Biografía Taurina
(Tercera parte)
Joaquín Rodríguez, "Costillares".
Nació en el barrio de San Bernardo, en Sevilla, el 23 de Marzo de 1743. Por ser su padre empleado del Matadero sintió, desde niño deseos de emular a los toreros de renombre que iban allí a practicar su arte... El famoso Juan Palomo se interesó por él, le dio consejos prácticos y acabó por llevarle a su cuadrilla, cediéndole la muerte de algunos toros -según costumbre entonces-; hasta que le permitió alternar con él en Málaga el 12 de Mayo de 1762. En Sevilla toreó al año siguiente, ya como espada y se presentó en Madrid. Desde entonces su nombre adquirió categoría, que conservó muchos años, llegando a alternar con los dos colosos, Romero e Illo.
"Un torero muy fino, galán, general y consumado", dice don José de la Teixera, tratadista taurino de la época, que era el gran "Costillares", autor de la famosa treta o suerte de matar a toro parado o "vuelapiés", por cuya sola invención debe esculpirse su memoria en láminas de bronce. Y aunque no fue suerte bella, como lo fue después al depurarse; pero fue "Costillares" quien trajo las gallinas", y solo desde él se puede matar de frente a todos los toros, se arranquen o se queden; antes a los que se negaban a acudir al cite del matador, había que rematarlos con la media luna o degollándolos de manera traidora y cerril.
Prohibida las corridas en España por Carlos IV, "Costillares", como otros toreros de la época, marchó a Portugal, y ya no hubo más noticias suyas, ignorándose donde, cuando y como murió tan colosal figura de la Tauromaquia.
José Delgado Guerra "Pepe-Illo".
Nació en Sevilla el 14 de Mayo de 1754, y se dedicó al toreo desde muy jovencito, fue discípulo de "Costillares", y figuró en su cuadrilla desde los dieciséis años; y Juan Romero le dio la alternativa en Madrid el 16 de Junio de 1771, es decir, cuando el neófito contaba diecinueve de edad. Por su valor, su desenvoltura, su alegría y su gracia en la arena, la afición no dudó en enfrentarle a su maestro.
Su trágica muerte causada en la plaza de toros de Madrid el 11 de Mayo de 1801, por el toro "Barbudo", de don José Gabriel Rodriguez de Peñaranda, de Bracamonte (Salamanca), dio pábulo a que la leyenda tejiera alrededor de la figura del torero una serie interminable de coplas y romances, artículos, poesías, folletos, pinturas, obras teatrales, y más recientemente hasta películas que han hecho su memoria imperecedera y su nombre inmortal.
Fue el torero de más nombradía entre los muchos que figuran en la historia, y, desde luego, el de mayor popularidad en su época. Porque "Pepe-Illo" gozaba de tanta simpatía fuera de la plaza como en ella por su carácter jaranero, dadivoso, jovial, gallardo; torero en una palabra.Torero al tipo clásico, en el ruedo y en la calle, por lo que su amistad se la disputaron tirios y troyanos; las mujeres le llevaban en palmitas, y todos sonreían a aquel buen mozo de garbosa y gentil apostura, verdadero héroe popular de la segunda mitad del siglo XVIII.
Francisco Arjona Reyes "Currito" .
Nació en Sevilla el 20 de Agosto de 1815. Hecho su aprendizaje, entró como peón en la cuadrilla de Jacinto Machío, pero con frecuencia mataba novillos y hasta algunos toros que le cedía su jefe. En 1866 pasó a las huestes de su padre "Curro Cúchares", -quien siempre se había opuesto tenazmente a que su hijo fuera torero-, y a cuyo lado acabó de hacerse un verdadero maestro de la Tauromaquia, lo que no tenía nada de extraño dadas la maestría y las habilidades de su padre. También éste le cedió muchos toros y, finalmente, el 19 de Mayo de 1867, le dio la alternativa en Madrid, con reses del marqués de Ontiveros y José Ponce de segundo espada.
