico.
ResponderEliminarUna artículo más para guardar en el álbum de las emociones que tus escritos generan, amigo Manuel.
Un fuerte abrazo y buen comienzo de semana. .
¿Cuánto de todos eso se conservará hoy? Es fascinante observar los lugares y saber gracias a ti los usos y costumbres. Gracias por ilustrarnos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Manuel, que entrada más bonita e interesante con tanta historia de este lugar, del cual no había escuchado nunca su nombre.
ResponderEliminarLas fotografías como siempre muy hermosas. Las antiguas son mis preferidas, me trasladan a una época no conocida y me hace ilusión.
Un gran abrazo, y que tengas una buena semana.
Buen día Manuel. En esta ocasión, además de conocer la historia de Santiponce aprendí sobre el "Glandario".No tenía idea de su existencia, ni siquiera conocía ese nombre.
ResponderEliminarY, como para que todo "quede redondito" esas estupendas fotos, de diferentes tiempos, que me encantaron.
Va mi abrazo
¡Que tengas una gran semana!
Vuelvo a darte gracias por tan buenos reportajes.,interesante y precioso. Besos.
ResponderEliminarExcelente post Manuel, esas imágenes parecen contarnos historias, no conocía este pueblo, no había hablado de él.
ResponderEliminarEn tu reportaje está el pasado y presente, genial.
Feliz semana.
Un abrazo
Hola Manuel. En conjunto, tu post me ha parecido muy ameno, lleno de curiosidades y con un gran valor sentimental e histórico. Me ha ayudado a mirar Santiponce con otros ojos, apreciando su pasado y entendiendo mejor su identidad. Muestras detalles que no suelen aparecer en las explicaciones más comunes y que dan una visión mucho más humana del origen del municipio. Ha sido una lectura muy interesante complementada con tu amplia galería de imágenes. Un abrazo
ResponderEliminarEstuve en Santiponce varias veces visitando el Conjunto Arqueológico de Itálica y el pueblo. En mi peregrinar por los pueblos andaluces disfruté mucho. Hoy, los llevo en mi recuerdo como algo preciado.
ResponderEliminarCon mis visitas a este rinconcito tuyo voy enriqueciéndome más y más.
Que interesante lo del "Glandario" o "Café de Salud.
Magníficas las fotografías antiguas y nuevas.
He podido perderme por sus calles a través de ellas.
Muchas gracias amigo, Manuel.
Un abrazo.
Excelente entrada amigo, interesantisima como siempre y bien documentada, saludos.
ResponderEliminarOi Manoel,
ResponderEliminarAs imagens são bem interessantes, pois assim
dá pra conhecer outros modos de como se vivia ou vive.
Então... sobre o seu comentário sobre as casas de madeira,
aqui no Brasil também temos esses problemas tem estados do Brasil que o calor
é insuportável, aqui no meu estado no verão a casa já atingiu 44 graus.
Aqui no inverno é super frio e no auge do verão é super quente; tem gente que prefere
por aqui casa de alvenaria por ser mais fresca, no Norte do Brasil ainda se constrói
casa de barro, mas aqui no sul do Brasil tem bastante casa de madeira pois nesta
região além dos povos indígenas que já habitavam a colonização Alemã
foi bem forte, junto veio a técnica de se trabalhar com a madeira. A minha casa em termos
de construção e a madeira usada é o estilo mais simples. O problema são as manutenções
que uma casa de madeira exige, seja a madeira boa, tratada ou não. Mas todas as casas
dilatam nas estações do ano umas menos outras mais. Sei que não precisava de toda essa informação
mas eu queria te visitar, trocando informações, kk.
Continuação de uma boa semana.
He estado varias veces en este lugar pero siempre para ir al Conjunto Arqueológico. Realmente, Santiponce lo desconozco... Buen estudio el que nos has brindado, amigo.
ResponderEliminarUn abrazo