Fue matador de toros activo, cerca de treinta años, y lo fue de categoría, aunque le impidiera llegar a más la "mandanga", apatía, asaúra, como quieran ustedes llamarle, que en el ruedo le dominaba un día si y otro...también. Y fue una lástima porque "Currito", torero completísimo que practicaba a la perfección y con buen arte todas las suertes conocidas; poseía además una personalidad muy destacada y una simpatía arrolladora.
A partir del 91, y coincidiendo con la aparición de "Cara-ancha", que venía como las balas a por el puesto de "Currito", la afición se cansó de "esperarlo", y éste toreó ya escasas corridas, hasta que en 1894 sin anuncio ni ruido alguno, se cortó la coleta, retirándose a vivir tranquilamente de sus rentas a su barrio natal, donde era popular y querido. Y allí, sorprendió la muerte, a uno de los toreros más completo y mejores del siglo veinte, a pesar de su "mandanga", el 16 de Marzo de 1906.
Francisco Arjona Herrea "Cúchares".
Aunque nació en Madrid, el 19 de Mayo de 1818, por residir desde muy niño en Sevilla, fue considerado siempre por todos, y por él mismo, como sevillano, y su acento y sus ocurrencias hacían honor a su naturaleza adoptiva. Hombre bueno, aunque ayuno de cultura, era excesivamente generoso y caritativo, lo que mermó el gran caudal que con los toros había ganado. Para reponerlo se contrató para La Habana en 1868, y a poco de llegar allí, sin haber toreado, murió del vómito negro el 4 de Diciembre. Al cabo de unos años sus restos mortales fueron traídos a España, y reposan en el cementerio sevillano, junto a los de tantos toreros famosos que enaltecieron el "Arte de Cúchares".
"Curro Cúchares" no fue prototipo del buen arte de torear, pus lo que hacía en el ruedo era saltarse a la torera reglas, cánones y técnicas, atropellándolos al impulso de su inspiración momentánea, acaso chavacana y barroca, pero siempre sorprendente y de tan salerosa vistosidad que el estilo -si aquello era un estilo- de "Cúchares" resultaba divertidísimo para el público, que no podía apreciar si había oro u oropel en aquella variedad constante de suertes, y hasta de saltos que el dinamismo incansable del torero les ofrecía sin interrupción y con garbo singularísimo. Pero "Cúchares no hacía aquello a tontas y a locas, sino basado en su enorme conocimiento de los toros. Y así pudo ejercer su profesión como gran figura durante treinta años, y sin sufrir una sola cornada. En 1840, y llevado a una ruda competencia con "El Chiclanero", torero de gran calidad, serio y pundoroso, "Cúchares" no tuvo más remedio que refrenarse y torear de verdad, demostrando que también sabía hacerlo con arte y maestría; pero, muerto el rival, dio de nuevo rienda suelta a su toreo de pandereta, mientras, ingenioso y despreocupado afirmaba que torear no era cosa seria ni tenía importancia, y que él solo pretendía en la lidia divertirse y divertir al público.
Cayetano Sanz.
Nace en la Corte, de cuna humilde, el 7 de Agosto de 1821, y gana el pan de su adolescencia manejando la lezna y el tirapié. De pronto le acomete la afición a los toros, y un buen día, "Capita", banderillero de fama, que aunque tuerto, tiene vista de lince y ojo profético, le ve lancear un morucho y le anima. aconseja y alecciona como maestro, hasta que el muchacho logra entrar en la cuadrilla de "Chiclanero". Allí practica y disciplina su toreo, que al principio es alegre, zaragatero y movido, y después cuando Cayetano se encuentra a si mismo, se convierte en parado, limpio, armónico y majestuoso. Y este estilo armoniza tan bien con su figura prócer, y adquiere, a través de ella, tan grandiosos aires de elegancia, que la afición traduce su sorpresa, porque, en verdad, jamás había visto torear así. Su capote es aristocracia, gracia y soberanía. Su muleta despliega también bellezas mayestáticas, pero Cayetano, en cambio, es un mal matador, defecto capital en aquellos tiempos. Sin embargo los públicos se lo perdonan, y le sostienen como figura grande de la Tauromaquia durante más de veinticinco años.
Y en Madrid, su plaza, torea en su vida nada menos que 325 corridas. La vez primera que sale a ella como espada es el 12 se Septiembre de 1848, alternando sin cesión de trastos, con "Cúchares y "El Salamanquino"; hasta que en 1877, cumplidos ya sus cincuenta y seis Agostos, se va de los toros y se lleva limpia y en alto, su fama de artista y maestro. Retirado se afinca en Villamantilla (Madrid), y allí vive consagrado a la agricultura y a la caza, su segunda afición. Y allí muere el 21 de Septiembre de 1891, el célebre torero madrileño de la elegancia y de las patillas -ya madroños de seda plateada-, que fue el encanto, la gloria y la gracia de la Corte de Doña Isabel, y que reinó en el toreo con más firmeza y por mucho más tiempo que la Señora en su trono.
José Redondo "El Chiclanero".
Nació en Chiclana de la Frontera (Cádiz), de cuyo nombre derivó su apodo, el 13 de Marzo de 1818. Atraído por el brillo de su paisano el gran "Paquiro", José Redondo siendo muy jovenzuelo, decidió firmemente dedicarse al toreo, y como el muchacho mostraba unas condiciones excepcionales, en seguida se hizo notar entre los numerosos aficionados que entonces, como ahora, aspiraban a figurar en el firmamento taurino, hasta el punto de que su fama pequeña, pero firme, llegó a oídos de "Paquiro", quien mostró deseos de verle actuar. Y efectivamente, una tarde le vio lidiar un torete -bueno, lo que se llamaba un torete: un bicho con veinticinco arrobas largas...-, y quedó tan complacido del trabajo del muchacho que, desde entonces, le prestó una decidida protección, y en seguida lo incorporó a su cuadrilla.
Y cuando Francisco Montes le consideró maduro, le concedió la alternativa en Bilbao, en Agosto de 1842, confirmándosela en Madrid en Septiembre del mismo año, con toros de tres ganaderías: Gaviria, Arias Saavedra y Castrillón.
Y desde aquel momento El Chiclanero subió como la espuma, y se colocó en uno de los primerísimos lugares del escalafón taurino, este completísimo torero, que dominaba a la perfección todas las suertes, pero con la espada logró ser el mejor de su época, practicando la suerte de recibir como muy pocos y a la de volapié como nadie.
Unido todo ello a su garbosa figura y a la gracia y simpatía dentro y fuera del redondel, nada de extraño tenía que sumara una enorme cantidad de partidarios, en su reñida competencia con "Cúchares", al que venció la mayoría de las veces; y esta pareja, durante años hizo que la fiesta alcanzara un entusiasmo desconocido hasta entonces. José Redondo, mimado por los públicos y amigos de juerga y francachelas a las que se daba de continuo, vio minada su salud progresivamente hasta que murió de tuberculosis cuando contaba treinta y cinco años de edad, el 28 de Marzo de 1853.
Fuentes: Las imágenes y textos los he entresacado de revistas originales de la época, y del Fichero biográfico taurino, del que es autor, Curro Meloja -Editorial Larrisal, 1944-1945-, prestado para la ocasión por Carmen Amador Ruiz y José María Jiménez Prieto, propietarios del bar "Los Clarines" de Sevilla.
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Estaba, casi cerrando cuando he visto aparecer en mi Feedly tu artículo, Manuel.
ResponderEliminarUna maravilla más.
Gracias.
Muchas gracias, Enrique.
EliminarUn abrazo.
Hola Manuel!!! Interesante recopilación de estas figuras de toreo... Que tengas una feliz semana
ResponderEliminarMuchas gracias, Ana.
EliminarSaludos, amiga.
It is a cultural thing, but I cannot warm to bullfighting as a spectacle or sport. My sympathies are with the bulls.
ResponderEliminarMuchas gracias, amiga.
EliminarAbrazos.
ResponderEliminarHola Manuel, Sevilla y otras muchas más tienen raíces profundas del toreo. No pocos murieron en el ruedo o en la enfermería, no había antibióticos que remataban la "faena" del astado. Un caso curioso es el caso del gran Pedro Romero, que con más de 70 años mató su último toro y jamás en su larga vida de torero sufrió un cornalón.
Fue el director de la Real Escuela de Tauromaquia, que estaba por el barrio de S, Bernardo, enseño a torear a: Paquiro, Cúchares, El Barbero y a Desperdicios...
A mi me encantaba estar entre mis mayores y escuchar, (si me dejaban), mi abuelo fue muy aficionado y mi padre hizo "pinitos" con el capote. Yo veo sangre y me desmayo, En esta vida hay de todo, jomío.
Un gran aportación y muy bien documentada.
Besos.
Muchas gracias.
EliminarBesos van, amiga.
Nunca me han gustado los toros aunque respeto a los que si les gusta y pienso que es algo muy español que no debería de desaparecer aunque yo no tengo intención de ir a ver ninguna corrida, lo pasaría demasiado mal. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, Charo.
Eliminarsaludos.
En esta ocasión nos traes una gran lección de historia taurina del siglo XIX con unos grandes maestros de por entonces. Gracias a esta tu lección entendí mejor por que al matador lo llaman "maestro" los de la cuadrilla, ya que por entonces parece ser que era quien enseñaba a los que querían ser matadores de toros.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias, Tomás.
EliminarUn saludo.
O saber nunca ocupou lugar. Grato pela partilha. Cumprimentos poéticos
ResponderEliminarMuchas gracias, Ricardo.
EliminarUn abrazo.
No me gustan los toros. Pero me pareció interesante conocer a esos hombres. Te mando un beso.
ResponderEliminargracias, Judit.
EliminarUn beso.
No me gustan los toros, pero me ha encantado tu relato y las fotos
ResponderEliminarPaz mi amigo
Isaac
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo, Isaac.
Un evento molto particolare, molto ben narrato in questo notevole post.
ResponderEliminarUn caro saluto
Muchas gracias, Silvia.
EliminarUn saludo.
Hoy te dejo un abrazo, imagino que el artículo será tan espléndido como nos tienes acostumbrados, pero es un mundo del que estoy muy alejado.
ResponderEliminarGracias.
Muchas gracias, Alfred.
EliminarUn abrazo.
Excelente investigación Manuel. Su nuevo ensayo habla de toreros famosos en diferentes años de la historia de la corrida. Es cierto que siempre sentí pena por el toro, aunque el torero demostró milagros de valentía.
ResponderEliminarMuchas gracias, Nadezda.
EliminarUn saludo.
Estimado, Manuel.
ResponderEliminarDe casi todos los diestros mencionados me hablaba mi padre con un anecdotario que también se transmitia por la vía oral en muchas partes de Andalucia y en el resto de España. De hecho, lo del arte de Cúchares también ha llegado hasta nuestros días. Por cierto, ayer me llamaba la atención como en Twitter se discutía la Puerta del Príncipe de Perera e incluso me puse contento de que la actualidad taurina apareciera como noticia destacada. No son los mejores tiempos para la fiesta, pero al menos se mantiene viva aunque de manera casi clandestina para los grandes medios.
Un fuerte abrazo y gracias por la riqueza de la información que nos traes.
Muchas gracias, Miguel.
EliminarUn fuerte abrazo.
San Bernardo era un barrio del que salieron muchos y buenos toreros.
ResponderEliminarUn interesante recopilatorio
Besitos
Muchas gracias, Isabel.
EliminarBesitos.
No me gusta nada de nada los toros, me parece algo muy cruel.
ResponderEliminarNo obstante Manuel, tu informe acompañado de las imágenes de esos toreros sin dudas es de gran interés y un buen aporte para quienes sí gustan de las corridas.
Abrazo va
Muchas gracias, amiga Lu.
EliminarUn abrazo.
Aunque no soy de corridas, la idea de semblantear a los diferentes toreros históricos me parece interesante. Debe ser que aquí no lo mamamos culturalmente.
ResponderEliminarAbrazo hasta vos, impecable Manuel
Gracias, Carlos.
EliminarUn abrazo.
Hi Manuel,
ResponderEliminarMy friend, you wrote a very interesting post. I, myself, read it with great interest.
Manuel, I salute you!
Mucga gracias, Anna.
EliminarUn saludo.
Hola Manuel, me parece muy bien que hagas mención a este arte y nos muestres las grandes figuras del toreo, porque estamos en una época que cada vez hay más vetos, y sino que se lo digan a los periodistas que quieren expresar con libertad su opinión, y sino lo hacen, sufren las consecuencias.
ResponderEliminarUn gran reportaje el que has hecho como todos los que haces siempre.
Un abrazo y buen fin de semana.
Muchas gracias, Elda.
EliminarUn abrazo.
Manuel, excelente recopilación de estas figuras de toreo, no estoy de acuerdo con eso, parece algo salvaje pero respeto las costumbres y historias de otros lugares, tu trabajo excelente.
ResponderEliminarCariños y besos querido amigo
Gracias, Noemí.
EliminarBesos.
Aunque no me gustan los toros, me ha parecido estupendo tu reportaje.
ResponderEliminarMuy buena documentación.
De gran valor, como siempre, todo lo que aportas.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, amiga Amalia.
EliminarUn fuerte abrazo.
Gran parte de la historia deEspaña, se escuda en la tauromaquia. Lo apuntala tu crónica que recoge las figuras prístina del tore se le dierso. Y vengo a enterarme de los Cúchares, tradición de familia. A propósito, aquí en Colombia, entre los comentaristas de radio cuando había corridas escuchaba hablar del toreo del arte de Cúchares como el toreo. Supongo que esos Cuchares fueron excelentes toreros para que a la tauromaquia se le diera este apelativo. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarMuchas gracias, amigo Carlos.
EliminarUn abrazo.
Come sempre un post molto bello, mi piacciono le foto in bianco e nero le trovo bellissime.
ResponderEliminarBuon inizio settimana.
Muchas gracias, Giancarlo.
EliminarUn saludo.
En su época nombrar a estos maestros taurinos era como ahora a los futbolistas, con la diferencia de que se les podía ver en pocas ocasiones, solo pagando la entrada a los toros y mucha gente solo les conocía de referencia por la prensa o por el sistema del rumor. Sus faenas acababa siendo legendarias y corrían como la pólvora sus hazañas al engrandecerse por el sistema del boca-oído.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias, amiga Carmen.
EliminarUn saludo.
Manuel, me parece muy cruel eso de los toreros pero aprecio y valoro tu gran trabajo, muy completo.
ResponderEliminarRespeto las diferentes costumbres y culturas de otros lugares.
Abrazos y besos
Muchas gracias, amiga Liz.
EliminarOtros abrazos y besos van.
Tu reportaje me ha encantado y siempre se aprende contigo. Un abrazo Manuel.
ResponderEliminarGracias, Teresa.
EliminarUn fuerte abrazo.
Um completo e histórico artigo sobre toureiros famosos.
ResponderEliminarNão gosto de touradas, pois acho uma crueldade o que se faz aos animais.
Um grande abraço
Muchas gracias, María.
EliminarUn fuerte abrazo.
Excelente trabajo, en el que nos recuperas la memoria de estas grandes figuras de tiempos pasados.
ResponderEliminarNo sabia que la fiesta habia estado prohibida en algun momento.
Un abrazo, amigo
Gracias, Ildefonso.
EliminarUn abrazo.
Un magnífico reportaje sobre la historia taurina y grandes toreros que marcaron una época.
ResponderEliminarEncomiable trabajo como siempre.
Un abrazo inmenso querido amigo.
Gracias, amiga Maripaz.
EliminarUn fuerte abrazo.
Interesantes vidas...vi muchos fotos y alguna que otra película donde aparecían los toreros ,
ResponderEliminarme imagino que debían tener mucha valentía para enfrentar un toro.
Que tengas un lindo fin de semana.
Muchas gracias, Meulen.
EliminarUn abrazo.
Hola, Manuel.
ResponderEliminarTuve una época en la que me interesó el mundo taurino. Luego, poco a poco, me fui alejando.
Pero queda el interés por la historia. Y las biografías de estos toreros de antaño son parte de una España que ya no está y que es importante conocer.
Unas vidas especiales y, en su mayoría, no precisamente fáciles.
Esta entrada ha hecho que visite y lea las dos anteriores.
Muy buen trabajo. Enhorabuena, Manuel.
¡Un abrazo!!
Muchas gracias, amigo Enrique.
EliminarUn abrazo.